Rita extendió su mano con delicadeza, sosteniendo una delicada libreta rosa pastel cuyas esquinas brillaban con un sutil destello metalizado. El lapicero que la acompañaba tenía un pompón esponjoso del mismo color rosa que se mecía suavemente con cada movimiento, recordando inevitablemente al estilo característico y alegre de Saleema. ―Tome señorita Sally ―dijo Rita con una sonrisa cálida, sus ojos brillando con emoción. Saleema tomó los objetos, acariciando inconscientemente la suave textura de la libreta mientras una pregunta tímida escapaba de sus labios: ―¿Quieres estar conmigo en las clases de nuevo? Rita jugueteó nerviosamente con el borde de su manga antes de responder: ―Sí, aunque... ―hizo una pausa, mordiendo ligeramente su labio inferior― la profesora Zafiro... me da algo de

