Las palabras de Ivan no dejaban de dar vueltas en mi cabeza una y otra vez. No podía evitar sentirme insegura ante su presencia; es evidente que la chica es muy guapa y para Alex no es indiferente. —¿En que piensas? —Levantó la mirada encontrándome con Alex frente a mi —. Entre pero parecías ida en tus pensamientos. —Lo siento, pensaba algunas cosas. —¿Sobre? —Cosas sin importancia —Suspiró —. Ya estaba por bajar. —Venía por ti para cenar. Me levantó de la cama, caminó hacía él y toma mi mano dejando un beso en ella. Salimos de la habitación bajando al comedor. Al llegar se encuentran reunidos todos, sonrió y Alex me ayuda a tomar asiento frente a su madrina y la rubia. —¿Cómo te has sentido Miranda? —Muy bien señor Máximo, los mareos y las náuseas no han vuelto siempre y cu

