La madre de Mina parecía estar más que aterrada con la idea de que su hija se iba a ir, ella movió la cabeza de un lado al otro mientras negaba con fervor la posibilidad de que esa chica se largaría de aquella casa en la que solo maltrato le habían dado.
“Pues lamento informarte, madre. Ya soy mayor de edad y no puedes prohibirme nada, me iré porque ya estoy cansada de todo el maltrato que me dan y si antes no lo había dicho era por el simple motivo de que estaba lejos de tener la cantidad que necesito para largarme de acá, pero ahora si ya estoy cerca. Solo necesito los 300$ que mi hermanito ha tomado, así que busquen cómo pagar si no quieren que la policía venga a la casa y se rompa la imagen de familia perfecta que tienen ante los vecinos o al menos la que ustedes piensan que es así, todos saben perfectamente la clase de trato que se me da aquí, solo que ustedes se hacen los idiotas.”
La madre de Mina fue a su bolso y de ahí sacó los 300 dólares restantes, se los dio a su hija de una manera no agradable, pero no quiso arriesgarse a lanzarlos y que ella terminara por correr la misma suerte que su hijo.
“Muy bien, ahora me retiro y espero que no metan sus narices en mi cobertizo. Pero por si acaso no pienso dejar este dinero en ese sitio y hoy mismo iré al banco para depositarlos en una cuenta, así nos ahorramos este tipo de situaciones.”
Mina se fue de la casa y dejó a su familia atrás, cuando ella no estuvo, la madre de aquella chica tomó a Markos de la camisa.
“No sé lo qué vas a hacer, pero Mina no puede depositar ese dinero en el banco. Tienes que evitarlo a toda costa, ella no se puede ir de esta casa porque sería nuestra perdición.”
“Mamá, déjala que se vaya. Tienes el ingreso mensual que el abogado te da y con eso nos podemos mantener.”
“Escucha, idiota. Ese ingreso mensual que el abogado me da es porque Mina se encuentra aquí, ¿En serio piensas que con el miserable salario que tu hermana me da es que tenemos todos estos lujos? Pues no, queridito, el imbécil de mi difunto marido dejó todo a mi adorada hijita, incluyendo esta casa. Esa marrana que tenemos, le hace honor a su nombre, es una mina de oro.”
“¿Qué has dicho?” Markos miró con sorpresa a su madre. “Esto tiene que ser una jodida broma.”
“Pues no lo es, así que evita que Mina se vaya de la casa porque si el abogado se entera de que esa mocosa ya no se encuentra en esta propiedad, ten por seguro que la va a buscar antes de tiempo y no podremos seguir viviendo la vida que hemos conocido hasta este momento. Dentro de un año exactamente tu hermana va a obtener un fideicomiso que mi marido muerto le dejó y no podremos obtener un solo beneficio de ese dinero.”
“Está bien, prometo hacer hasta lo imposible porque Mina no se vaya de esta casa. Solo tengo que hacer una llamada.”
Mina se bañó y se fue al trabajo, ella con gran pesar decidió tomar un poco de efectivo del dinero que tenía guardado y se fue a la parada de autobuses.
“¿Qué sucede?” Mina preguntó cuando el autobús se detuvo. “¿Por qué nos detuvimos?”
“Estimados usuarios, me apena decirles que el autobús ha tenido un percance. No sé cuánto tiempo pueda demorar, para los que deseen esperar pueden hacerlo.”
Mina miró su reloj y supo que iba con tiempo suficiente para irse caminando, pero no para poder esperar. Así que bajó del autobús y se alejó mientras daba un paso detrás del otro.
“¿Puede ser esto posible?”
Mina miró a Lysander en un coche, este se encontraba detenido puesto que el semáforo se encontraba en rojo. Rápidamente se acercó a él y tocó la ventana que estaba medio abierta.
“Lysander.”
Cuando Mina llamó a Lysander, él la volvió a ver un tanto sorprendido al mirar que aquella chica se encontraba en medio del tráfico y no se mostraba para nada nerviosa.
“Tú, ¿Qué es lo que quieres, camarera?”
“Por favor revise esto.” Ella sacó su libreta de diseños y se la extendió. “Créame que no se va a arrepentir.”
Justo en ese momento el semáforo se puso en verde y cuando Mina miró que el carro avanzaba, tomó el riesgo de detener el lujoso vehículo. El coche que venía atrás tocó el claxon, pero aquella chica lo ignoró por completo.
“No se lo suplico de rodillas porque el momento no lo permite, pero por favor revise esto.”
“Por favor quítate del medio de la carretera que puede ser peligroso.” Lysander se negó a tomar la libreta y Mina se sintió frustrada al ver la negación del hombre. “No quiero reclamos de la prensa, ni de nadie, porque te han atropellado.”
El carro avanzó, pero Mina en vez de darse por resignada ante el nuevo rechazo de aquel hombre fue que lanzó su libreta por la ventana y su puntería fue tan certera que logró entrar.
“¡Maldición!” Lysander brincó al ver la libreta. “En serio que esa chiquilla es insistente.”
“Solo busca una oportunidad de progresar así como muchos lo buscaron en su momento.” La asistente de Lysander miró un diseño en el suelo. “En serio que ella es buena, es una lastima que no tenga las herramientas necesarias para salir adelante y que tampoco cumpla con sus exigencias para que sea parte de la empresa. Cualquiera estaría encantado de tenerla en su equipo, es un diamante en bruto.”
Lysander se agachó y tomó la libreta, él se sentía fastidiado al escuchar la manera que su asistente le hablaba. Comenzó a revisar aquellos diseños y cuando el carro llegó a la empresa siguió viéndolos.
“Bueno, les he dado un vistazo tal como ella lo pidió.” Seguido de esto lanzó la libreta al cesto de la basura. “No tengo tiempo para pulir ningún diamante, y si ella es descubierta por otra empresa pues que se vaya. Ahora necesito saber cómo va la contratación de nuevos diseñadores, eso es algo que sí me interesa.”
Mina se encontraba en las afueras de la empresa, ella no fue a la cafetería y se reportó enferma. Aquel sitio se alzaba por todo lo alto y soñaba con estar trabajando aquí.
“Bueno, Mina. Roma no se construyó en un día y si realmente quieres salir de aquella casa pues debes luchar con uñas y dientes.”
Ella entró a la empresa y con paso firme fue directo a la recepción, la recepcionista la miró con un tanto de indiferencia mientras hablaba por los audífonos.
“¿Qué desea?” La mujer dejó de lado su audífono.
“He venido por el empleo de diseñador. Lysander tiene mi libreta de diseños, acabo de verlo hace unos cuantos minutos.”
“Ya veo, bien tenga esto.”
La recepcionista le entregó un gafete de visitante y luego indicó el piso de la presidencia. A lo lejos miró que Lysander se encontraba en una de las oficinas de la planta baja, ella sintió que las cosas se le estaban facilitando un poco más.
“Lysander” Mina se acercó al hombre y él la miró con fastidio “he venido a solicitar una entrevista de trabajo. ¿Puedes hacerlo?”
“¿Acaso tú le has dicho algo acerca de las entrevistas de trabajo?” Él miró a su asistente personal con reproche. “Creo que he sido lo suficientemente claro al hablar.”
“No le he dicho nada, pero como puede imaginar no es difícil de saber que está buscando diseñadores cuando ella misma lo ha escuchado en la fiesta a la que asistió ayer.”
Lysander se sintió un tanto irritado al verse al descubierto, él miró a aquella chica que se había aferrado a su persona como un piojo al pelo.
“Está bien, te daré una oportunidad” Lysander respondió luego de varios minutos bastante largos “ve a mi oficina, tienes 10 minutos para llegar.”
Él se fue al ascensor que era privado y de uso exclusivo para el CEO de la empresa, Mina decidió irse detrás y cuando estaba por entrar, Lysander presionó con fastidio y enojo el botón de aquel lujoso elevador y de esta manera impidió que la chica entrara.
“Bueno, supongo que será en el otro elevador.”
Ella se sentía un tanto avergonzada por lo que había sucedido y las miradas de algunos empleados no le ayudaban en absoluto.
Mina llegó al ascensor que estaba destinado para los empleados y ahí hizo cola como todos ellos, aquel elevador era muy pequeño en comparación con el que Lysander utilizaba. Miró que todos estaban amontonados, pensó en esperar el siguiente, sin embargo, al ver que estaba con el tiempo contado fue que decidió meterse con gran dificultad y terminó por apretar a varias personas.
Estando dentro, el elevador comenzó a sonar debido a que tenía un exceso de peso, los empleados con evidente fastidio vieron a aquella chica con algo de sobrepeso.
“¡El elevador no arranca por la cerda que se ha metido!” Gritó uno de los empleados que estaba al fondo. “¡Has dieta o muere! El mundo es demasiado pequeño para que alguien como tú esté aquí, a este paso van a sacar a la tierra de su órbita.”
Los empleados comenzaron a gritar y terminaron por obligarla a salir del ascensor. Mina totalmente humillada lo hizo, y al ver que no le quedaba mucho tiempo fue que maldijo.
“¡No! Tú no vas a subir.” Uno de los empleados la detuvo “tienes que esperar el siguiente elevador.”
Mina no tuvo más opción que irse por las escaleras, ella se encontraba en el quinto piso cuando pudo tomar un elevador. Llegó al piso de la presidencia y cuando estaba por entrar a la oficina de Lysander, él la abrió y miró con fastidio a aquella chica.
“¿Acaso no tienes sentido del tiempo? Llevas 10 minutos de retraso. No puedo seguir perdiendo el tiempo con una tipa que no muestra algo tan esencial como lo es la puntualidad.”
“Es que el elevador…”
“No me interesa en absoluto lo que tengas que decir, no puedes ir por la vida dando justificaciones de todo.” Lysander miró que ella jadeaba y estaba muy sudada “ahora vete, mi tiempo lo tengo calculado a la perfección y no puedo seguirlo perdiendo con alguien como tú.”
“Espere un momento, Lysander” Mina lo detuvo y él se deshizo de su agarre “dado que arruiné mi oportunidad con usted, le voy a pedir mi cuaderno de diseños. Buscaré a alguien más que me de lo que necesito, no importa si no es igual de grande que su persona.”
“Tu basura fue arrojada, se encuentra en el primer piso de la empresa. No sé cómo es que le puedes llamar a eso un cuaderno de diseños…”