Todo apestaba. No sabía cómo, pero ella estaba ahí, arraigada a mi recuerdo mientras intento luchar para no pesarla. Desde aquella conversación había evitado por completo en verla. afortunadamente aquella enorme casona vieja, olorosa a viejos recuerdo del moho y la grasa para pizza era tan amplia que casi había logrado mi cometido. Claro, sin contar con una cosa…Aquel maldito Bar.
-Pareces una basura, amigo-Jake me da palmadas en la espalda-más te vale quitar esa cara. acompáñame acomodar los equipos y deja de pensar en ella-dice como si lo supiera todo de mi vida.
-Cierra la boca-me detengo y lo miro bajando algunas cosas de la camioneta-En vez de pensar en tantas ridiculeces deberías concentrarte en ti y dejar eso que te metes.
-Quizás este en eso, pero aun así me doy cuenta de la cara de imbécil que colocas cuando la ves a ella.
-los tipos como yo no se enamora, Jake-le recuerdo mientras bajo la guitarra de Alex-soy el maldito Neil Cooper, yo no puedo estar enamorado de ella-solté, pero no se sentía como un alivio.
El hecho era que…me gustaba aquella bruja. Sin entender como siempre pensaba en ella, en su amargura, en aquel tono acido en el que suele decir las cosas. Bea New Castle se me estaba arraigando tanto en mi cuerpo que al más leve roce con algo me imagino que son sus dedos acariciándome.
-a veces la vida es extraña, amigo. supéralo-Jake me aconseja- Al menos Bea no es una maldita bruja,
se equivocaba.
-Es una chica genial.
Es una pervertida de primera.
-y aunque algo rara…
Usa ropa interior con gatitos.
-Pero es la que elegiste entre todas.
Nunca la elegí.
- ¿qué tiene de malo? ¿por qué te da vergüenza decir que estás enamorado? -
Resoplo.
-las mujeres son más destructivas de lo que crees, Jake. Yo fui testigo de que mi madre destruyo la vida de mi padre hasta inducirlo al alcoholismo por su egoísmo.
Sin duda alguna Violet nos arruinó a todos por su egoísmo. Ella jugó con mi padre y nos llevó a todos a la deriva.
-No todas las mujeres son como tu madre. saca eso de tu sistema. Hay muchas que si valen la pena pelear. Se que no puedo darte referencia de ellas, pero al menos tuviste una madre que te quiso y muchas chicas a tu alrededor ¿Qué tengo yo?
Un murmullo se escuchó ante nosotros. Intento desviar mi atención en él, pero no porque no quiero escucharlo; sino, porque sé muy bien lo duro que era para Jake el vivir con el hecho de que su propia madre lo regalo a un orfanato porque no podía encargarse de él.
-oh, Jake no le digas esas cosas a Neil- Dante dice con alarmante insensibilidad-ninguna mujer es indispensable-se acerca a mí y me da palmadas en el hombro- sabes, yo tengo un remedio para ti. hay un par de chicas que desean estar contigo.
-quizás la idea me gusta -todo con tal de olvidarme de Bea y que me gusta.
Necesitaba a toda costa poder quitarme esta obsesión por completo. No podía solo aferrarme a Bea. Pero cuando pensaba e ella solo me venía ganas de poder abrazarla, de protegerla, aunque sabía muy bien que así no era ella. Bea era mucho más fuerte que nadie y eso me gustaba.
El barullo de la música apenas logra entretenerme. Intento de ignorar a todos en mi alrededor y concentrarme en aquel par de hermosas chicas que Dante me habían prometido. Cada una era simplemente material de buena calidad envueltas en costosos minivestidos que eran muy fácil de quitarse.
Los senos de Nicole, la chica de cabello corto y dentadura de vampiresa de una u otra forma toman mi atención mientras ambos salimos a bailar pegajosamente en la pista.
Ella era una mujer decidida que sabía lo que deseaba. No dudaba a la hora de restregar su firme trasero en mi polla cuando mis manos acariciaban sus caderas y más arriba de sus costillas. Desde esta posición inhalo la esencia de su cuello, el sudor brillante que transpira su piel y aunque es delicioso no se compara con esa droga que Bea emanaba tan solo al agitar suavemente su cabello.
- ¿me dedicaras una canción esta noche? -me pregunta una vez que la música deja de sonar y pasa a otra más movida.
-siempre las canciones son para ti, Nicole.
-si, como no-rueda sus ojos-No soy tonta, tu finges que le dedicas canciones a cualquiera, parece que nadie es merecedora de tus letras.
-no hables así, tu eres la que me inspira, nena-la beso rápidamente sin sentir absolutamente nada.
Tenía en mi cabeza muchos pensamientos y todos giran en torno a ella, la pequeña bruja seguía aun dentro de mis pensamientos sin tener la mínima idea de lo molesto que era y eso me enojaba cada vez más.
- ¿soy la única para ti? -dijo en una voz muy ronca, casi sensual.
-claro, tu eres siempre la única, no hay nadie más nena-pero hasta ella se dio cuenta de que era falso.
-adoro ser tu nena-dice mientras abanica sus espesas pestañas embarradas de tanta pintura.
Nicole era tan opuesta a Bea, de seguro me hubiera ganado un puñetazo por utilizar un apodo como ese luego de un "eres un cerdo bastardo" con voz enojada. Si pensaba en mi relación con Bea yo...
¡momento! ¿relación con Bea?
No, no, no.
No había relación de ninguna manera, entre nosotros solo era un juego y ya lo daba por finalizado.
La noche se aletargaba a medida que pasaban las bandas. Estaba en ese punto que o disfrutaba de la buena música y ni siquiera insultaba aquellos patéticos cover que cantaban pendejos intentado sentirse cool con bandas que jamás habían escuchado.
Todo estaba bien hasta que ella se muestra en ese vestido corto que dejaba desnudos sus preciosos hombros aterciopelados.
¡maldición! Justo hoy se decide colocarse algo rojo.
No pensare más en ella.
Los minutos pasaban y la música seguía cada vez más prendida, fui a la pista y baile con aquella rubia de pelo corto que no dejaba de rozar su trasero en mi entrepierna mientras bailábamos lentamente una canción.
Una banda se monta en el escenario y empieza a tocar algo sobre el odio y la traición, ellos no tenían un buen ritmo y la verdad, me importaba una mierda pues solo eran un grupo de chicos con delineador en los ojos que gritaban como seres de otro mundo.
Sam nos saluda mientras esta junto a su novia y Bea como era de costumbre. No sé porque, pero me acerco a ellos y los saludo mientras aferraba más a mi lado a Nicole quien no paraba de reír y olerme el cuello.
Por la cara de pocos amigos de Vivi, sé que odiaba a la chica y me daba igual lo pensara. No me caía bien ella, pero trataba de llevar la fiesta en paz por Sam.
Echo una rápida mirada a Bea y ella solo luce como siempre, atenta aquel maldito vídeo juego sin siquiera prestarme atención.
-cantan estupendo ¿no? -pregunta Nicole mientras establece una conversación con mis amigos.
- ¿cantar? - Vivi dice sorprendida-son solo gritos, de verdad es que no entiendo nada, solo me dan miedo. Son algo bizarros ¿o no Bea? -y cuando no consigue respuesta de ella le da con su codo.
- ¿que? Ah, sí. Bueno, prefiero otro estilo de música-respondió con tal frialdad que me seguí enojando
¿tan importante era el juego?
-y que importa como cantan, nosotros somos mejores-respondo el sonriendo.
-bueno amigo mío-Erick aparece de pronto sin que nadie lo llame con la misma cara de estúpido y su larga barba con aspecto andrajoso-ellos están a punto de firmar un contrato discográfico, conozco a Silver, su cantante y dice que los han llamado, les van hacer un par de pruebas y grabaran un álbum-se sentó al lado de Bea.
-la banda de mi Bebé es mejor-aseguro Vivi recelosa.
Erick se acerca lentamente a Bea y la toma por sorpresa cuando le besa la mejilla.
Su cuerpo se estremece y cuando espero una patada de su parte solo me toma por sorpresa aquella insípida sonrisa.
Ella solo da un brinco, Sonreí esperando a que ella le golpeara, pero solo recibió una sonrisa de su parte y más nada.
¡maldición! Lo tengo tan cerca de mí y no puedo partirle la cara en estos momentos. Deseo que mis dedos se hundan en su garganta. Quiero ver su sangre correr como un rio sobre el suelo marmoleado mientras Bea me pide disculpas.
La muy bruja solo apaga su videojuego y socializa con el como si estuviese acostumbrada. Puedo ver una seguridad en sus gestos, en esa postura erguida que pelea sus hermosos senos y solo me dan ganas de castigarla.
¡Maldita friki!
Todavía puedo sentirla entre mis brazos mientras la dejaba llorar aquella vez que estaba asustada por culpa de eso canallas.
Debería ser yo quien le haga sonreír.
-ya vengo-Bea se levanta y sigue derecho hacia el baño de mujeres
Por alguna razón mi instinto me obliga seguirla.
Finjo que saludo a una persona y me zafo del agarre de mi acompañante y rodeo como puedo la mitad del bar hasta aquella puerta turquesa cuya etiqueta de unos enormes muslos con bikini rojos me acordaba a ella.
Entro con cuidado, no quiero que nadie me vea. Un espejo grande refleja las puertas metalizadas que tenían un ligero toque rosado por las bombillas con lámparas de papel de seda de ese color.
Todo huele a desinfectante y no veo en ningún lado a Bea, pero reconozco sus tacones enseguida. Toco la puerta y espero una respuesta de parte de ella.
-solo déjame en paz, hay más baños libres-gruñe molesta por la insistencia de mis golpes-okey, si salgo pateare tu trasero-siguió diciendo con malicia.
-me encantaría otra cosa en vez de que me patearas el trasero-le digo burlón.
Puedo escuchar un grito ahogado y en pocos segundos el inodoro suena y ella sale con las mejillas sonrosadas por el calor y su frente arrugada.
-no es gracioso ¿qué es lo que quieres? ¿no estaba con tu chica? -sus tacones hicieron un ruido muy extraño mientras se acercaba hacia los lavamanos y untaba delicadamente el jabón en sus manos para frotarlo.
-puedo oler celos a distancia-y claro que tenía razón.
-no seas cretino ¿por qué había que tener celos?
Ese era un buen punto para ella.
Se suponía que todo esto era solo un acuerdo mutuo entre dos adultos, aunque ahora se había salido de mis manos.
De verdad que quiera besarla ahora mismo y meterla dentro de uno de los pequeños cubículos, pero ella lo nota y solo me rechaza retrocediendo casi como si huyera de mí.
-no es buena idea lo que piensas, ni se te ocurra hacer algo-advierte lentamente.
- ¿o qué? - camino más hacia ella- ¿te opondrás? - Veo como pierde el control de sus emociones y ahora parece un ratón arrinconado y se veía tan hermosa, tan inocente y completamente sensual de esa manera que ella no se daba cuenta.
Unas risas se pueden escuchar a pesar de la música fuerte y los grandes gritos de una mujer que entonaba algo de Janis Joplis. En vez de retroceder solo me acerco más hacia ella y tomo fuertemente su rostro con mis manos para besarla, aunque trata de resistirse.
Un grito de impresión sale de la boca de las recién llegadas y solo se dan la vuelta, aunque se fijaron muy bien de quienes éramos y estaba completamente seguro de que estarían la noticia por el bar y me importaba un comino.
Yo solo quería besarla y tocarla y lo único que hace ella es darme pelea. Su corazón late tan fuerte como el mío, pero sus brazos solo me alejan de ella y aunque no quiero la presiono y subo su vestido mientras acaricio su muslo con presión.
Un gemido se escapa de ella, pero no era uno de placer, había algo diferente. Me detengo y veo sus ojos acuosos, ella ahora luchaba por mantener sus lágrimas en su interior y yo me siento como un maldito enfermo por ello.
-yo…mierda, Bea. Lo siento-bajo la mirada, me odiaba por esto.
Sabía lo que le había pasado y ahora me comportaba como a aquellos mal nacidos que le habían hecho daño. Acerco mi mano hacia ella y solo recibo un puñetazo profundo en mi nariz que ennegrece mi vista por varios segundos hasta que poco a poco los puntos negros se hacen más claro y la sigo viendo tan asustada de mi con su cuerpo temblando.
-no lo vuelvas a hacer más nunca. No quiero que me toques y si tan ansioso estas mejor busca a tu puta de turno-grito mientras que sus piernas temblaban en un intento de mantenerse firmes.
-yo solo...-La había embarrado.
-tu, nada-corto en seco mi excusa-Eres un perfecto imbécil ¿qué es lo que pretendes? ¿un trio en tu mundo de fantasía? –vocifero mientras se alejaba de mí.
- ¡No! ¡Por dios! -niego con mi cabeza y con cada partícula de mi cuerpo- ¿No puedes entender lo que me pasa? - ¿tan ciega era ella? -Estoy que exploto de los celos. Quiero asesinar a Erik, no quiero que el u otro imbécil te toque ¿puedes entenderlo? -grito y siento como mi bilis revienta de la rabia, quería reventar algo, deseaba gritar y que ella me escuchara.
Por un segundo ambos quedamos en silencio. Sus malditos ojos oscuros se vacían sobre mi como lava caliente y siento que arden de rabia.
- ¿Pero tu si puedes cogerte a la rubia? –apenas articulo-Eres un imbécil, sabes que ambos hicimos un trato y si no sabes cumplirlo es mejor que dejemos esto hasta aquí, no quiero que me vuelvas a tocar, no eres mi dueño y si quiero puedo estar con otro.
-no lo dices enserio, solo estas molesta-lo digo más para mí que para ella-cuando te toco te mojas en seguida. Soy el único que puede hacer estremecer tu cuerpo con tan solo pasar mis dedos sobre tu piel, lo sabes Bea. Esto que sentimos los dos es muy fuerte. No trates de fingir como siempre.
- ¿lo crees? -Ella alzo su ceja.
-lo creo-intento acercarme, pero esta vez cautelosamente.
No quiero asustarla, solo necesitaba demostrarle que era cierto lo que yo decía. La acorralo de nuevo contra las baldosas brillantes y frías de la pared. Bea esta vez solo contiene su respiración, siento como cada poro de su piel se eriza sin tener ningún contacto. Apoyo mi mano sobre la pared, ella se siente acorralada y en vez de ser aquella chica indefensa, vuelve la bruja que le encanta retarme-ahora mismo estas mojada-digo cerca de su oído.
-Por supuesto que no.
No las líneas de su cuello templadas por la tensión del momento. Me inclino hacia ella, aspiro lentamente el sudor de sus senos a la vez que exhalo la gloria a través de mi boca.
-Siente lo mismo que yo, no puedes ocultarlo. Este juego nos ha llevado hacia un punto donde ambos nos necesitamos. siente esto-agarro su mano y la coloco en mi v***a endurecida- ¿lo sientes? -digo apretándola con mi pecho mientras que sus dedos frotan mi bragueta-no puedo evitar sentirme de esa manera cuando estoy a tu lado y sé que te pasa igual-deslizo mis dedos sobre su ropa interior y para mi victoria se siente completamente humedecida, lo cual era un triunfo.
Sus labios carnosos apenas conservan el carmín de su pintura. Me acerco con fiereza para besarla, pero en ese justo momento una voz nos detiene.
- ¿sucede algo? -pregunta Nicole con un gesto de confusión- ¿qué haces aquí cariño? -mira unos segundos más a Bea- ¿vamos hacer un trio? -grita como si fuera una niña y corre para estamparme un gran beso en mis labios.
-Sabía que no podía confiar en ti-Las manos de Bea me dan un fuerte empujo y se aparta.
- ¿Qué pasa? -Nicole se finge sorprendida- ¿vamos hacer un trio? ¿no te crees capaz de competir con alguien como yo? -pregunto mientras posaba la mano delicadamente sexy en su cadera.
-No me confundas. Las zorras como tú no son competencia para mi-Bea sentencia mientras intenta dar la vuelta.
-Deberías estar agradecida de que Neil y yo te tomemos en cuenta para algo. Después de todo alguien tan patética no tendrá la oportunidad de un buen acoston ¡mírate! Eres tan rara.
Intento ir detrás de ella, pero Nicole se pone en mi camino con aquella sonrisa de triunfadora.
-Es en serio. No tengo tiempo para esto-le digo apartándome de ella.
Como puedo los empujo uno a uno hasta conseguir algo d espacio y ver donde estaba ella.
Bea se sienta sobre las piernas de Erik para sorpresa de todos y solo hunde su boca contra la de él.
Mi sangre golpea mis venas y se desborda en un mar de ira. Quería cortarlos en dos, a él por tocarla y a ella por dejarse.
- ¿Que pasa amigo? -Alex se acerca pero no mucho-¡tranquilo! pareces que tienes ganas de joder a alguien.
-y no sabes cuánto-aprieto mis puños con fuerza, no sé si pueda contenerme.
Bea rodea con su brazo el cuello de Erick y este se atreve a subir la mano hasta su pecho y lo presiona.
-lo voy a matar-salgo corriendo, pero Alex me agarra por la espalda y maldigo.
- ¿A dónde crees que vas? demonios, tranquilízate-y aprieta el brazo para detenerme.
-no. Ella es una maldita zorra-grito para que me escuche-Bea, eres una zorra-y llamo su atención-no tienes vergüenza alguna al estar besándote con ese tipo ¿cómo te atreves? -la alejo de él rápidamente.
-hago lo que se me dé la gana-fue su respuesta sin vacilar.
-_ ¿pero comportadote como una barata?
-baratas son esas con que tú te las pasas cogiendo-y da un manotón en mi pecho.
-al menos ellas no fingen ser mojigata como tú.
-será que la dejes en paz, amigo-Erik se mete en medio de nosotros como si quisieras ser el héroe de la a historia y enseguida solo se gana un gancho en el ojo.
-no te atreva s a tocarla ¿entiendes? Bea es mía-le advierto a él y a cualquiera que intente ponerle los ojos encima.
- ¿qué? -Vivi corre hacia nosotros, tratara de decir algo, pero mi mirada furiosa la calla.
Contente, Contente… ¡nah! ¡hazlo!
Me acerco a Erik para seguir peleando, pero otra persona me da en el ojo. Quedo aturdido por un segundo y respondo lo que hace que el caos reine sobre todos.
-Ayuden a Neil-dice Sam mientras se mete en medio de todos.
Mis amigos y los de Erik de pronto se encuentran en una batalla campal llena de puños, botellas y confusiones.
Erik me ve tirado y me patea, pero me levanto con rapidez y ahora soy yo quien tienen el control completo de la lucha
-Detente-Bea-me grita y trata de acercarse, pero un chico la empuja para que nos deje en paz y cae encima de un mar de vidrios rotos que se clavan en sus piernas.
-no la toques-grite al idiota y le parto los labios.
-eres un imbécil, Neil-traga fuertemente saliva e intente o derrumbarse por el dolor.
-Lo sien…-intento ir a ella, pero siento algo que estalla en mi cabeza y la oscuridad me arropa.