-Bea-escuche la voz de su prima llamarla fuertemente-Cálmate-escuche decir y el ruido en mi habitación hace que me levante. Siento pasos a mi espalda. Los chicos están detrás de mí. Por lo que veo hoy no sería una tarde pacifica en esta casa, nunca lo era. El sonido de un frasco estalla en mi suelo. Veo como mi colchón yace torcido y las sabanas caen por la ventana mientras que aquella diminuta figura hurga por todos lados. -¿Qué pasa?-pregunto intentando llegar a ella. -No sé-Vivi suelta asustada-Bea, basta. Ya no me está gustando lo que haces. La respiración de Bea era fuerte mientras lanzaba todo a su paso como un huracán. Me acerco a ella, pero siento que debo detenerme cuándo sus ojos se convirtieron en dagas que me traspasaban. - ¿Dónde está? -ella pregunta desesperada. Doy un

