Las palabras de Tania quedaron toda la noche haciendo eco en la mente de Rodrigo, a ellas se suman incontables preguntas, tiene en claro que Violeta no es feliz, pero ¿sentirá aún algo por él?, de ser así, ¿por qué se casó con Ricardo?, sabe que sus sentimientos no son moralmente correctos, pero los lleva consigo desde mucho antes que estar casada; ¿será que puede hacer un movimiento para atraerla o, por el contrario, debe apartarse?, son tantas las interrogantes y una sola certeza...
Después de cerciorarse de que Ricardo y Diego duermen, Violeta se ocupa en las labores domésticas; limpia los baños y la sala de estar, mientras en la cocina, las hornillas cuecen porotos (frijoles) y distintos tipos de carnes para, de ese modo, tener comidas adelantadas. El silencio de la noche le da sensac
