El resto de la semana fue igual, fui a trabajar, al regresar al apartamento Jackson trae algo de comer de la calle o en ocasiones cocina algo bueno, hablábamos un poco, luego todo era incómodo hasta que mencionaba estar cansada y me iba a la habitación. Ya he planeado irme a casa el sábado y quedarme hasta el lunes, no he olvidado la misión de hacer que mamá no se vaya a Milán, la he visto más alegre últimamente, espero que se le olvide esa idea. –Seguro qué contigo subo tres kilos –mencioné. –¿Qué? Jackson ha traído hamburguesas y están ricas, pero definitivamente a este paso terminaré gorda, ojalá el ejercicio fuera lo mío, pero mentiría. Solo jugue soccer en el instituto y eso fue hace mucho. –¡Qué traes demasiada comida, Jackson! –Es deliciosa –se defendió –. Yo no la había prob

