La chica se detiene haciendo que yo también me detenga, pensé que se le había quedado algo en la habitación de ese tipo.
—Muchas gracias, usted es lo máximo, de un solo golpe lo mando a dormir, eres mi héroe. — Se puso de puntilla y beso mi mejilla dejándome sin palabras, se marchó, la quedé viendo hasta perderla de vista.—
Sonreí ante la acción de ella, hasta que se me salió una carcajada, las mujeres por lo general vienen a mí y se me ofrecen, en cambio para ella solo soy su héroe jajajaja
Entre en mi habitación, me tire en la cama y caí rendido, la imagen de su carita sonriendo se me dibuja cuando cierro los ojos. —¡Que cosas!
Pensé que no había dormido. Pero al parecer si dormí, ya que una llamada me despierta, me levanto desorientado cuando todos los recuerdos se me vienen a la mente. Parezco un idiota sonriendo sin motivo.
—Halo
—Hijo, nos vamos.
—Bajo enseguida.
Cuelgue y me levante, revise si no dejaba nada, salí de ahí, pase por la habitación del cerdo asqueroso, y mire al viejo con otra joven, en eso note que ella le daba dinero a él, hice un ademán con mi cabeza negativamente, seguí mi camino, al salir del ascensor, camino hacia la entrada del restorán solo veo a mi madre con don Vargas, me despedí de él cordialmente y nos retiramos.
—Eres un desconsiderado, dejándome sola, vale que don Vargas es un hombre muy conversador.
—Te dije que estaba cansado, además esa plática estaba muy aburrida, y conocí un biscocho.
—Hasta cuando te vas a componer, ya quiero nietos.
—Ah cambiando de tema, este fin de semana viene tu bella hija a pasar vacaciones con nosotros.
—¡Que bien! Mi pequeño retoño regresa a casa, tenemos que hacerle una fiesta de bienvenida, ahora ya tengo para invitar a don Vargas y su familia a casa.
—No me digas que te gusta él.
—Hay hijo que brutadas dices.
—Eres bella, elegante y rica, puedes enamorar a quien te propongas
—Deja de decir incoherencias, yo ya no estoy para esos trotes.
—Jajaja nunca se sabe madre. —La ayudé a subir al auto y nos marchamos a casa—
*AZUCENA*
Al llegar a los Estados Unidos, todo es precioso, mi padre nos dijo que pronto nos entregarán la casa, ya que el hombre a quien se la compro se la tendrá lista en dos semanas, esos días nos quedaremos en el hotel, todo es perfecto de no ser que la prometida de mi hermano viajó con nosotros.
Mi padre me mostró en la habitación donde dormiré estos días, exploro el lugar muy elegante, saco mi laptop y me conecto al Zoom con mis amigas que deje en Puerto Rico, ellas son Alis, Belinda y Rocío, son mis cómplices en todo.
—Hola, chicas.
—Hola, Azu... ¿Cómo te sientes en tu nuevo país? —Mi mejor amiga Belinda la más loca y aventada de todas—
—Pues hasta ahorita me parece cool, me tomaré muchas selfie y se las mandaré, hay chicas me harán mucha falta, no sé cómo le haré sin ustedes, ya las, extraño.
—Ojalá no nos tires al olvido, ya estoy diciéndole a mi padre que contigo pasaré mis vacaciones. —Rocío es inseparable y la más madura—
En eso el celular comenzó a sonar, miro de quien se trata. —Chicas las dejo porque me llama la destetada—
—Cuídate amiga, mañana nos conectamos. —Todas hacemos un ademán con la mano y tirándonos besos—
De mala gana tomo la llamada —Halo-
—Hola cuñadita, necesito que vengas a mi habitación, estoy en la número 18.
—En serio que quieres, estoy ocupada.
—Por favor Cuñadita, se me travo el zíper en mi cabello estoy en una posición muy difícil.
—Que número de habitación es la tuya.
—Número dieciocho, te espero dejaré la puerta abierta.
Colgué de mala gana busqué mis zapatillas, tome mis llaves y salí rumbo a la habitación de ella, al llegar a la puerta número 18 me pare y verifique no equivocarme en eso mire que la puerta esta sin seguro, entre con mucha cautela.
—Hola, Leticia ¿Dónde estás? —Me adentre más y ni señas de Leticia, estoy por retirarme cuando escucho una puerta abrirse—
—Llego mi pollita. —Un viejo rabo verde sale del baño en toalla, con su enorme panza—
—Disculpe creo que me equivoque de habitación.
—¿Te llamas Azucena?
—Si
—Pues eres mi chica, ahora desnúdate.
—¡Está loco, yo me largo! —El viejo me sujeta del brazo—
—Tú te quedas y me complaces, pague mucho dinero
—Suélteme, viejo asqueroso. —Me suelto y comienzo aventarle lo que encuentro y a gritar ayuda, ya que se ha puesto en mi camino— Ayuda, alguien que me ayude.
—Cállate, chiquilla y ven con tu papi a complacerlo.
— Viejo asqueroso. —Tomo la lámpara para estrellársela en la cabeza si se me acerca—
Estoy corriendo de un lado a otro para no dejarme agarrar por ese viejo libidinoso, tengo la lámpara en mi mano, no dejaré que me toque, cuando un tipo, y ¡Qué tipo! Entra a socorrerme, ni corta ni perezosa corro hacia él, le digo que me siga la corriente, tiro la lámpara y me refugio en él.
El guapetón, con solo un derechazo dejo inconsciente al viejo asqueroso, cuando salí de la habitación me fije si era el número que Leticia me había indicado, en efecto no me había equivocado, será que la malvada me tendió una trampa, camino de la mano de mi héroe.
Al llegar cerca de mi habitación le agradezco por haberme rescatado y sin perdida de tiempo le di un beso en la mejilla, y le agradecí su ayuda, él me sonrió, ¡Dios! Que sonrisa la que me regalo, ojalá que todos los tipos que me encuentre en este país sean como él.
Entro a mi habitación suspirando, que aroma tan varonil, me encanto ese hombre, su corte de cabello y barba muy bien cortada, si las chicas lo vieran se enamorarían de inmediato, me arrepiento no haberle tomado una foto, pero es hora de ver que demonios pretende Leticia.
—Halo.
—¡Que demonios querías para enviarme a esa habitación, bruja!
—¿De qué hablas?
—No te hagas, pero déjame decirte que tu plan fracaso, ¡ah! Ese tipo dijo que le devolvieras el dineral que pago por mí.
—¿Qué dinero? ¡No sé de qué hablas!
—Imbécil, solo espero que el viejo asqueroso sea más inteligente que tú.
Le colgué, tengo que cuidarme de ella no volveré a caer en sus juegos, lo único positivo es que conocí ese monumento de hombre, me ha dejado impresionada, aprieto duro la almohada emocionada con tener mi propio príncipe azul, aunque nunca lo vuelva a ver.