El rey del código

2. Primera impresión

Artemisa

Miércoles 26 de diciembre de 2018

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La ciudad me tiene enamorada.

Creo que Berlín se ha convertido en mi ciudad favorita aunque no haya tenido mucho tiempo para recorrerla, y ahora tendré menos tiempo siendo una asistente que corretea a su jefe.

Según las instrucciones, mi labor tendrá un horario de oficina normal, falta una hora para las 7:00 am y ya que vivo a media hora del lugar decido salir y llegar a tiempo, dejar una buena impresión es un punto valioso para acercarse a tu objetivo.

Me doy un último vistazo en el espejo y apruebo mi vestir, una botas de tacón bajo, jean oscuro, buzo azul y gabán n***o acompañan mi outfit con mi cabello rubio cenizo suelto, tomo todo lo necesario y me dirijo a mi nuevo trabajo como asistente.

¡Que emoción! … Por favor noten mi sarcasmo.

La adrenalina que pensé que sentiría en mi nueva misión será reemplazada por labores de oficina y lejos de softwares, pero entre tanta decepción hay algo bueno y eso tiene nombre propio.

Ethan Blake.

Yo creé la famosa regla que se está haciendo popular en las agencias de investigación pero no significa que no aprecie la belleza masculina, y el señor Blake supera esos y todos los estándares.

Mis pensamiento se vieron interrumpidos cuando el taxista me informa que hemos llegado a Blake Enterprises Technological Inc., un enorme conjunto de tres edificios y cada uno con 35 pisos, el color gris predomina en su exterior junto a sus muros de vidrios polarizados, el logo en letras plateadas de Blake Enterpises me da la bienvenida junto a un ajetreado lugar, y eso que aún falta media hora para el ingreso.

Adentro los colores varían entre gris y café, dándole a todo un toque sofisticado, y si por fuera se ve grande el interior lo es mucho más, pequeñas salas de estar, 4 ascensores bastante concurridos detrás de una registradora y una gigante recepción decoran solo el primer piso, no me quiero imaginar como será lo demás, me acerco a la recepcionista que junto a todas las mujeres del lugar están vestidas con faldas y ropa super elegante ¿yo? Parezco un moco pegado a un espejo con mi ropa sencilla pero no me importa, me siento lo mejor del mundo siendo yo misma.

- Buen día señorita – le digo con una sonrisa amable lo que la otra solo me mira de pies a cabeza para luego volver a su trabajo - soy la nueva asistente del señor Blake y quisiera … – me interrumpe y ahora si me mira y me sonríe.

- ¡Oh bienvenida! Llega usted temprano, mejor, el señor ya se encuentra en su oficina y le agradará que al menos su asistente – y vuelve a repararme, perra – llega temprano.

- Si bueno, a parte de llegar temprano se hacer muchas cosas incluso mejor que usted – soy sencilla pero no mensa y no me la dejo montar de nadie.

- ¡¿Disculpe!? – una muy ofendida mona artificial que no se esperaba mi respuesta abre los ojos de par en par y me mira para luego mirar detrás de mí.

- ¡Oh no tranquila! – muevo mi mano simulando que le resto importancia - la disculpo, ahora si no es mucha molestia ¿podría por favor darme mi carné? No queremos hacer esperar al señor Blake – siento como una garganta se aclara detrás de mi y al girarme sobre mis talones sentí que mi boca se secó.

El gran magnate y ahora mi nuevo jefe acababa de escuchar como le respondía de una forma no muy cortés a su personal, pero no era por eso que sentía un desierto en mi garganta, era por el semejante hombre que tenía al frente, si se ve guapo en fotos en persona lo es mucho más, su traje azul Oxford se pegaba a su posible trabajado cuerpo, y digo posible porque no hay ni una sola foto de él sin traje, su corbatín n***o relucía en su pulcra camisa blanca, su barba perfecta y ni hablar de su sonrisa, tenía una sonrisa ladina pegada a su rostro tratando de disimular diversión ¿se está divirtiendo con la situación? No, no, eso no es lo importante ¿sus ojos son color caramelo?

- ¿Señorita Artemisa Steele? – por la virgen de los chocolates, esa voz.

- Si señor, es un placer conocerlo – extiendo mi mano a lo que el inmediatamente responde el gesto y me da un leve apretón para luego soltarme – a partir de hoy seré su asistente.

- Perfecto, en estos momentos me dirijo a tomar un desayuno, si gusta puede acompañarme – asiento con una sonrisa de labios cerrados a lo que él hace un ademan invitándome a seguirlo - ¡Ah! Esmeralda – con que así se llama la mona artificial – entrégame el carné de la señorita Steele por favor – ella sale de su ensoñación y le entrega entre tropiezos mi carné.

- Acá tiene señor Blake – y sin que él se percatara recibo una mirada de odio por parte de la recepcionista.

¡Ja! Mírame pendeja, soy yo la que se va a desayunar con él, en tu cara, ok no, tengo una regla que cumplir y una misión que llevar a cabo.

Salimos de la empresa y nos dirigimos a un hermoso café en la esquina siguiente, es bastante amplio y tiene una linda combinación entre lujoso y sobrio con su decoración verde limón, nos dirigimos a una mesa para dos y pedimos un latte con un pan raro para él y un cappuccino con tarta de frambuesa para mí, cuando la mesera se va Ethan me entrega mi carné y saca a la luz la conversación con la mona, no se guarda nada el señor.

- Me diste una buena primera impresión al poner en su lugar a Esmeralda.

- La verdad señor Blake no esperaba que mi primera impresión fuera de esa forma, pero tampoco me iba a dejar tratar de menos porque no es así – hace un ademán de sonrisa pero vuelve a su rostro de seriedad y su voz sensual.

- Si va a ser mi asistente ya creo que no lo eres, por el contrario, te considero una persona brillante, además mencionaste que hacías muchas cosas muy bien, tendrás que especificarme – abrí mi boca y la volví a cerrar.

¿El aire se acabó en la tierra? Porque yo acabo de dejar de respirar ¿eso tuvo una connotación s****l? agradezco a la mesera que interrumpió la charla con nuestro pedido y antes de retirarse le dedico una disimulada mirada al hombre frente a mí, y no la culpo.

- Señor Blake – empecemos con nuestra investigación y dejemos de lado su comentario - ¿puedo preguntar por qué se fue su anterior asistente? – él deja su café en el aire por un muy breve momento y continua su camino sorbiendo un poco de él.

- Ya lo está haciendo ¿o no? – termina poniendo su taza en el plato mirándome a los ojos.

Si no supiera leer las expresiones de las personas no hubiera notado como un destello de ira cruzó por sus facciones.

- Siento entrometerme señor Blake, no es de mi incumbencia solo quería saberlo – él suspira volviendo a tomar de su latte.

- Ethan, llámame solo Ethan, serás mi asistente, más que eso, serás mi mano derecha para muchos asuntos así que necesito total transparencia y entendimiento entre los dos – asiento con una pequeña sonrisa – digamos que mi anterior asistente solo se fue.

- ¿Solo se fue?

- Aja – umm que raro.

- Ya veo – digo casi en un susurro – otra cosa más señor … - no termino ya que su mirada un poco juguetona me hace caer en cuenta – Ethan – no puedo evitar sentir un poco de calor en mis orejas mientras él asiente – ¿tendré que usar esa ropa super elegante o puedo vestir siendo yo misma? – me derrito con su sonrisa.

Esta es la primera vez que lo veo sonreír con sinceridad, en sus fotos siempre sale o serio o con una sonrisa de labios cerrados, no saben lo que se pierden los fotógrafos, sus dientes perfectamente cuidados hacen que quiera pasar mi lengua entre ellos, se forman pequeñas arrugas alrededor de sus ojos haciéndolo lucir mucho más maduro de lo que ya es a sus 28 años, y ni hablar de lo melodiosa que suena su risa con su voz masculina.

- Entre más natural seas mucho mejor, además señorita Steele no tiene que comprarme un café todos los días ni traerme el periódico, prefiero que demuestre su talento y cualidades – wow, y yo que pensé que estaría como perrito faldero.

- Artemisa, no será justo si solo yo lo llamo por su nombre de pila ¿no le parece?

- Me parece, entonces será Artemisa.

Que se tenga todo el mundo porque mi corazón acaba de acelerar su pulso, y es que mi nombre suena tan bien saliendo de sus carnosos labios y con su timbre de voz aguda.

Creo que al final si voy a sentir algo de adrenalina.