Prólogo
CLAIRE
Estoy cansada, es el quinto trabajo al que renunció en este mes.
Se estarán preguntado, ¿Por qué renuncias?, pues es muy sencilla la respuesta...yo renuncio porque mis jefes son unos malditos explotadores.
Soy editora y escritora, pero hasta la fecha no he tenido oportunidad de trabajar en una editorial, nadie me quiere contratar por falta de experiencia, es por ello que me gano la vida como secretaria, pero mis jefes son unos explotadores, mi trabajo es sencillamente ayudarlos a organizar su trabajo no a traerles café, darle masajes, hacerle un mandado para sus hijitas ni mucho menos acostarme con ellos, se creen que por ser su secretaria me tengo que enrollar con ellos, pues están muy equivocados.
Yo no soy como las demás secretarías que se acuestan con sus jefes, yo me doy a respetar, me doy mi lugar y nadie me va a faltar el respeto.
Por fuera soy puro amor, solo las personas que realmente me conocen saben que mi carácter es una mierda.
Estoy harta de mi situación, esta vez es el último trabajo que busco, si mi jefe es un idiota que cree que me acostaré con él renunció y prefiero vender caramelos que estar aguantando a más jefes idiotas.
STEPHANO
Maldita sea, otra secretaria que se quiere pasar de lista conmigo, yo no mezclo mi trabajo con el sexo.
Ahora ya no se a quien contratar, es la quinta empleada que despido este mes, todas quieren lo mismo, quien enredarse conmigo, pero están muy equivocadas, ellas no me eligen a mí, yo soy quien las eligió a ellas, soy yo quien elige con quien acostarse y a quien llevar a la cama.
Muchas mujeres me desean por esta aura fría que tengo y por la manera indiferente que las trato, otras solo quieren mi dinero, otras quieren un poco de fama, las mujeres son tan mezquinas y yo solo me aprovecho de eso.