Capítulo 01.
Tres años atrás.
Despierto completamente desnuda envuelta en mis sábanas, miro a mi al rededor a ver si hay alguien pero no. El chico que durmió conmigo no está.
Tomó mi ropa que está esparcida por todo el suelo y me la pongo mientras recuerdo los acontecimientos de anoche.
¡No puedo creer que perdí mi virginidad con mi crush!
¡Y que me haya dicho que me quiere!
Esto es un sueño para mi, pues Nathan Jones más bien dicho mi Crush ha sido un sueño desde que tengo uso de razón. Es el chico más popular de la escuela y desde la primera ves que lo vi en cuarto grado tuve un flechazo con el. Pero él nunca me viera dado ni la hora hasta anoche cuando estuvimos juntos en una fiesta.
El nunca se viera fijado en mi, hasta anoche . Me dijo que desde hace mucho que le gusto pero que no tenía el valor de decirme y luego me besó. ¡¡SI MI CRUSH ME BESÓ!! Una cosa llevó a la otra y ahora estoy desvirgada.
Miro la hora en el reloj de mi habitación y me doy cuenta que es tardisimo así que me quito la ropa nuevamente y voy hasta el baño por una ducha.
Una hora más tarde estoy en la escuela, camino con una gran sonrisa y con un poco de molestia en mi entrepierna hasta la mesa donde siempre está Nathan y lo encuentro con sus mejores amigos sentado. Pero lo que más me llama la atención es que hay una chica en su regazo, Emilia la capitana de las animadoras.
–Hola. –Saludo.
–¿Qué quieres? -Pregunta Nathan besando el cuello de la chica en su regazo.
Acomodó mis anteojos sobre el tabique de mi nariz de una manera incómoda.
¿Cómo puede actuar tan indiferente cuando anoche era todo corazoncitos y maripositas?
–Solo pase a saludar porque ya sabes.. –Empiezo a decir de una manera torpe pero Nathan me interrumpe.
–¿Por qué anoche follamos? –Dice como si nada, y lo suficiente alto para que todos lo que están al rededor volteen a verme. –Solo fue una follada, no tengo por que hablarte al día anterior.
–Pero.. –Trato de hablar pero el continúa hablando.
–Además no lo hubiera hecho si no me vieran retado. –El me mira de arriba abajo con superioridad. –Solo mírate, ¿quién demonios en su sano juicio se acostaría contigo? solo eres una rata de biblioteca, y para el colmó eres fea.
–¿Un reto? –Pregunto con la voz quebrada y los ojos cristalizado.
–Si. – Nathan me sonríe abiertamente y luego dirige su vista a un chico rubio que esta en la mesa. –Por cierto Willi dame los 100 dólares ya la chica esta desvirgada. SI SEÑORES Y SEÑORAS LA VIRGEN MÁS FEA DEL INSTITUTO HA DEJADO DE SER VIRGEN PUES YO LE HICE EL FAVOR. –Chilla bien alto y todo el mundo ríe a carcajadas.
¿No le ha llegado ese momento cuando quieren cavar un agujero profundo y enterrarse? Pues en este momento quisiera hacer eso, desaparecer. Todo el mundo a mi alrededor me mira mientras ríe y murmurando frases ofensivas como: "AL FIN ALGUIEN LE HIZO EL FAVOR", "LA POBRE POR LO MENOS NO MORIRÁ VIRGEN", "¿Y CÓMO PUDO LLEGAR A UN ORGASMO CON SEMEJANTE MONSTRUO DEBAJO DE EL?".
No puedo creer que mi crush haya sido capaz de hacerme eso, sabía que era demasiado bueno para ser verdad.
Hago el intento de salir corriendo, después de todo es lo mejor que se hacer, pero Emilia, la chica que estaba en el regazo de Nathan se pone de pie y me toma de la mano impidiendo que huya.
–Suéltame. –Digo entre dientes. Mis ojos están llenos de lágrimas y se que no tardarán en salir así que debo irme de aquí. Pues no le daré la satisfacción de verme llorar a éstos hijos de puta.
–¿La niña quiere que la suelte para huir e ir a llorar para el baño? Pues no, no nos queremos perder del espectáculo. –Trato de zafarme de su agarre pero no consigo nada.
Después de todo ella es una atleta, yo solo soy la chica gorda que disfruta de la pizza y del pastel de chocolate.
"No llores Camille, se que estás fea y gorda pero no llores. No les des la satisfacción de verte llorar"
Para mi suerte Amelia y Daniela mis mejores amigas llegan a mi rescate.
–¡Deja la en paz maldita perra! –Le grita Daniela o como la llamamos Dani.
–¿Y si no qué? –Pregunta Emilia Sonriendo.
–Déjela tranquila Emilia. –Dice Alex el mejor amigo de Nathan uno de los populares.
Cosa que me parece extraño que me defienda, pues son como los mosqueteros se apoyan en todo entre ellos.
–Si cariño, vamos tenemos cosas mejores que hacer. – Nathan se pone de pie entrelaza la mano con la de Emilia y se marchan.
No me quiero imaginar que es lo que van hacer.
Después de ese día la secundaria fue un infierno para mi, todos me gritaban ofensas incluyendo a Nathan. Pero para mi suerte este no duro mucho en la secundaria pues según escuché firmó un contrato con una disquera de música y se fue. Las cosas después de que el se fuera fueron algo diferentes pero aún así las ofensas continuaban.
Pero mis amigas estuvieron siempre ahí para mi, para defenderme de cualquier cosa.
ACTUALIDAD:
–¿Verdad que canta bien? —Pregunta Dani sacando me de mis pensamientos.
Levanto la mirada de mi libro que estoy leyendo, que se trata de un chico que se acostó con una chica por un reto y al final salieron enamorados. Lástima que yo no tuve el mismo final.
Miro el vídeo de Nathan que esta en la tele y si, admito que canta increíblemente bien.
El se ha convertido en la sensación del momento, el ídolo de toda adolescentes pues con tan solo vientes años ha alcanzado mucho éxito, y un talento como el de el es muy difícil de pasar por alto.
La mayoría de las chicas solo hablan de el, aman su música. Hasta mis amigas son sus mayores fans. Pero yo no, yo no soy su fan. Y no lo seré.
¿Para qué admirar a alguien como el? Que solo le importa el mismo y no los sentimientos de otras personas. Que es el tipo más egocéntrico de todo el mundo y su ego es más alto que la torre Eiffel.
No para nada, yo no soy su fan. Y agradezco que este muy lejos donde yo no lo pueda ver y abrir nuevas heridas.
El está muy bien por allá, y yo estoy bien aquí. Y sé que por nada del mundo nuestro mundo se volverán a encontrar... o por lo menos eso espero.
Unos meses después:
—Ni de coña iré para allá.
—Vamos Cami es mi cumple tienes que ir porfa.
—Ya te dije que no Dani no quiero ir a un estúpido concierto de un idiota mujeriego y lleno de fans locas hormonales, de ninguna manera iré .
Daniela es mi mejor amiga junto a Amelia, somos amigas desde niñas, ellas fueron muy populares en la secundaria, y aunque yo no lo era no me dejaron de lado. Me hacían sentir segura a pesar de las críticas, ellas han estado en mi vida en los mejores y peores momentos. Aunque sean un grano en el culo las amo. Porque literalmente lo son, siempre me obligan a ir a fiestas, a ponerme la ropa que ellas quieran y maquillaje, ellas quieren cambiarme, eso a sido por años y creo que ya lo están logrando aunque se que lo hacen por mi bien.
Nosotras vivimos juntas en un pequeño departamento, pues después de la secundaria nos fuimos de la casa de nuestros padres a otra cuidad a estudiar y decidimos vivir juntas, bueno ellas se fueron porque a mi me echaron, cuando nací mi madre murió en el parto pues era de mucho riesgo y aún así ella se arriesgo a darme la vida, aunque ella la perdiera. Y pues mi padre me odia por eso, dice que por mi culpa murió la mujer que mas amo, el no me quiere y siempre me humilla. Entonces decidí irme de casa y mis mejores amigas me acompañaron.
Yo estudio psicología pues me gusta escuchar a las personas y ayudarla en lo que necesitan. Amelia estudia administración de empresas pues sus padres dirigen las mejores del país y ella seguirá con el legado. Y pues Dani estudia modelaje ella es muy hermosa con un cuerpo envidiable y no es hueca como la mayoría de las chicas lindas y se que le irá increíble.
—Vamos Camille el canta hermoso y tu lo sabes, tienes que dejar eso en el pasado el ya maduro y es diferente, todos los somos hasta tu. Vamos hemos tenido una semana llena de tareas ¡hay que salir a mover el esqueleto!
Hoy Dani cumple 19 años y me quiere llevar a un concierto de Nathan Jones si como leyeron, aquel chico que me desvirgó y me humilló como si no fuera nada, mis amigas son locas con el pero como le he dicho miles de veces.. ¡No soy fan!
No es que lo odie ni nada de eso porque el chico canta muy bien, y gracias a el soy una chica muy segura aunque me cueste admitirlo el me ayudo a mejorar mi autoestima y a confiar mas en mi, pero es alguien muy superficial mujeriego, que solo le importan el dinero, el mismo y acostarse con mujeres. ¿Cómo lo se? ¡pues las revistas people!
—Ya te dije Dani no voy a ir lo siento, pero de ninguna manera cambiaré de opinión.
******
Bueno aquí estoy yo, en ropa interior en mi closet preguntándome que debo ponerme para ir al concierto, ¿qué si me convenció?, pues ya ven, es un dolor de culo como les dije. No es que me importe mucho lo que me ponga pero por lo menos debo ir limpia.
—Hola Cami. —Entra mi otra mejor amiga Amelia a mi habitación.
—Hola te vez preciosa. —Le digo, la verdad es que está hermosa con un vestido corto azul claro hace resaltar sus ojos.
—Lo se, pero gracias. Vine a traerte lo que te vas a poner. —Me muestra un pedacito de tela rojo. ¡Ni de coña me pondré eso! —Y si se lo que estas pensando y mejor ahorremos el numerito y ponte lo por la buenas por que si no lo haces yo misma entraré tu trasero en el vestido.
—Oye ese vestido apenas me cubre el trasero buscaré yo misma mi ropa gracias por molestarte.
—Ya te dije Camille Miller las tres iremos con vestido similares hazlo por la buenas.
—No la haré, ni sueñes que me pondré algo así . —Le respondo señalando el pedazo de tela que se hace llamar vestido.
—Ok pues por la malas. —Responde Amy y me regala una hermosa sonrisa. —¡Dani!. —Grita y en menos de un segundo la nombrada entra por la puerta de mi habitación.
En un abrir y cerrar de ojos las dos se abalanza sobre mi y caemos las tres en el piso. Dani me sostiene y Amy me entra el vestido por la cabeza, estaba en ropa interior así que le ahorre el trabajo de desnudarme. Me sostiene tan fuerte que no soy capaz de moverme pues las dos están arriba de mi y con muchas luchas me ponen el vestido.
—¡Ni se te ocurra quitarte lo Miller o si no tendremos problemas y lo digo enserio!. —Me advierte Dani
—Ok vale esta bien, haré lo que quieran. Hasta vestirme como prostituta. —Exageró.
Ellas me regalan una sonrisa y después me abrazan. ¿Ven a lo que me refiero son unas locas bipolar?. Las odio pero también las amo.
—Ok ahora falta peinado y maquillaje. —Dice Amelia.
Media hora mas tarde ya las tres estamos lista para el maravilloso concierto del hermoso chico. Espero que se halla notado el sarcasmo.
Nos subimos al auto de Dani que es la única que tiene coche de las tres, y que comience la tortura, literalmente.
Cuando llegamos hay miles de chicas que no paran de chillar, ¡Dios que alguien les compren un bozal!
—Chicas las entradas las conseguí vip estaremos en primera fila. ¡Pero muevan se!. —Nos grita Dani.
Entre empujones y más empujones llegamos a la meta mas bien al infierno.
—No quiero ir a primera fila hay demasiado ruido y me da dolor de cabeza, las espero atrás. —Les dije a mis amigas haciendo un puchero a ver si las convencían.
—De ninguna jodida manera Cami, no vas a escapar. —Respondió Amy mientras me abrazaba por los hombros.
—¡Por Dios! no escaparé no tengo auto y saben que no me gustan los taxis, son muchas las chicas que terminan a la orilla de la calle por montarse con cualquiera... Dios vale estaré en primera fila pero primero iré al baño.. —Me van a volver loca, sin esperar respuesta empezó a caminar.
Tengo al rededor de 10 minutos buscando un baño y no lo encuentro. Ese chico tiene millones, ¿no puede hacer su estúpido concierto donde hallan baños? ¡Dios me meo!
Entonces me paro frente a una puerta que dice (personal solo autorizados) perfecto dice que puedo entrar. Por qué será que solo quieren los baños para ellos solos? Giro la manilla y entró al cuarto.
Y de repente se me quita el deseo de ir al baño..
Frente a mi esta nada mas y nada menos que Nathan Jones.
—Hola disculpa, ¿necesitas algo?—Dios su voz su jodida voz es tan... alto ahí mariposas en el estómago y corazón vuelve a tu jaula.
—Nada de lo que tú me puedas ofrecerme.. —Contesto lo mas fría posible. Me doy media vuelta para irme pero su voz me hace parar en seco.
—¿Nos conocemos verdad? –Dios, Maria, Jose o quien sea que me escuche por favor que no se acuerde de mi, por favor..
Narra Nathan.
Estaba afinando mi guitarra ya que casi es hora de salir a cantar cuando entra una joven. Y cuando estuvo apunto de irse tuve que preguntarle si la conocía, pues de alguna manera me pareció extrañamente familiar.
—Eemm no, claro que no, no nos hemos vistos. Seguro me confundes con unas de tus fan, no definitivamente no me has visto así que no. —Responde algo nerviosa.
¡Jesus tantos no me dieron mareos!
—Estoy seguro que te he visto de algún sitio. —Digo mientras me acerco a ella, y al estar cerca de ella hace que su aroma llegue a mi sentido del olfato y me hace suspirar de lo bien que huele. —¿Cómo te llamas? —Pregunto cuando estoy lo suficiente cerca para ver el color de sus profundos ojos verdes lo más hermosos que he visto en mi vida, bastante difíciles de olvidar.
—No te importa y si me permites estoy buscando un baño así que compermiso. —Con que trata de hacerse la difícil, me encanta los retos y esté es uno que tomaré.
No he conocido ninguna chica hasta ahora inmune a mis encantos, y que esta chica lo sea me da curiosidad.
Se da la vuelta y la tomó por el brazo y la acorraló contra la pared y acerco mi cuerpo al de ella.
—Huh, ni creas que te vas a escapar de mi tan fácilmente, al ver tus ojos me acuerdo de ti. Eres Camille de la secundaria. Diablos debo felicitarte para ser virgen me hiciste tener un increíble orgasmo. —Hablo de manera sexy en su oído.
Ya me acorde de ella fue con la última chica que me acosté de la secundaria antes que me llamaran para la intrevista. Y debo reconocer que esta bien buena ahora.
—Eres en cerdo. —Espeta la chica entre dientes
—Vamos, no me digas que no anhelas tanto como yo que me hunda en lo más profundo de ti y que te haga gritar como nadie lo ha hecho. Así como lo hice la última vez, ¿recuerdas cómo me pedías más? ¿Recuerdas cómo me pedías que vaya más rápido, más profundo? Pues yo si nena, recuerdo cada una de tus peticiones. Y estoy disponible para cumplirlas ahora.
En ese momento ocurre algo que nunca a pasado antes. Camille levanta su mano y la estrella sobre mi cara. ¡Dios si que golpea fuerte! estoy seguro que me quedará una gran marca.
—Eres un maldito pervertido. Dejame salir buen bruto.
Al parecer la gatita tiene garras, justo como me gustan. Me acerco más a ella tanto que nuestras narices chocan, puedo sentir su aliento chocando en mi cara.
—Te propongo un trato...
—Nada de trato o me dejas salir o gritaré. —Me interrumpe la chica.
En ese momento entran mis dos guardias, Mart y Lucas. Siempre cuando no lo llaman.
—¿Todo bien señor? –Pregunta Lucas.
—Todo en orden, por favor esperen afuera. —Le ordenó y salen.
Me pregunto dónde estaban cuando la chica entro, es raro por que no dejan entrar a nadie aquí. En ese momento siento un gran empujón y la chica sale de mis brazos y comienza a caminar a una pequeña puerta. Si yo soy ella no entraría por ahí. Entrar por ahí significaría peligro para ella.