En las habitaciones superiores del castillo, Sara se probaba su vestido de novia, junto a Marie y Emma, que se habían hecho grandes amigas. Sara: “Marie, ¿se puede saber por qué has insultado a Bruno?". Marie: mirándola con altivez, - “sencillamente, porque se lo merecía”. Emma: “has insultado a uno de los guerreros, y yo me lo he perdido”. Marie y Emma se carcajearon de la risa. Sara: con cara de desagrado, - “por el bien de tu hermano y de tu clan, deberías tener más cuidado con tus palabras y tus actos”. Marie: para no llevarle la contraria a su cuñada, le dice mordiéndose el labio – “tienes razón, procuraré tener más cuidado”. Sara: mirando a Emma, - “Evander no podía apartar sus ojos de ti, ¿acaso no te diste cuenta?". Emma: “no, señorita Alana”, - sonriendo, se corrigió al re

