Minutos más tarde… Absalón permanecía sentado en su cama, secando su larga cabellera azabache con una toalla mientras veía el diario de Saleema en el teléfono robado. Sus ojos azules se detuvieron abruptamente en una entrada particular, y una expresión de genuina sorpresa cruzó su rostro usualmente impasible. ―No puede ser... ―murmuró, dejando que la toalla cayera sobre sus hombros mientras releía la información. La entrada del diario mostraba claramente que ella cumplía años el mismo día que él: 15 de enero. Pero lo que realmente lo hizo detenerse fue el año de nacimiento, la chica apenas tenía 20 años. Él, un mafioso curtido de casi 38, compartía cumpleaños con una mujer más joven que él, casi 17 años de diferencia. ―Veinte años... ―susurró, procesando la información―. Con razón eres

