Tomar la oportunidad

949 Words
Stephany Miller era su mejor amiga desde que tenía uso de razón. Andy siempre había creido que se llevaban demasiado bien por el simple y sencillo hecho de ser tan opuestas. Pese a que ambas eran extremadamente alegres y burlonas en muchos de los casos, Stephany siempre era la más extrovertida, segura de si misma y de sus habilidades. Era justamente eso lo que la llevaba a ser la vendedora mejor pagada de autos de lujo. Stephany era risueña, entregada a lo que le apasionaba y por sobre todo soltera. Todo lo que Andrea no era. Una mujer que esperaba el amor de su vida pero no se desesperaba por ello. Mientras tanto vivía la vida como mejor se le presentara, incluso siendo mayor que ella tan solo por un año. –No lo puedo creer, tuviste la oportunidad de obtener una fuente de la juventud y no la aprovechaste… –le dijo mientras bebía su primera copa de alcohol en toda la noche– –Qué exagerada –respondió Andy con una sonrisa tenue– te estoy contando que pasé la verguenza del siglo frente a él y tu solo está preocupada en… ¿Una fuente de la juventud? –Ha pasado poco más de un año desde que Ayden se fue… Sé que no lo quieres decir en voz alta, pero estoy segura de que en el fondo aún esperas a que él regrese e intente enmendar sus errores. –Stephany suspiró echándose sobre el respaldar del cómodo sillón– Andy, eres más que un simple arrepentimiento, ese cabrón te dejó de un día para otro aduciendo que estaba confundido. Independientemente de cuál haya sido la verdadera razón para dejarte, tu no eres su juguete. Debe aprender que no puede irse y regresar a tu vida luego de hacerse el imbécil. Andy solo se retuvo a asentir, tal y como lo hacia muchas veces. Stephany había estado a su lado durante todo su proceso de separación, por lo que era quien mejor conocía sus sentimientos y luto interno respecto a una relación que no funcionó. –Mírate. Eres guapa, tienes mucho talento y eres una excelente persona. Quién te ame debe estar seguro de lo que siente por ti y no descubrirlo en el camino. Sabía que su amiga tenía razón, que si Ayden regresaba sin más, no podía simplemente abrirle la puerta de su corazón otra vez. Durante los últimos meses de su relación él se había portado como un patán con ella, haciéndola sentir vieja, poco agraciada, nada competente y hasta incluso hacerla rogar por un poco de su atención. Andy no quería pasar por algo así de nuevo, mucho menos con alguien a quien amaba profundamente. –Pero anda, brindemos… –Sthepany levantó su copa por todo lo alto al notar que Andy ya se ensimismaba en pensamientos negativos otra vez– Porque lo vales y porque sé que aparecerá el hombre perfecto para ti y para mi… –Bueno quizá… –elevó su copa hasta chocar cristales– –Y mientras no encontremos al adecuado, disfrutemos con los equivocados… –Estás loca… –Cuéntame más de ese jovencito del gimnasio. –Andy sonrió contagiada por la picardía del momento y se sentó mejor para charlar– –Pues. Tenía cabellos oscuros y era alto, muy alto. –justo como a ambas le encantaban– Tenía ojos verdes, muy verdes… –recordando la forma en la que la miró cuando descubrió que llevaba cuarenta minutos corriendo– Su piel era blanca, parece que tiene una rutina de cuidado muy especial con su piel… –¡Ese chiquillo debe ser todo tuyo! –¿Qué? ¡Estás loca! –Andy ¿Con cuántos chicos lo has hecho además de Ayden? –ella se sonrojó al tener un conteo nulo– ¿Lo ves? Necesitas coger un poco más de experiencia, algo que te haga dejar de pensar en el cucaracho de Ayden. –Sí, pero no con un chiquillo que fácilmente podría ser mi hermano menor. –Pero no lo es. Mientras sea legal todo puede pasar, –enarcó una ceja, con esa actitud provocativa que hacía caer a muchos hombres y a todos sus compañeros de trabajo– tu vida no se acabó Andy. Verás que el destino tiene preparado algo mejor para ti… –Sí, creo que tienes razón quizá necesite algo de experiencia. –La vida pone en tu camino oportunidades que no pasan dos veces en la vida. Si un jovencito se ha fijado en ti sácale provecho. –Por todos los cielos Stephany ese muchacho solo quería la caminadora… –Eso es lo que tu crees –bebió otro sorbo de su bebida dando una mirada disimulada– pero si es tal como dices por qué no apostamos. –¿Eh? –Si ese chiquillo te vuelve a intentar hablar, eso demostrará que él no solo quería la maquina, si no que le interesas. Así que… tu pago por la apuesta perdida será entablar comunicación con él. –Estás loca… –río al ver el ímpetu que tenía– –Y si no te vuelve a hablar, pues no pasa nada. Continuas con tu vida normal y ya. En cualquiera de ambas tu ganas. –Stephany… La mirada poco segura de Andy no la detuvo. –¿Es una apuesta? Andy jamás se había podido resistir a la cabeza loca de su amiga, mucho menos cuando ella era tan influyente y solo quería lo mejor para ella. Pensó fugazmente en Ayden, ese idiota no se merecía más que su olvido luego de que solo le ofreciera distancia cuando ella necesitaba más amor. –¡A la mierda todo! ¡Acepto!
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD