bc

PROHIBIDA SEDUCCIÓN.

book_age18+
19
FOLLOW
1K
READ
billionaire
family
HE
playboy
arrogant
bxg
kicking
secrets
sassy
friends with benefits
like
intro-logo
Blurb

Lara está irremediablemente pillada por su cuñado.

Por más que intente contener la pasión cada vez que lo ve no puede evitar desearlo.

Lara quiere a su hermana, ama a su familia y sabe que su gusto culposo no va a  hacer más que fragmentar su hogar y todo lo que conoce.

Solo un roce da comienzo a una serie de juegos de seducción, avivando la pasión prohibida que no puede evitar sentir por el novio de su hermana.

chap-preview
Free preview
P R I M E R O .
Capítulo Uno. ¿Has conocido alguna vez el anhelo?, esa sensación de desear algo irremediablemente, y saber que no puedes tenerlo. Esa sensación que te jode la mente y el espíritu, dejándote un sabor amargo cuando la fuente de tus deseos es inalcanzable. Así es como me siento cuando Killian, el novio de mi hermana, está a mi alrededor. Insatisfecha, caliente, deseosa y jodidamente miserable. He intentado por todos los medios dejar de sentir cada vez que lo veo, pero no hay forma. Mi mente sabe que está mal, que es prohibido, pero mi cuerpo tiene sus propios criterios. Me siento la perra más grande del planeta, amo a mi hermana con mi vida, pero aquí estoy yo, babeando por su novio mientras prepara la barbacoa a unos metros de mi. Hoy es sábado familiar, hace un calor de los mil demonios, y nos encontramos todos en la piscina de casa- —No quiero decirte lo que pasará si lo sigues mirando de esa forma. Por supuesto que mi mejor amiga, Savannah, se encuentra aquí conmigo. Y claramente es la única que sabe de mi pequeño problema. Apurando la copa de Martini levantó los lentes de sol por encima de mi cabeza, dejándolos apoyados en la coronilla. Giró la cabeza en dirección a Sav, agradeciendo la distracción momentánea. La muy cabrona tiene una expresión divertida en el rostro, como si fuera una tarde de culebrones con la abuela Milda. —Eres la peor mejor amiga del mundo. Los ojos chocolate le brillan con diversión, extiende una mano consiguiendo la cajetilla de cigarrillos en el borde de la piscina. Se coloca uno en los labios encendiéndolo con el Zippo, se lo arrebató antes de que le diera una calada, agradeciendo la nicotina que me calma los nervios. —Desear cosas ajenas se te da muy bien, guarrilla. —Ja ja, qué chispa que te cargas hoy, cabrona. Suelta una carcajada estrepitosa contagiendome con su diversión. No me queda más que reírme del tema, lo veo mejor que llorar desbastada. —¿Cómo lo llevas?. Doy una profunda calada, echando la cabeza hacia atrás, apoyándome en el inflable que flota en la piscina. —Como una puta mierda. – Expulsó el humo con lentitud. — Si hubiese sabido que el universo me iba a probar de esta manera, yo misma me enredaba el cordón umbilical al cuello. —¿De qué prueba estamos hablando?. Me sacudo de tal forma, por la sorpresa, que casi me caigo a la piscina. Su voz es lo suficientemente ronca para erizar hasta el tuétano. Lanzó una maldición al cosmos, clavando la mirada en Killian. Sus orbes de un azul, tan claro que parece cristal, me la devuelven. —”Estamos”, me suena a manada, colega. Y creo que nadie te ha invitado a la conversación. Este ha sido mi mecanismo de defensa desde que lo vi, parecer lo suficientemente antipática para que no se acerque más de lo debido. Parezco la reina de las perras, pero prefiero esto que caer en la tentación. —Que amable de tu parte, sirena. Ruedo los ojos ante el mote que no para de decirme. Me toca los cojones y me calienta el pecho de una forma ilegal. —Noticias viejas, amigo. La amabilidad no forma parte de mi repertorio. Me lanza una sonrisa torcida, no puedo evitar repasarlo de pies a cabeza. Mide al menos uno noventa y cinco, puro músculo, un par de tatuajes desperdigados en su anatomía y es la definición de problemas. Siempre me pregunto de donde coño lo ha sacado mi hermana, pensaba que los médicos sexys solo existían en los videos con tres X al inicio y un m*****o kilométrico al final. Levantó el brazo para darle una calada al cigarrillo, una mano grande, masculina, me lo arrebata. Estupefacta veo como se lo lleva a los labios y muero de envidia, queriendo ser un maldito cilindro destilador de muerte, solo por el hecho de tocar sus apetecibles labios. —Voy a conseguir otro de estos, ¿Te relleno el tuyo, Lara?. Le lanzó una mirada de muerte a Sav, pronunciando un “No te atrevas” silencioso. La muy guarra me sonríe, recogiendo mi vaso, la veo alejarse en dirección a la barra, unos pocos metros más allá de la piscina, donde toda mi familia charla, ajena a la situación que estoy viviendo. —Pensé que los médicos no fumaban. —Los médicos hacemos muchas cosas malas. Se me seca la boca ante el tono que utiliza para pronunciar esa palabra, no sé si estoy alucinando, o realmente hay un trasfondo palpable en ella. No tengo tiempo para averiguarlo. Mi hermana, Jessica, aparece del otro lado. Tiene su habitual Bikini recatado abrazandole las curvas, es de una pieza y le queda de puta madre. Jess no necesita enseñar carne para verse hermosa, y es lo suficientemente tímida como para atreverse. Al instante una bola de culpa me aprieta la garganta, aquí estoy yo babeando por su novio, deseando ser un cigarro para tocarle los labios y allí está ella, mirándome con cariño. —¿De qué hablan, chicos?. Su mirada se dirige a mi cuerpo, expuesto por un Bikini verde esmeralda, por unas milésimas segundo su ceño se frunce, recompone la expresión al instante, llenándome de dudas. —De los cigarrillos. Soy la primera en responder, y la primera en apartar la mirada cuando Jess se para de puntitas, dejando un beso suave en los labios sonrosados con los que estaba fantaseando. Los observo, por el rabillo del ojo, mientras el beso se profundiza, tanto que puedo ver sus lenguas juguetonas. Las náuseas me sacuden el estómago. —En la segunda planta, tercera puerta a la derecha tienes tu habitación, Jes. Haznos un favor a todos y úsala. Se separan, la respiración de mi hermana es un jadeo irregular, tiene las mejillas sonrosadas. Killian le pasa una mano por la cintura, estrechandola contra su cuerpo. El muy cabrón no tiene un pelo fuera de lugar. —Lo entenderás cuando encuentres una pareja. Me mira, una especie de sarcasmo burlón en sus palabras. Superioridad en la forma en que me mira. Amo a Jessica, es mi maldita hermana, pero suele ser una perra estirada la mayor parte del tiempo. —Querida, no necesito tener pareja para conocer el sentimiento de querer follarte a alguien. – Le enarcó una ceja. —Se muy bien lo que te sucede en medio de la piernas en este momento. Ya que lo siento por tu novio cada vez que lo veo. Su sonrojo se intensifica, furia y vergüenza. —¡Lara!, ¿Qué clase de vocabulario es ese?. Tendré que discutirlo con mamá. Ruedo los ojos, observándola marcharse indignada, en dirección a la barbacoa, sacudiendo la cabeza en una mala imitación del Exorcista. —Que pequeña boca vulgar te cargas, Sirena. Lo fulmino con la mirada, haciéndole una peineta con mi hermoso dedo del medio, no se me pasa por alto la pequeña sonrisa torcida que le surca los labios mientras se marcha. Un vaso de Martini pasa por delante de mi cara, le doy un largo sorbo, escuchando a Savannah acomodarse a mi lado. —Gracias por lanzarme a los tiburones. —Se te da bien, al parecer los tiburones se han marchado con el rabo entre las patas. Sonrió, una media carcajada, medio gemido sale de entre mis labios. Clavó la mirada en Sav. —Los tiburones no tienen rabos, idiota. —El que quieres que te muerda, sí. Y calculando las dimensiones de ese paquete, uno muy dotado. Rompo en carcajadas, salpicandola con el agua de la piscina. —Para que se te baje la temperatura, guarrilla. Entramos en una lucha de agua, hasta que no puedo más de la risa. El vaso de Martini no es más que agua con cloro y alcohol, lo dejo en el borde. —Fuera de bromas, deberías follartelo. —No empieces, Sav. —Patrañas, él también te desea, Lara. Frunzo el ceño, mi mirada se dirige al lado familiar, encuentro a Killian hablando con mis padres, tiene a Jess aferrada por la cintura. Mis padres lo aman, es el yerno perfecto. Rico, profesional y malditamente caballeroso. Odio la imagen armoniosa que dan todos reunidos, una imagen en la que yo no encajo. —Estas imaginando cosas. Tengo que apartar la mirada cuando juntos se ríen de dios sabe que, odio la perfección que aparentan, odio sentirme así. —Te llama, Sirena. Dejame decirte, cariño, que no es un apodo muy fraternal que se diga. —Lo dice por mi cabello. – Tocó un mechón rizado, del color del fuego. — Es un apodo inocente. Savannah rueda los ojos, ofreciendome un cigarrillo encendido, lo acepto gustosa. —Inocentes nuestros coños, y dejame decirte que no tienen ni un ápice de eso. — Alza una ceja. — Reitero, deberías follatelo, después de todo, ojo por ojo… —No sigas por ahí. – Aprieto la mandíbula, llena de furia al recordar. — Eso sería una pobre excusa de consuelo para meterme en la bragueta de su novio sin culpa. —Estar borracha fue su pobre excusa para follarse a Eric. Cierro los ojos, dándole una calada al piti. Eric, el innombrable, fue mi novio por tres años antes de que mi hermana se lo cojiera en una fiesta. Sufrimos una brecha por semanas, mi familia se volvió un desastre. Pero Jessica fue perdonada, la hija perfecta, la prodigio tuvo la redención, el hecho se borró de la memoria como si nunca hubiera sucedido. El nombre de Eric era herejía, no podía pronunciarse. Que pena que soy Escorpio y no puedo olvidarlo. —No voy a hacerlo, Savannah. No podría con mi conciencia. Mi amiga se encogió de hombros, poniéndose los lentes de sol. —Solo es un consejo, lo tomas, lo dejas, o lo haces un rollito y te lo embutes por el culo. Lo que prefieras. Sonrio, la perra si que sabe cortar la tensión. Aún así no puedo quitarme sus palabras de la mente. Él también te desea. ¿Será qué… Niego con la cabeza, nunca me lo perdonaría a mi misma, mi familia tampoco. Después de todo no soy Jessica, la santa y puritana hija perfecta.

editor-pick
Dreame-Editor's pick

bc

La embarazada sacrificada

read
3.2K
bc

Mafioso despiadado Esposo tierno

read
25.7K
bc

Venganza por amor: Infiltrado

read
64.7K
bc

Prisionera Entre tus brazos

read
101.9K
bc

Una niñera para los hijos del mafioso

read
54.1K
bc

Eres mío, idiota.

read
3.6K
bc

Profesor Roberts

read
1.7M

Scan code to download app

download_iosApp Store
google icon
Google Play
Facebook