—Fernando —Cristina se removió entre los brazos de Fernando, quién la tenía aferrada a su cuerpo. —hummm —fue la única respuesta del mayor, no se molestó en abrir los ojos, sonrió mientras besaba el hombro desnudo de Cristina —Fernando es tardísimo —lo intento de nuevo sin tener éxito alguno. —No te muevas cariño o no saldrás de esta cama —el rostro de Cristina cambio de color al sentir el bulto detrás de sus glúteos. —¡Es de mañana! ¡No puedes hacer eso de día! —la risa de Fernando irrumpió la habitación. Hacía tiempo que no era tan feliz como ahora. —Sabrás todo lo que puedo hacer contigo entre mis brazos y en mi cama —murmuró. —Me temo que estas en mi cama —respondió antes de dejarse llevar. Fernando tomo los labios de Cristina entre los suyos, muriendo por enterrarse en ella