Capitulo 17-Neil.

2783 Words
Y de pronto un día estás cogiendo con miles de chicas y al siguiente te enamoras de la más rara con la que te has topado en toda tu vida. -¿estas lista para esto?-le pregunto a mi chica mientras ella sin palidecer a la aguja que sostenía.   -Se vale llorar-le recuerdo una vez más. -no lo hare-aseguro con esa retadora que me hace sonreír. Desde hace una semana a Bea se le metió una loca idea de querer tener una perforación y hoy decidió hacerlo realidad. -puede dolerte un poco-le advierto viéndola sentada en la camilla negra. - ¿qué es un poco de dolor comparado a lo que sé que te gustara, Neil? - dijo mi nombre lentamente como si su aliento se condensara por lo ardiente de sus palabras. Estoy excitado, lo confieso. Justo ahora mi amigo se encuentra muy presionado dentro de mis pantalones. Era demasiado ardiente la idea de una pequeña esfera metálica en su dulce carne. - ¿ya estas excitado? -ella alza una ceja mirando mi entrepierna. -Es tu culpa y no debería ofenderte, velo como un cumplido-le explico, pero ella solo sonríe y se levanta para acercar provocadoramente hacia mí. - ¿Quién esta ofendida? -pregunta.  Sus pequeños dedos se deslizan en el interior de mis pantalones. Mi cuerpo se tensa. Aprieto mis parpados y respiro profundo. Intento pensar en todo menos de las ganas que tenia de follarla en aquella silla ahora mismo. -déjate de juegos-le advierto. -¿Por qué tan serio?-pregunta riéndose.   -no deberías inquietarme tanto Bea, voy a perforarte los pezones-y le muestro la aguja. -y espero también me perfores otra cosa-suelta con voz ronca. ¡Dios! Esta bruja sabe cómo enloquecerme.             No sé por qué, pero solo la beso en la coronilla de su cabello mientras que observo como deje sus hermosos pechos en el aire. Me concentro. No era la primera vez que perforaba esa área del cuerpo. Pero, con Bea la cosa cambiaba. Ella tenía esa capacidad de aumentar mi libido apenas la observaba. -ponte el gorro-le pido. -¿Qué?-pregunta confundida. -que cubras todo tu cabeza con ese estúpido gorro, no puedo hacer esto si me miras de esa manera lasciva. -quien lo diría-suelta bajando su gorro de búho hasta sus ojos-Neil Cooper se siente intimidado. Respiro profundo. Con calma procedo aplicar la anestesia en crema. Espero unos minutos a que haga efecto y perforo con cuidado su delicada piel dejando esa olita plateada resaltando en la zona enrojecida. -listo-digo soltando un suspiro-¿te ha dolido?-le pregunta dibujando con mis dedos pequeños círculos en su carne. -me ha excitado bastante. -no sigas hablando así-le advierto-Creo que no podre controlarme y tienes que cuidarte ahora para que no se te infecten. -no puedo creer que te estés acobardando-y se baja dela camilla fingiendo molestia. Se coloca su camisa blanca con un personaje japonés de una chica vestida de colegiala y trata de avanzar a la salida. me quito los guantes rápidamente y los boto a la basura. A toda prisa la agarro por la muñeca y la halo hacia mi quedando ambos a pocos centímetros de distancia. la mano de ella entra sin mi permiso en mi pantalón provocándome un dolor agradable mientras abro la boca para devorar sus labios gruesos dejándola privada de aire. -¿sabes que estamos en horario de oficina?-digo jadeando por la sensación de sus dedos en mi.-¡mierda! contrólate-cierro mis ojos mientras me dejo llevar por sus manos en mi pantalón. -sé que te gusta Neil, no lo niegues- se coloca de para llegar a mi boca de manera hambrienta. Yo por instinto la levanto sin ningún esfuerzo para colocarla en la camilla y besar su cuello y delicadamente la zona de su pecho. Mi cuerpo se siente bullicioso por sus caricias, de verdad que la quería en estos momentos, yo necesitaba a Bea a todas horas para calmar mis ansías. -¡hey! no empiecen ustedes dos-Sam toca la puerta antes de entrar-tienes clientes, Neil-me recuerda. -¿no pueden esperar?-gruño enfadado. -está bien, Neil-ella me interrumpe-será mejor que me vaya, no quiero interrumpirte en tus horas de trabajo-besa mi mejilla con suavidad-Adiós, Sam-y sale con un halo de serenidad, como si nada hubiera pasado y dejándome realmente en un tremendo problema. -no creo que el cliente se sienta cómodo mientras lo perforas teniendo una erección, Neil-dice Sam bromeando. -¡jodete!-pero tenía mucha razón, esto duraría un gran rato-dile que me dé un segundo. El resto del día fue sin novedad. Tuve muchos clientes, poco a poco el negocio iba creciendo y teníamos muchos clientes todo el día y aun así me las arreglé para salir a buena hora en busca de Bea. Era la primera vez en mi vida que iba a buscar alguna chica algún lugar a excepción de mi hermana. Era inquietante y muy extraño, pero ahí iba, con mi mejor ánimo. Después de todo iba pensando como desquitarme de la calentada de esta mañana.  Coloco algo de música, mis favoritas son esos rock pegajosos de los años 70 quienes hacían vibrar mi automóvil al ritmo de sus músicas mientras cantaba mentalmente las letras. La universidad se abre a mi paso lentamente. Paso por el gran arco hacia una larga vía recta rodeada de hermosa vegetación verde y grandes esculturas de hombres pesantes y de un montón de bustos de gente ñoña que alguna vez fueron importantes.  Me sorprende que conozco más de la mitad de los chicos de ahí. Casi todos frecuentaban el bar donde cantaba, muchos me saludaban como si fueran mis amigos y por cierto, las chicas seguían enloqueciéndose por mi presencia. -Hola, Neil-grito mi nombre Pipper, la chica de labios gruesos y existantes como las estrellas porno.  Ella estaba rodeada de otras chicas más que me saludan, en su mayoría habían estado conmigo apenas una noche, muchas de ellas terminaron enfadadas cuando creyeron que había una relación entre nosotros, sobretodo Pipper y su sensual trasero fitness. -Hola, Pipper- sonrío mientras me dedico en buscar con la mirada a Bea. no disimulo mi fastidio y alzo mi vista para encontrarla rápidamente. -estabas desaparecido, desde hace tiempo que no te veo-ella sonríe-y si no te llamo entonces no se de ti-ella se acerca mucho invadiendo mi espacio. Desde este lugar puedo sentir aquel costoso perfume que brota de su piel. -he estado ocupado. -¿con que?-pregunto rodeado mi brazo con su cuerpo. -Tienes que preguntar con quién-agrego su amiga Becca de forma premeditada.  ¡y si! Me acosté también con ella  -¿no te has enterado? Jake subió el otro día una foto de ella con otra chica. Nota mental, matar a ese hijo de puta de Jake-me recuerdo. -eso tiene que ser una equivocación ¿verdad, cariño? -Megan, la de los rizos rojizos interviene. -No lo es-Becca dijo victoriosa-todos saben que le partió la cara a un chico por la rara de los gorros-soltó sin piedad mientras que agotaba mi paciencia. Ya la cosa se estaba poniendo tensa y peligrosa. Siento un manto de ira cubriéndome lentamente.  Finjo una sonrisa encantadora e irresistible mientras solo deseaba atropellarlas con mi auto. -bueno chicas, me tengo que ir-meto mis manos en los bolsillos-mi novia me espera-digo harto de sus estupideces, las tres chillan por mi desplante y me asesinan con la mirada. Les guiño el ojo. Ante todo, tengo que verme encantador con ellas y para acortar camino atravieso el verde césped mientras veo miles de personas salir de sus salones. Afortunadamente no me cuesta encontrar a Bea. Ella estaba ahí, hablaba con una chica regordeta de lentes gruesos y suéter ancho. Ambas parecían muy cómodas, casi podía pensar que era amigas. Bea le sonríe y su amiga desaparece entre el mar de personas. Agito mi mano. Ella aun no puede verme, pero yo sí. Después de todo resaltaba entre la multitud. Su gorro de oso polar brilla como un destello de color en medio de los campos grises. Me muevo rápido para llegar a ella pero alguien se me adelanta. Esta vez Alison y su amiga llegan primero a ella interceptándola de forma brutal. Bea se detiene en seco. Su ceja delgada la alza mientras espera respuesta de sus contrincantes. -¿que quieres?-le pregunta sin mirarla. -Nada, solo intento entender que es lo que vio Neil en ti-pregunta mientras apoyaba sus manos delicadas sobre sus caderas. -¿Qué hacen?-pregunto llegando a tiempo o eso creo. Bea sigue callada, por un momento sus ojos se vuelven negros y tan oscuros que puedo sentir miedo. Quiero evitar un problema innecesario y cuando intento decir algo soy interrumpido. -si Neil está conmigo es porque le doy algo que ustedes no pudieron darle-suelta su tono de voz. -¿ah, si? ¿y qué es lo que le das tu que no le hubiéramos dado nosotras? -Betty pregunta amargada. -una buena mamada, así de simple. ¡Y esa es mi chica! mis ojos y los de esas chicas brotaron con sorpresa ante aquellas palabras que había dicho. Aquello fue tan caliente que solo siento ganas de follarla de forma sucia en mi auto. Pero para eso necesitaba urgente retirarla de aquel campo de batalla. corro lo más rápido que puedo y rodeo von mis brazos por sus caderas para luego besarla intensamente mientras sentía la suavidad peluda de su gorro en mi frente y el sabor dulce de una gaseosa en sus labios. -¿todo bien,  Bea?-le pregunto dando una ligera mirada divertida aquel para de hurracas rojas de la rabia. -nada, solo charlaba con unas amigas tuyas, pero ya se iban. -¿Cómo puedes estar con esa cosa Neil? ni siquiera tiene sentimientos-chilla Alison. -Bea por mucho es mejor que todas ustedes. -me dirijo a mi novia-¿nos vamos?-digo recogiendo sus libros y bolso. -claro-antes de irse mira una vez más a las chicas y desliza su mano por mi espalda bajándola un poco para apretar mi trasero. ¡mierda! -¿dime que no lo acabas de hacer?-pregunto paralizado y en negación. -no puedo evitarlo, tienes un lindo trasero- y de nuevo intenta con otro apretó. -a veces me puedes llegar a sorprender. -¿te molesta eso?  -me encanta-proclamo con alegría. Poco a poco dejo sus cosas en el asiento trasero y me detengo a mirarla fijamente, su rostro sin maquillaje era realmente hermoso e inocente lo cual me ponía cachondo.  Sobre todo, cuando con voz llorosa por la excitación me pedía que la follara. creo que me estaba volviendo un enfermo por eso. Me recuesto en el asiento y resoplo algo molesto y avergonzado por ello. -¿te pasa algo?-pregunta tratando de leer mis pensamientos. -¿desde cuándo te molestan?-y me giro para enfrentarle con una buena cantidad de culpa por ello. -no lo sé-se encoje de hombros mientras que a su suerte azul cielo se adhiere a la forma de sus senos- puede que desde que paso lo de la pelea y Jake subiera es foto se intensificara más la cosa. Pero no importa. -a mi si me importa, todas ellas son unas malditas brujas. -Un momento Neil. No te creas importante, aun antes de que saliéramos ya se metían conmigo-dice acariciando mi cabello. -¿pero por qué no haces nada? -¿en serio? no voy a estar peleándome con cada una de ellas por que  crean que soy una robot sin sentimientos, me tiene sin cuidado. Sabes, me alegra que Jake subiera esa foto, al menos así sé que todas se retuercen de la envidia. -bueno, las entiendo. Soy Neil Cooper-bromeo. -no seas idiota y bésame- me ordena, pero antes de hacerlo mi teléfono suena inquietamente-deberías contestar. -que se jodan-y la recuesta en el asiento para besarla, aunque 6 segundos después pierdo la concentración a medida que sigue y sigue sonando aquel maldito aparato. -¿y ahora que?-dije entre dientes y ve que Leah era la que llamaba. -Hola-dice muy alegre-eres un cabronazo, Neil-se queja. -Lenguaje-le regaño y escucho la voz de papá del otro lado haciendo lo mismo. -que molestan son. Ustedes también usan ese lenguaje. -¿para qué me llamas? estoy ocupado-le digo sintiendo a Bea acariciando mis pezones-apresúrate con lo que vas a decir-mi cuerpo se tensiona un poco, aprieto mis dedos y trato de regular mi respiración para que no lo note.  -bueno, primeramente, reclamo por que no me dijiste que Bea y tu eran novios. soy tu hermana menor, que carajos te pasa. -Lenguaje-de nuevo escucho a mi papá decirle. -si papá-ella suelta algo molesta-como te seguía diciendo, eso no se hace, no tenia que enterarme por las r************* además Bea es mi amiga- -aha-ruedo mis ojos antes su pequeño teatro. -y muy inteligente para tener un novio tan imbécil como tú. No entiendo compaso aquello pero supongo que cada cabeza es un mundo. -¿mi interrumpiste una sesión  importante para reclamarme por eso?-pregunto mientras estoy a nada de colgarle. -no. también te digo que el viernes celebrare mi cumpleaños y no quiero que faltes. tienes que llevar a Bea contigo, papá quiere conocerla y-hace una pausa incomoda-mamá vendrá también. -¿que mierdas? sabes que no puedo estar bajo el mismo techo que aquella mujer-le grito. -pero es nuestra madre y es mi cumpleaños número dieciocho, no quiero que ninguno se lo pierda, por favor, Neil. tienes que venir o nunca te perdonaré.           -por ningún motivo. si ella va yo no voy-y cuelgo hecho una furia por lo                 que me había dicho. Leah sabía que era desagradable para mi estar en el mismo lugar que esa mujer. Violet había perdido todo el derecho de ser llamada madre desde el día que se había largado de la casa. -¿que te pasa?-me pregunta preocupada. Sus suaves dedos acarician mis nudillos y me calma. -el viernes Leah cumple dieciocho años y quiere que vaya-intento solo tratar de que esto se procese en mi mente. -bien, pero por eso no te pusiste así.  -invito a Violet-y otra vez mi cuerpo pone de roca de tan solo mencionar su nombre. -¿y Violet es? -La mujer que dice ser mi madre-confieso si tener otro remedio. -¿pero qué  tiene de malo? es su madre también y es e cumpleaños de tu hermana. -no lo entiendes-niego con la cabeza. La verdad no me gustaba mucho hablar de esta mierda. Violet era un mal episodio de mi vida que evitaba recordar. -Ella solo le causó un gran dolor a mi familia-y los recuerdos solo vienen a mi mente-Se largó en cuanto vio que papá tenía problemas y quedo desempleado. Recuerdo exactamente ese día. Había llegado de la escuela y escuche como ella en plena sala le grito que no merecía esa vida, que necesitaba algo más. Mi hermana había escuchado y trato de correr llorando detrás de ella, pero Violet la evitó y me empujo para que me apartara de su lado. Simplemente se fue sin mirar atrás, sin importarle nada y nadie, ni siquiera Leah quien era tan solo una niña pequeña. Clavo mi mirada en el volante. En este momento no soy capaz de ver a Bea, no de esta forma patética. Mi garganta se cerraba al recordar ese episodio y todo lo que vino después de que Violet se fuera de casa. -Lo lamento-fueron sus palabras mientras torpemente tomaba de mi mano-No tenia ni idea. -Casi nadie lo sabe-confieso. -Debió ser duro para ustedes, pero tienes que entender a Leah. Ella te quiere y aunque a veces puede ser una molestia siempre está ahí para ti. Creo que deberías darle ese regalo de cumpleaños. Creo que no es justo que la castigues de esa manera por algo que no tiene la culpa. Nos quedamos un rato en silencio. Me gustaba la suavidad de sus dedos sobre mi mano y el sonido relajante de nuestras respiraciones mientras intentaba buscar el lado bueno de esta situación. No soportaba a esa señora, pero era de Leah de quien estaba hablando. Ese pequeño duende molesto era mi hermanita y la adoraba con todas mis fuerzas. Quizás Bea si tenga algo de razón. -creo que lo haremos juntos-concluí y cubro su mano con la mía para besarla. .-¿de qué hablas?-ella entrecierra sus ojos seriamente. -ella quiere que vayas-le notifico con una gran sonrisa. -en.…en serio-tartamudea nerviosa y avergonzada. -si, ella dice que eres su amiga-presiono mis labios en su frente y me detengo a mirarla de nuevo-y me insultó por no decirle que estábamos juntos. -¿tu quieres que vaya Neil?-me pregunta miradme a los ojos. -es que así no quieres ir soy capaz de arrastrarte -y sonrió.                    
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