Hoy era el día en que nuevamente debería que regresar al instituto; por un lado, la idea me encantaba y por otro lado la odiaba, la amaba porque podría aprender cosas nuevas y la odiaba porque debería que ver como Zaid se pasea de un lado a otro con su “novia”. Era un cínico, se quejaba porque yo hablaba con su hermano y sin embargo él, a la primera oportunidad que tenía, se iba con otra chica; tenía que admitir que toda esta situación me rompía en miles de pedazos mi corazón y sin embargo tenía que quedarme a ver desde primera fila sus engaños, me odiaba por ser tan masoquista, estaba segura de que si decía algo me ganaría una buena paliza; pues los omegas estábamos obligados a ser unos sumisos, la jerarquía era lo primero en este mundo, y no era precisamente justa. Estaba acabando de

