Capitulo 16-Bea.

2821 Words
Afortunadamente solo fueron leves heridas que seguían picando como el diablo, pero nada más. Trate de salir del hospital antes de Neil despertara, no quería verlo por ningún momento por eso solo llego y me tumbo en mi cama. Me aferro a mi almohada y cierro mis ojos con la esperanza de que aquel momento solo hubiese estado en mis sueños más oscuros. Había sido tan estúpida. Era una imbécil que por un instante le creyó a Neil Cooper cuando dijo que sentía algo por ella. En ese momento cada poro de mi piel se había erizado mientras que todos mis sentidos se agudizaron por sentir como con fuerza diluviaba entre mis bragas. Odiaba admitirlo, pero yo era otra más que había caído en ante la sonrisa maléfica y preciosa de Neil. Confusión, confusión. Todo se sentía como si hubieran agitado un gran enjambre dentro de mi cabeza. No tenía ni la más remota idea de que iba hacer de ahora en adelante. Solo me quedaba hundirme en la soledad de mi habitación por esta noche para estar a salvo.  Sentía aquel dolor característico en mis ojos y garganta. Siento esas ganas de llorar de forma inconsolable, pero me obligo a detenerme. Quería llorar, pero no lo hago, dije que no derramaría lagrimas por los hombres, aunque me siento demasiado furiosa conmigo misma.  ¿Cómo permití que todo llegara a hasta aquí? El juego se fue de mis manos y acabe con el corazón roto por mi culpa. Era mi maldita culpa permitir que empezara a nacer un sentimiento que creía muerto en mi por alguien que solo le encantaba follar. Entierro mi cabeza en la almohada, no deseo hablar con nadie. Solo quería perderme para siempre y lo juro, si hubiera tenido una forma de salir de ahí lo habría hecho para no verle más su estúpida cara. - ¿estás bien? -Vivi entra a mi habitación. -sí, solo quiero estar sola-y me arropo hasta mi cabeza para no verla. Vivi solo suelta un suspiro-no sé si lo quieres saber, pero Neil termino con cuatro puntos en la cabeza. -me alegro-miento-aunque es una lástima que no se la hayan estrellado entre los dientes. los pasos de Vivi se acerca, su peso sentándose en mi cama me mueve un poco, en seguida acaricia mi cabeza - ¿cómo te sientes, Bea? Era raro que me preguntaran eso. Sentir su mano dándome confort era otra sensación que jamás había conocido. -como si tuviera ganas de matarlo-y me ahogo dentro de mi almohada-no sé por qué me molesto tanto. Me dolió que me hablara así y también lo que hizo. -es porque te gusta-las manos de Vivi me quitan la sabana y sus dedos entran en contacto con mi cabello lentamente, su voz serena es tan dulce para aquella horrible mentira que habían dicho. -no-niego con todas mis fuerzas- yo no podría está enamorada de aquel grandísimo canalla-prefiero sacarme los sesos vivos antes de aceptar ello. -pero lo es-Concluye pacíficamente-ambos jugaron algo peligroso Bea y ahora ha terminado de esta forma- veo que muerde sus labios, hay una gran duda en su mente y sin temer solo me pregunta - ¿por qué besabas a Erick? ¿querías darle celos o me equivoco? Intento que los engranes de mi ente encajen las ideas. Aquella era una pregunta rotundamente interesante, extraña. Parpadeo unos segundos. Reacciono lento y me preocupa. -quería que viera que no era patética-es lo primero que se me ocurre-y solitaria, yo no quiero dar lastima a nadie y puedo conseguirme a otro imbécil como él. -y querías darle celos. Acéptalo, cariño. - ¡No!- sí, yo quería darle celos, quería que viera lo que se siente -¿me podrías dar cianuro Vivi?-me quejo mientras ahogo un grito irritado. Ella solo suelta una risa por mi broma-ya se te pasara Bea, descansa. -Vivi-la llamo- ¿crees que la cagamos? - ¡mucho! ambos la han cagado de la peor manera-admitió para mi horror. - ¿dónde está el cianuro cuando lo necesito? -y de nuevo me hundo otra vez. Luchaba contra mi ser con mucha fuerza para no llorar, no iba a derramar lágrimas por Neil.  El y nadie merecía mis lágrimas, ya estaba cansada de todo eso, del control, de vivir ocultándome, de ser la chica rara de la que todos tienen el derecho de abusar solo porque a nadie le importa. -Bea ¿podemos hablar? -su voz solo lastimo mis oídos. -Vete-digo envolviéndome de nuevo en mi sabana-Vivi, haz que se largue-suplique con voz desgastada. -ya le escuchaste Neil. ¡déjala sola! -ordeno. -yo solo quiero saber si estás bien-dice ignorándola-Bea yo...-- -yo me voy-escucho que ella cierra la puerta dejándome sola con aquel cretino. Sus dedos deslizan mi sabana con suavidad mientras se mantiene en un silencio angustiante. Mi cuerpo tiembla al sentir su calidez a mi lado. El corazón se acelera y mi estómago solo se contrae con tanta fuerza que siento que me aprieta. -lo eché a perder-suena su voz irritante cerca de mí- Yo no quería que salieras lastimada-hizo una pausa y respiro de nuevo-tampoco quise llamarte zorra, tú no lo eres, pero verte con Erick… ¡tú estabas besándolo! y me perdí en ese momento, me cegué por la rabia. Él no tiene por qué tocarte, nadie tiene porque hacerlo. - ¿a qué juegas, Neil? -pregunté mientras me giraba para enfrentarlo-Claramente establecimos unas reglas, esto era un trato y se suponía que… - ¡Al diablo! -el me interrumpe en seco-Me importa un pepino las estúpida reglas, Bea. Le revente la cara a Erick porque te estaba tocando-de nuevo repito, pero más fuerte-no puede hacerlo ¡tú eres mía! ¿es difícil de entenderlo? Tú eres mía. Solo eran tres palabras y las muy estúpidas reaccionaban tan fuerte que sentía como mi corazón palpitaba.   - ¡No lo soy! -dije cortante intentado resistirme-Haz lo que se te dé la gana. Eres libre y yo también. - ¡No lo eres!-dijo con calma-lo sabes. Tu piel reacciona cuando siente la mía. Tu cuerpo se estremece solo a sentir el más leve roce del mío. Sé que te mojas solo al sentir mi aliento en tu cuello, cuando sientes mis dedos acariciar tus suaves pechos, Bea. Tú gritas, mi nombre. Acéptalo, eres mía. Y no voy aceptar que alguien toque lo que es mío.  -Pero yo sí puedo aceptar que otra te toqué-respondí para nuestro asombro. -eso suena como si estuvieras celosa-dice acercándose más a mí. La cama se hundió mientras su peso se unía al mío. -no estoy celosa-niego mirando sus oscuros ojos, pero es verdad. Estaba celosa. Quería de verdad poder arrancar aquellos estúpidos cabellos dorados de esa chica y con un par de agujas explotar aquellas siliconas perfectas que él no dejaba de ver. -¡mierda! Yo si lo estaba-confiesa encarándome. El acorta nuestra distancia y lo dejo. Permito que su mano poco a poco desciende hasta mi cuello y que sus dedos acaricien mi clavícula y luego regresan hasta tocar mis labios. -Tienes que irte-mi voz sonó casi como una súplica. Pero mi cuerpo pedía a gritos que me tocara nuevamente. - ¿por qué no lo aceptas?-pregunto mientras acercaba sus labios a los míos. Cierro mis ojos, mi respiración se intensifica cuando roza sus labios con los míos-acepta que también te gusto. -¡jamás!-dejo salir- tú no puedes gustarme. tu eres un Cerdo Bastardo, un maldito mujeriego, por eso eras perfecto. No había riesgo de que esto sucediera-confesé. - ¿que sucediera qué? ¿a qué le temes Bea? Aquella era la pregunta del millón ¿a qué le temía? -a que terminar con el corazón roto Neil-confieso-no quiero terminar así. ya tengo suficiente con mis problemas y lo último que quiero es lidiar con esto-callo un momento para tomar el valor de preguntar-¿por qué te gusto? ni siquiera soy bonita o alegre como esas chicas. No puedo ser como ellas, no me pidas que sea como ellas porque simplemente hay algo en i que no me lo permite. -Bea, cállate-me interrumpe-deja de hablar tanto-yo te amo. Estas tres palabras era mucho peores. Siento como me golpean en la cara, dentro de mí una sensación de emoción empezó a crecer, era la primera vez que el me decía algo como eso. No digas eso Neil. tú no puedes amarme, tú no te enamoras-le recordé.  apoyo mi frente en su hombro. Se sentía extraño como se formaba un nudo e mi garganta mientras  Neil aprieta mi mano. Su rostro se acerca y me besa con dulzura y muy despacio y caigo. Estoy rendida ante él y en menos de lo que pienso ya siento su peso sobre el mío.  Le permito que juguetee con su lengua en mi boca mientras que sus dedos buscan hundirse en la carne de mis senos.  Lo deseo tanto y quiero que se aferra a mi rápidamente, quito su camisa y beso su cuello largamente a la vez me desabrocha mi sujetador y me despoja completamente de mi ropa. Se detiene y e hace sentir un poco incomoda. -¿Qué?-pregunte intentando moverme pero el me detiee con s voz. -Ere perfecta. No sabes que tan excitado me tienes-sus dedos acarician mi pezón con suavidad-me encanta tus senos-inclina su cabeza lentamente y deja salir su lengua para que saboree toda la zona con suavidad. Cierro mis ojos en automático. Mi respiración se acelera y me dejo llevar de nuevo. -¿Qué tan mojada estas?-pregunto al tiempo que abría suavemente mis piernas-¡maldición!-susurra-estas muy mojada-y solo me Bea suavemente por el interior de mis muslos hasta bajar a mis labios. Mi instinto me lleva a inclinarme sobre la cama. Arqueo mi espalda y muerdo mis labios mientras recibo aquellas marejadas de placer que crecen en mi vientre. El me sostiene con fuerza las piernas, sus palman me sujeta, me separa cada vez más y el solo se dedica a hundir su lengua en mi clítoris. -¡mierda, Neil!-solté avergonzada y me aferre a las sabanas-por favor, quiero sentirte dentro-le ruego con espasmos que me causan temblor. -Aun no-y suelta es sonrisa odiosa-necesito probar tu sabor-soltó girado su lengua con rudeza. Suelto un par de gemidos sin poder controlarme. Mis piernas intentan sacudirse, pero él las sujetas tan fuerte que duelen, pero es la menor de mis preocupaciones pues estoy ocupada moviendo mis caderas suavemente y sujetando su cabello corto lo mejor que puedo hasta que me sacudo fuertemente y me desplomo en la cama. -Rayos-suelto temblando aún. Neil se acomoda con delicadeza a mi lado. Su cuerpo sudoroso se adhiere al mío. Aspiro su aroma. Era delicioso el olor a los cigarrillos mezclado con su colonia. Ambos nos detenemos frente a frente. Por un minuto nadie dice y hace nada hasta que el mismo se encarga de romper ese silencio con un abrazo. Al instante me quede rígida, mi cuerpo se tensó por aquel contacto poco común. Sus gruesas pestañas se agitan ligeramente y sus labios se ensanchan burlonamente. -¡Mirate! ¿puedes calmarte? Es solo un abrazo-contesta besado mi frente. -Cierra la boca-intento apartarme pero él lo impide-¿Qué haces?-pregunto mientras nuestros cuerpos se aprietan. -Eres prisionera hasta que te acostumbres a esto. -yo no…-muerdo mi labio-es raro-confieso-esto no es para mí. -Lo es, Bea New Castle. Acostúmbrate a mis abrazos, son los más codiciados por esta zona-suelta divertido. -Eres un idiota-digo, pero no puedo evitarme reírme. -Y esto me confirma a mí de que eres humana-acaricia mi cabello a la vez que se llega hasta mi boca para besarme. -Claro que lo soy-me quejo. -Es que eres absolutamente rara, Bea y tienes que reconocerlo. -No es malo-me encojo d hombros-no siempre me tienen que gustar las mismas cosas que los demás. -no es por eso. Es por tus emociones. Nunca se en que piensas y cuando creo que vas actuar de una manera solo haces algo diferente. -Soy humana-ruedo mis ojos-incluso tuve sentimientos muy humanos como ganas de partirle la cara a esa chica cuando quiso hacer su estúpido trio. -eso hubiese sido tan caliente. - ¿el trio?-pregunto arrugando mi frente. - ¡no!-niega con su cabeza-dos chicas peleándose por mí. -Eres un cerdo Bastardo-golpeo su pecho y observo su nariz enrojecida-¿te duele?-pregunto. -tienes una mano pesada. pegas igual que hombre-sonríe y me desordena mi cabello-yo siento todo lo que te dije e hice. me comporte como un Imbécil. -yo también fui una Imbécil, Neil. Besé a Erick a pesar de que me daba repugnancia, no quería que más nadie lo hiciera. Tu eres el único con el que puedo sentirme cómoda, la única persona en la que puedo confiar-lo beso suavemente a la vez que entrelazo nuestros dedos. -lo sé, ese es el efecto Neil, una vez que te toco más nadie te hará sentir lo mismo que yo-brome a conmigo. le doy un golpe en el brazo y lo beso mucho más fuerte que la ultima vez-eres un Bastardo creído. -bueno eso quiere decir que progresamos, al menos no soy el Cerdo bastardo de siempre. -si lo sigues siendo Neil, pero eres mi cerdo bastardo-dejo salir. -ah-hace un gesto sarcástico-entonces ese es mi apodo cariñoso-toma una pausa-lo quiere decir que te gustaba desde el principio, lo sabía. -¿que? ¡no! de verdad te odiaba. Eras tan superficial y egoísta. Quería patear tus bolas la primera vez que te vi. - ¿entonces qué fue lo que te cautivo de mi Bea? -que eres bueno en la cama-saco esa gran conclusión. -ahora si te doy la razón-ahora el me besa con prisa mientras acaricia mis muslos estremeciéndome de nuevo y dejándome llevar por todo lo que sentía. La mañana siguiente… Esta era la primera vez que despertaba en mi cama y sentía los pulsos tibios de una persona a mi lado. Los brazos de Neil me envolvían fuertemente para evitar que me escapara de su lado. como puedo me suelto de aquel agarre y contemplo su rostro dormido, de verdad podía pasar horas como una idiota mirando aquel rostro pacifico que dormía en mi cama. Froto mis ojos a medida que trato de terminar de levantarme. Busco una franela larga y los shorts de siempre para salir a desayunar, pero aquellos quejidos de Neil y su mano buscándome me detiene. El se estira como puede y da vueltas hasta que abre los ojos por completo. -¿me usas y te vas?-se remueve un poco en la hasta bajarse de ella completamente desnudo y acercándose a mí-eso es despiadado-me rodea entre sus brazos y me da un repentino beso. -deberías vestirte rápido, Neil-le recomiendo mientras muerdo su mentón juguetonamente. -¿nerviosa, boa?-pregunta con voz profunda. -No. tentada-mis mordiscos bajan lentamente hasta su cuello. -¿otra vez de nuevo?-escucho la voz de Alex de tras de la puerta-deberían parar, hay que personas que no tuvieron acción por su culpa-reclama muy herido. -maldito-Neil une sus cejas molesto. -mejor salgamos, tengo hambre-y me separo de sus brazos. la mesa estaba llena a excepción de aquellas sillas vacías y juntas que daba la espalda a la nevera. todos nos miran atónitos al ver que teníamos las manos unidas, podía escucha un silencio incomodo entre todas las miradas divertidas de mucho menos de Alex, el si estaba molesto por aquel golpe en su mejilla y no conseguir que su cita le acompañase. -Esta mierda tiene que saberlo el mundo-Jake solo toma una foto sin más-ya veo los comentarios de las chicas odiándote y muriendo de envidia por capar al más perro de todos-y suelta una risa estruendosa. - ¿por qué no le tomas foto a este? -Neil le muestra su dedo del medio. -creo que la foto de Bea y tu tomados de las manos causaría mas revuelo. por cierto, son más ruidosos que Sam y Vivi. -¿que? ¡oye! -Vivi se queja-nosotros no hacemos tanto ruido-se recuesta en Sam un poco avergonzada. -¡Ignóralos, bebé!  al menos hay personas que tenemos acción en esta casa-Sam solo besa su frente tiernamente. Me gustaba mucho verlos juntos. Sin duda eran una buena pareja. Sam siempre preocupaba por ella, era atento y entendía uy bien a mi Prima, pero sobretodo la hacía feliz. -No sé qué tienen ustedes dos-Dante comenta entrando con un vaso enorme de café humeante-le cortaron las bolas a los más perros-se queja lanzándose en el silla-y ni siquiera son tan bonitas. -vete al diablo-Chilla mi prima lanzándole una servilleta. -Es broma, general-reacciona riéndose-solo espero que eso no se vuelva moda. -Puede que también te toque y me reiré de ti-Apunta ella con su dedo. -hace años me cure de esa enfermedad-y bebe un largo sorbo y luega solo suelta un eructo que la enloquece. Todo rien, incluso y lo hago. Los chicos les fascina discutir con Vivi y molestarla todo el tiempo.                  
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD