Capítulo 5

1352 Words
.    COMPROMISO parte 1 - Nathan   _¡Buen día, Sres. Pritzker! Su mesa esta al centro ¡por favor síganme! – (nos habla el Maître, en el restaurante del Hotel, de la manada Luna Azul, donde viven los Duncan). -¡Por favor tomen asiento! – (como el caballero que soy, le hago asiento a mi tía Dubrazka; mi tío se sienta a su derecha y yo a su izquierda. Pasados unos minutos y hacer nuestro pedido)…  _¡Antonio, querido!… ¿Aun te debates entre dejar hablar a Nathan o no durante la petición? (pregunta mi tía y yo solo la miro de soslayo pensando ¿Qué se creen? e inmediatamente, miro a mi tío al decir).  _En definitiva… ¡NO! – (siento que mi sangre hierve por la ira, pero no le doy a demostrar “nada”, él respira profundo y mira hacia otro lado, mi tía suspira, entrelaza sus dedos, fugazmente me mira de soslayo e inmediatamente, queda mirando sus manos. Eso fue lo único que se habló en la mesa. Me obligan a esto  y quieren humillarme... Al parecer, Antonio Pritzker, no me conoce). ++++++  _¡La ciudad, es ¡hermosa! “Manantial de Luna”. El nombre es romántico, ¿No te parece querido? – (pregunta mí tía, al recorrer las principales calles de la manada). _Para ser sincero… ¡sí!... bonita en ambos sentidos –(contesta entre dientes, lo dice a manera de fastidio, a mi tío Antonio, nada le parece extraordinario, excepto él (risas mentales). Pero concuerdo con mi tía Dubrazka, Manantial de luna es hermosa, su naturaleza es colorida, como sus casas. Es la manada más cercana a la nuestra, sólo cuatro horas de carretera nos separan. Si soy sincero, prefiero la ciudad de la Manada Perla Negra, “Luna Menguante”.  Se encuentra al sur y le hace honor a su nombre; su luz es escaza, siempre está en descenso, de día, es como si siempre fuese a oscurecer, esto favorece y es del agrado y encanto de los vampiros, este sería el lado malo [hago gesto de disgusto y fastidio] mientras que el lado bueno, a mí parecer, es porque se presta al romance.  Pero ni modo, mí Manada Luna Real, se encuentra en la ciudad principal del mismo nombre, y ahí es donde vivo. Tiene un poco de todas las manadas, es la más grande y tiene de todo, a lo grande).  _¡Llegamos! – (habla mi tío quien me saca de mis pensamientos; ya siento mis músculos tensarse y al parecer el desayuno quiere salir de vuelta. Bajamos del carro, y nos encontramos, en una casa hermosa, frente a una familia “aparentemente feliz”. En eso, veo que mi tío Antonio mueve sus labios, segundos después, mi tía me toma del brazo, con una amplia sonrisa y de una manera natural y sofisticada, me lleva andar y estar al lado de mi tío rápidamente, ahí es donde me percato que me había quedado petrificado).  _¡Buenos días, Sr y Sra. Pritzker! –(los Sres. Duncan saludan a mis tíos, luego a mí).  ¡Joven Pritzker! (amplia sonrisa) ¡Le damos la bienvenida a nuestro hogar! ¡Por favor pasen, como en su casa! -(nos indica y se abren paso. Los tres asistimos con la cabeza y como si fuésemos vampiros [por lo tensos, tiesos y estirados], nos adentramos al hogar de los Duncan). _¡Por favor, tomen asiento! – (habla la Sra. Duncan; el salón principal, llama mi atención por su ubicación, es amplia, está centrado y es circular, tiene cuatro entradas o salidas: norte, sur, este, oeste; lo estructuro de sus muebles, forman un circulo y su techo, es un tragaluz circular cóncavo. ¡Interesante!) – ¿Le ofrecemos algo de tomar? No sé, un…  _¡Estamos bien así Camila, gracias! – (la Sra. Duncan es interrumpida por mi tío). Ya podemos ser menos formales, ¿todos sabemos porque estamos aquí? Podemos tutearnos.  _¡Por supuesto! – (ahora es el Sr. Duncan, tomando a su compañera por los hombros e indicándole que tome asiento y continua) ¡Podemos decir que somos familia! Estamos aquí por el compromiso de nuestros hijos, ¿Para qué tanta formalidad? Tenemos que tratarnos con más unión y cercanía – (dicho esto, el Sr. Duncan toma asiento con una amplia sonrisa y mis tíos corresponden con algo más que una mueca; mi tío Antonio, no sé, pero me dio la impresión, que le brillaron los ojos y responde diciendo). _¡Concuerdo contigo Adrián! Es más que suficiente para dar por hecho el compromiso! y como tal la integración, la unión, de ambas familias –(habla mi tío, con esas ínfulas de hijo único, de la Diosa Luna y solo quiero darle un puño en su perfecto rostro, ¿Qué pretende?, ¿Hacerme menos? [Respiro profundo, suelto el aire] por eso no quería que diera palabra alguna, él pretende reducir el protocolo y hacer de mi compromiso la unión de… ¿Un simple omega?... no le voy a permitir que me humille dejándome  ver como una marioneta;  llamo la atención de todos diciendo…)  _¡Disculpen! (carraspeo para aclarar mi garganta) Sra. Camila, mientras ustedes [señalo a los presentes de manera cortés] siguen dialogando; siendo está, la forma apropiada por el acto ceremonial oficial, como nuestros, “representantes legales” [enfatizo la pronunciación y observo de soslayo a mis tíos)… ¡por favor! ¿Sería tan amable de  mandar a buscar a su hija? ¡Total! ya decidieron dejar las formalidades, es justo tener nuestro propio protocolo, conocernos, entablar una conversación antes de… solo subir al auto y llevárnosla (siento las miradas de mis tíos como puñales, conociéndolos, sé que me van a retar, por interrumpir su acelerado proceso en minimizar mi acto de compromiso, siendo ellos quienes arreglaron todo para alejarme de sus vidas, ¡hipócritas!).  _¡Oh, claro! Es propio, ¡yo misma traeré a Abigail… con su permiso! -(contesta la que ya debo considerar mi suegra y sale en busca de… ¡Oh!... ¡Por la Diosa Luna! [Se me hace un nudo en la garganta, siento que estoy sudando frío]… ¿Será que me toca pedir el baño? Mi desayuno insiste en salir de vuelta. Y con este pensamiento de la nada me pongo de pie llamando la atención. ¡Pero no! no le daré gusto a mis tíos de verme fuera de control, respiro fuerte y trato de controlarme] – Disculpen, pero, como esta parte le compete a ustedes, yo estaré por aquí, cerca en espera de… su hija, ¿Puedo, Sr. Adrián?   _¡Estás en tú casa, hijo! Y por favor, sin formalidades, ya puedes llamarme suegro – (dice el Sr. Duncan y siento palidecer. Hago una reverencia con una media sonrisa y salgo con algo de dificultad. Quería quedarme cerca, pero necesitaba oxígeno. Salí por donde entramos y me topé con alguna empleada [lo sé por el uniforme]  _¡Disculpa! (digo tomándola de los brazos)  _¡Por la Diosa! ¡Está usted muy pálido! ¿Puedo ayudarle; necesita algo? – (me dice la chica, y solo logro decir)  _¡AIRE!  _¡Por favor, sígame! (me guía; me lleva por un corto pasillo e indica que pase a una terraza, amplia con vista al bosque y la mejor entrada de “aire” mucho, mucho aire, oxígeno, fresco y natural. Aspiro con fuerza)  _¡Joven! ¿Necesita algo más?  _¡Oh! (Casi me olvido de la chica) No, ya estere bien, ¡Gracias! – (la chica hace reverencia y se retira, voy directo al diván sin importarme nada más y me tumbo en él. Llevo mi mirada al bosque trato de relajarme, tengo un revuelo de ideas, sentimientos y sensaciones que siento que enloqueceré [inhalo y exhalo, varias veces]… ¡Qué ironía! [Pienso] de adolescente, quería ser adulto y siendo adulto quiero volver a ser adolescente. Fue mi mejor etapa hasta el momento).  
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