Ella rió, acariciando mi m*****o por encima de mis calzoncillos mientras yo le abría el trasero una y otra vez. "¿Qué tal mi trasero, cariño? ¿Lo apruebas?" A veces haces las preguntas más ridículas. Ya sabes lo que pienso de tu culo. Ahora date la vuelta. Se giró para verme mejor, arqueando la espalda y sacando el culo para la pose perfecta. Me arrodillé y le bajé las bragas mientras ella mecía sus caderas bien formadas de un lado a otro. La abrí agarrando cada una de sus musculosas nalgas y tirando con fuerza hacia los lados, agradeciendo a quien fuera mi buena suerte. Embelesado, contemplé su suave y desnudo culo mientras lo tocaba por todas partes, admirando la perfecta altura a la que colgaba. "Ver tu trasero todos los días me hará el tipo más feliz y cachondo del planeta... Dios,

