AMAZONIA

Prólogo

-¿Alguna noticia del Spes-I?

-No señor, ya pasaron seis meses desde la última transmisión de la nave y, desde ese día, no ha habido ningún tipo de contacto. Tememos que hemos perdido a la nave y a su tripulación. 

-No, me niego, invertimos mucho en ese cohete, tiene que llegar, la esperanza de la humanidad va con ellos... 

-Señor...

-Sigan intentando y envíen una zonda de rastreo, que ubique la señal de la nave y nos muestre algo. Si se estrelló, si llegó a su destino, si está varada, lo que sea, quiero saberlo para ver qué hacer al respecto.

El de bata frente al uniformado suspira y asiente en silencio, dando media vuelta para retirarse de la oficina y enfilar hacia la sala de comunicaciones. Entendía el ferviente deseo del Comandante en Jefe de reconectar con la cápsula, en ella habían enviado a personas muy importantes, gente de estudio y con habilidades útiles, con la intención de salvar a la humanidad de un apocalipsis muy próximo, ya inevitable.

La Tierra estaba a un paso de ser inhabitable, enfermedades mortales (debido a la pésima situación ambiental), eliminaban una gran porción de la población cada año, los recursos naturales necesarios para la vida, como el agua dulce pura, las plantas para generar oxígeno limpio y alimentarse, y hasta animales sanos de los cuales conseguir alimentos como carnes, huevos, leche y demás... Todo escaseaba y no alcanzaba para alimentar a la población que todavía seguía aguantando. 

Incluso las riquezas habían dejado de importar: los que alguna vez se habían valido de su dinero para conseguir lo que habían querido, ahora eran como cualquier otra persona que sufría, pues ya nadie quería dinero a cambio de sus alimentos, porque sabían que no podrían volver a conseguirlos, ahora atesoraban cada cosa que poseían como si fueran oro.

Las medicinas tampoco alcanzaban, cuando al fin conseguían algún avance contra una enfermedad que asolaba a las poblaciones, cinco más aparecían. 

El planeta ya no tenía salvación y su única esperanza era esa cápsula, la cual llevaba a cerca de cincuenta personas en estado de animación suspendida y estaba controlada con un navegador automático que, día a día, transmitía el estado de la nave y sus ocupantes. La triste realidad era que, como ya le había dicho a su superior, hacía ya seis meses que no les llegaba un reporte y temía lo peor. Quizás, la humanidad realmente estaba condenada.

En otra parte del universo, una alarma suena con fuerza en una nave que, claramente, ha salido de su curso y está en camino a colisión a toda velocidad con el planeta de tonos rojos que está justo al frente de su trayectoria. La cabina está en llamas, la computadora explotó en un cortocircuito debido al hecho de que, un pequeño fragmento de meteoro, logró atravesar el escudo y el casco de la aeronave, haciendo que todo fallara y la cabina se aislada por completo del resto de la nave como protocolo para proteger a la tripulación durmiente. 

Esto es visto, aunque solo por fuera, sin conocimiento real de lo que ocurre en el interior del vehículo, por unos ojos a través de un telescopio, los cuales se habían acomodado en él por curiosidad cuando, de la nada, la alarma de que un objeto extraño estaba acercándose a la atmósfera, había empezado a sonar con fuerza y de forma estridente.

Por la forma en la que caía, porque ya ni siquiera podría decirse que volara, se notaba que nadie estaba pilotando, que a los que habían estado en su interior, algo les había ocurrido, por lo que sería mejor ir a investigar.

En cuanto la enorme estructura metálica se estrella sobre la superficie, nota que ha caído cerca de la zona prohibida, por lo que, quienes vayan solo pueden ser parte de la Guardia Imperial.

-Ve a ver a su majestad, dile que tenemos una nave estrellada muy cerca de la zona Beta y que hay que mandar a que investiguen qué ocurrió. Rápido. Si te dije cuál es la urgencia, explícale que era evidente que ya nade pilotaba y que, la posible razón de que eso ocurra podría implicar algo mortal para nuestra gente, ya sea una enfermedad o una criatura...

-Entiendo, iré enseguida. 

Una vez impartida la orden, su atención regresa al lente por el cual estaba observando, contemplando la negra columna de humo que se alzaba del lugar, indicando que algo se estaba prendiendo fuego. Esperaba que todo eso no terminara mal, seguramente lo que encontrarían no sería para nada agradable.

Al mismo tiempo, en el salón del trono, el silencio se hace instantáneo, cuando un m*****o del grupo de científicos entra de golpe por las enormes puertas, dejando a todos los presentes intrigados. 

-Su majestad, tenemos un aterrizaje forzoso y aparentemente fatal en los bosques cerca de la zona Beta. Se me dijo que, por lo que se pudo observar, la nave parecía estar sin que la pilotaran y que se estrelló de tal forma que hace pensar que no hay vida dentro. La razón de eso, si es que es verdad, es algo mortal para nuestro pueblo, lo mejor será enviar a miembros de la Guardia Imperial a que investigue. 

El gesto serio es rápidamente interpretado y, con una inclinación a modo de referencia, quien se encarga de la Guardia se retira en busca de su gente, hasta que una voz detiene sus pasos. 

-Yo también deseo ir. 

-Princesa Tárritha, con todo respeto, no creo que sea buena idea. Es una valiosa guerrera y muy hábil, no lo negaré, sin embargo, su inexperiencia en el campo de las misiones en las afueras, podría representar un peligro para su seguridad.

-Su Majestad, si me permite, si se supone que, en algún momento, tomaré la batuta, debo conocer cada sitio sobre el que se supone que un día tendré que regir, ¿no le parece?

Sus ojos se encuentran con los de la princesa y se miden silenciosamente, hasta que termina por asentir, dándole el permiso. 

-Que acompañe al grupo, será bueno para ella, porque jamás estará capacitada si no vive las experiencias en su carne propia. 

Es evidente que la decisión no gusta, mas aun así, ésta vez acompañada de la joven, una nieva reverencia es hecha y la pareja se retira, abandonando la sala para ir en vía de exploración. ¿Qué se encontrarían? La expectativa era enorme para la joven.