Capítulo 4

670 Words
Sale de la iglesia y toma un taxi hasta su casa, sale del auto después de haberle pagado al conductor y entra, agarra su portafolio y saca una carpeta con el número del abogado de la mujer. Marca el número en su celular. - ¿Hola? -Atendió un hombre. -Hola, soy la abogada del padre Lucas, quería ver donde podríamos encontrarnos para hablar del asunto. -Claro, pero creía que el asunto había terminado. -Se equivoca señor, no termino nada y quiero arreglar la primera audiencia para llegar al veredicto, porque sé que su cliente mintió sobre lo que se le acusa a mi cliente. -Mañana no puedo, pero, ¿Qué le parece si lo arreglamos con una suma? -La cara de ella cambio. -Ninguna suma, si no se presenta a la audiencia que va a ser la semana que viene, es porque su cliente es una mentirosa, como es realidad. -Molesta y corta la llamada. -Imbécil. Más tarde, Gracia estaba escuchando al abogado, estaba muy nervioso sin saber que hacer. - ¿Le ofreciste dinero? -Lo mira. -Era obvio que te iba a decir que no, estúpido. -Enojada. -Juana no quiere meterse más en este asunto y yo tampoco. -Son todos unos cobardes, si tan solo no le hubieras dicho eso la hubiéramos peleado y capaz lo hacíamos renunciar. -No es mi problema, debes tener otro plan para que renuncie, pero yo no voy a hacer nada. -Vete de aquí, sal de mi vista, abogado de cuarta. -Lo empuja hasta la puerta y cierra la puerta. Sus ojos azules estaban llenos de ira y se tiro los pelos. -Son todos unos inútiles, tengo que callarlo ya, es capaz de contar todo y adiós mi esperanza de tenerlo. -Entristeció. -No puedo perderlo, él es mío... mío... Los vecinos del pueblo estaban poniéndole decoración en las calles, Gimena salió a la calle y no entendía el porque estaban decorando, vio que Fernando se acercaba a ella y suspiro. -Nos volvemos a encontrar. -Sonrío. - ¿Qué están haciendo? -Pregunto. -Pasado Mañana va haber una feria de caridad y una fiesta, por eso quería hablar contigo. - ¿De qué querías hablar? -Le pregunta. -Quería invitarte a la fiesta que habrá esa noche, quiero que seas mi compañera. -No lo sé si voy a asistir, pero voy a ayudar, no tengo ganas de salir. -Oh solo es una noche Gime. -Lo mira. -Tengo cosas que hacer. -Vamos Gimena, apuesto a que ya tienes todo resuelto. -No, no tengo todo resuelto. -Soy capaz de ponerme de rodillas para que me digas que sí. -Ella se ríe. -Y después vemos como marcha nuestra relación. -No hagas payasadas y está bien pero no te confundas. -Tarde. -Él se ríe y ella revolea los ojos. -Adiós. -Se va a su casa. Una muchacha entro a la iglesia y busco al cura, camino hasta un cuarto y él se dio cuenta de quien era. - ¿Qué hace aquí? La joven se pone a llorar y se acerca a él. -Perdóneme padre, yo no tengo la culpa. -Llorando. -Tranquila, siéntate y toma aire. -La hace sentarse y le da un vaso con agua. La deja sola para que se tranquilice y agarra su teléfono para llamar a Gimena. -Hola padre, ¿Qué paso? -Por favor, tienes que venir, es urgente, está la chica en la iglesia, está muy nerviosa. -Espéreme que en veinte minutos estoy allí. -Corta la llamada. Gimena agarra su cartera y sale a la calle para tomar un taxi. -Parece que todo se va a aclarar. -Pensó. Camino unas cuadras hasta que vio un taxi y se subió al auto. La chica no dejaba de temblar y él no sabía qué hacer, ella quería hablar, pero no le salía las palabras. -Tranquila, no tienes por qué hablar ahora. -La consuela. Gracia estaba caminando hasta el cuarto y escucho llantos, se deslizo sin que nadie la escuchara y se puso donde nadie la pudiera ver. -Yo no quise acusarlo...-Llorando. Ella escucho y se dio cuenta de que era la muchacha, sus ojos se abrieron como platos y se agarró la cabeza con las manos, sus manos no le dejaban de temblar. - ¿Y ahora que voy a hacer? -Piensa. - ¿Qué hace escuchando atrás de la puerta, señorita? -Gracia se dio la vuelta y vio a Gimena parada frente a ella.
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