—No me digas que vas de arrastrada detrás de mi prometido— esas palabras saliendo de la boca de Tania encolerizan aún más a la mujer. —¿QUÉ?, ¿TE DA MIEDO QUE PUEDA DESPLAZARTE?— grita con suficiencia y la española suelta una sonora carcajada. —Olivia, ¿no te bastó con abusarlo de niño?, o — se lleva el dedo índice a la comisura de los labios y agudiza la mirada, como si pensara —Ah, ya sé, te quedó el gusto por los hombres menores, mírate, eres una anciana ¿no te da vergüenza andar de ofrecida?. La mujer se quedó sin habla por un momento, hasta que se da cuenta como los presentes la miran con reproche y se burlan de ella. —Tú no sabes nada, él fue el que se aprovechó de mi...—sus palabras quedaron en el aire cuando Tania la interrumpe. —¿Crees que no sé que MI NOVIO tenía diecisiete

