En un rincón de la ciudad, dos corazones se enredaban en una danza de emociones. Kevin y Karina, atrapados en sentimientos intensos, luchaban por negar lo que sus miradas y suspiros revelaban. Las palabras no eran suficientes para expresar la tormenta que se desataba en su interior.
Kevin, con la imagen de Lucrecia aún fresca en su mente, buscaba respuestas en los ojos de Karina. ¿Por qué ella se alejaba? ¿Qué significaba todo esto? El corazón le latía con fuerza, como si supiera que estaba en algo más que una simple amistad.
Karina, por su parte, se aferraba a la razón. No podía permitirse caer en el abismo de los sentimientos. Pero su voz temblaba al rechazar a Kevin. Dos corazones, tan cercanos y a la vez tan distantes, luchaban por negar lo que sentían. ¿Podrían encontrar la claridad
