4 Isaak —Maldición. Qué mujer tan terca —murmuré. Enredarme con la humana le había hecho un daño irreparable a mi estabilidad. No había estado tan frustrado desde que había dejado a Trión atrás. Sus ojos lanzaban fuego, y todo lo que quería hacer era aceptar el desafío, empujarla contra la pared, penetrarla profundamente con mi m*****o y hacerla gritar de placer. Ella era lo opuesto a cualquier mujer de Trión. Jamás. Yo quería una mujer dócil, mansa y sumisa. Sin embargo, los dioses habían puesto a esta terrícola salvaje en mi camino. No me esperaba nada lo que había hecho. No tembló de miedo luego de que casi la secuestrara un enorme alienígena azul de la legión Cerberus. No lloró. Le robó el bastón de titán a Jirghogis y lo amenazó con él como un animal acorralado. Como un animal s

