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873 Words
Sebastián deja a su luna en su cama, sabe que tenía que llevarla a una de invitado, pero no lo hizo. —Es nuestra, su lugar es en nuestra habitación — Sebastián está de acuerdo con su lobo —tiene razón Max — La acomoda con cuidado sale y va directo hacia la cocina para preparar algo para su luna. —Alfa —llama Matías. —Si dime. Matías sigue a su alfa —¿qué hará con ella? — Sebastián lo mira —¿cómo qué haré? Fácil ella se queda es mía — Matías suspiras —alfa es mejor que hable con ella con tranquilidad... Al parecer tiene algunas traumas y usted no es de mucha paciencia — Sebastián mira al muchacho a pesar de que es su beta es su mejor amigo solo a él le permite que le hable así y ahora su luna podrá hacerlo. —Seré paciente con ella... pero tengo celos ella tenía otro mate — sisea. —Ella te dirá a su tiempo que no te precipites —dijo Matías. Sebastián confirma, ahora podrá cambiar para mejor, se estaba aislando de todo el mundo. Él se estaba convirtiendo poco a poco en un lobo de verdad perdiendo su forma humana. Pero llega ella y se detuvo su lobo por primera vez mostró emoción, cuando ese olor llegó a él su mente se descolocó. Solo quería sentir ese olor muy cerca de él, había abierto la puerta bruscamente y vio una mujer con grandes curvas blancas como leche, un cabello rubio casi blanco y unos inusuales ojos rojos. Su aroma lo ponía loco, no resistió y la había arrinconado, pero su actuar la había asustado y eso es lo que menos quiere. ●●●● Más tarde Paz comienza a abrir sus ojos, mira que está en una habitación y se levanta. Busca sus cosas y no la encuentra, nota que tiene ropa diferente un gran abrigo, mira abajo del abrigo tiene un bóxer se sonroja eso quiere decir que él vio su cuerpo. Lágrimas caen, su cuerpo es feo, lleno de cicatrices, estrías, celulitis quita sus lágrimas y sale de la habitación. Va directo hacia la cocina y allí lo encuentro. —Hola —dijo alegre el alfa. —Tú me cambiaste —dijo con voz apagada. —No vi tu cuerpo —asegura—lo hice con la luz apagada y me había puesto algo en los ojos — Sebastián no quiere faltarle él respecto a su luna él quiere ganar todo de ella Paz sabe que dice la verdad, por alguna razón ella sabe cuando alguien miente. Suspira y mira lo que él está haciendo —¿puedo ayudar? — Sebastián sonríe —la estoy calentando casi estaba por despertar — Paz confirma que ambos pusieron la mesa y comenzaron a comer solo se escuchaba las cucharas chocar en los platos. Aunque estaban en silencio no era incómodo, al terminar ambos limpiaron la loza. Sebastián la cita en su despacho busca unos papeles —aquí están los papeles para ser parte de la manada solo tiene que firmar — Paz lo mira sorprendida —¡de verdad! —dijo con emoción. Sabatina confirma —antes de firma léelo y serás bienvenida a mi manada — Paz mira el lápiz con vergüenza no sabía que hacer, baja la cabeza con pena. —Yo... —¿Qué pasa luna? —pregunta con preocupación. —No sé escribir y leer, lo siento. Sebastián queda en shock y aprieta sus manos, que infierno debió de pasar su luna para que le negaran la educación o que más le han negaron a ella. —No te preocupes yo... te puedo ayudar... también si quieres te puedo enseñar a leer y escribir — propone Sebastián. Observa como los ojos de su mate se iluminan. — ¡Enserio harías eso! — pregunta ella con esperanzas. —¡Claro que sí! — alegó feliz de ayudarla. —¡Nunca han hecho algo por mí !... se siente bonito —susurra. Sebastián la había escuchado y suspirar, hará que su luna sea feliz eso es una promesa que cumplirá. —Espero que tú también lo hagas Max —le dijo a su lobo. Max gruñe en aprobación —es un hecho nuestra luna merece lo mejor — Sebastián sonríe internamente, será un proceso lento, pero valdrá la pena . Sebastián le leyó el documento y le enseñó cómo escribir su nombre, así pudo firmar. —Sr —dijo —yo....¿ Dónde puedo conseguir una vivienda? — pregunta paz. —Ya tienes una —dijo — ¡vivirás conmigo! —¿Qué? —exclama paz. —Lo que escuchaste mi luna vivirás conmigo, también trabajarás para mí. —Pero, pero eso no sería correcto señor... además el señor José me propuso trabajo — —Trabajarás para mí paz —dijo un poco impaciente, respira un poco —, mira mi luna yo necesito ayuda no soy muy bueno comunicándome con otras personas y mi casa es muy grande no quiero estar solo de nuevo — —Yo...—Paz no sabía qué decir. —Por favor —suplica el alfa. Paz suspira y confirma no saber si sería una buena idea.
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