Bárbara no puede evitar sentir como su pecho se aprieta, desde que Rodrigo regresó de Brasil, ha notado que algo lo atormenta, pero no estaba preparada para escuchar lo que le cuenta. Le sorprende las ironías de la vida, porque eso es lo único que puede pensar a medida que escucha a su hijo contar la triste historia de su breve romance con Violeta, de cómo la ha amado todos estos años y que cuando al final la encuentra, resultó ser la esposa de Ricardo. Su corazón de madre se entristece al ver la mala suerte que ha acompañado a su hijo, durante toda su vida, primero cayó en las garras de una mujer arribista que se dedicó a espantarle las oportunidades de tener a su lado una buena chica; cuando finalmente se casa y era feliz, un fatal accidente lo hunde en la depresión y ahora esto. —No t

