Lina
Los vi alejarse y no pude evitar hacer una mueca, porque, aunque quisiera evitarlo no me gustaba verlos juntos, joder sabía que estaba mal, pero me molestaba saber que ella había logrado lo que yo nunca pude.
-Entonces ¿aceptarías casarte conmigo en algún momento de nuestra vida? - pregunto Lui hacia mí y yo suspiré
-Ya lo veremos, tienes que pedírmelo primero- le guiñe un ojo y él sonrió
-Mi hija es un tesoro para mí, tienes que tener imaginación al momento de pedirle matrimonio, creo que lo vale y sin contar de que no te daré ese permiso si no lo hablas conmigo primero- menciono mi padre y yo sonreí, sabía que no sería fácil que yo llegue a ese momento y por lo pronto estaba bien, porque aún era joven y no me veía casada, al menos no con Lui.
-Tendrás que hacer méritos, todas las mujeres de esta familia son muy especiales, todo lo que hagas nunca será suficiente para merecerlas- menciono Fernando besando la mano de Emma
-Exacto, puedes intentarlo todo el tiempo que quieras, pero si no eres esa persona nada será suficiente para merecerlas- agrego Santi y yo sonreí.
-Yo adoro a Lina y no importa que deba hacer, quiero ser esa persona, quiero ser el motivo por el cual ella sonría cada día- lo mire y sonreí, no sabía porque, pero mi pecho se comprimió, tal vez porque sentía esa necesidad de regresarle el cariño que el mostraba hacia mí, pero joder, lo quería, pero solo hasta ahí.
Quería amarlo, de verdad quería hacerlo, pero a cambio de eso solo sentía un fuerte cariño, no sentía nada de ese amor que mi familia había conocido y tal vez eso debía bastarme a mí, porque Lui era increíble y al menos merecía ese cariño de mi parte.
Desde que era pequeña, había pasado horas escuchando esas historias de amor, mi madre y tías describían el amor como algo inexplicable, algo que simplemente llegaba y que te consumía por competo.
Durante años soñé con que llegara esa persona, ese príncipe que decía mi padre que llegaría, ese que decía que me enseñaría el amor que valdría la pena y el único que debía importarme, cuando mis primas y hermana comenzaron a encontrar a sus parejas, creí que también llegaría para mí, que podría obtener eso que había anhelado, pero siendo sincera, no creí que Esteban me gustaría de una manera que ni yo comprendía.
Solo supe que en algún momento dejo de ser aquel pequeño con cabello castaño y pecas alrededor de su nariz, ahora él había crecido, sus ojos verdes en ocasiones cambiaban de color dependiendo su estado de ánimo su cabello había crecido un poco dándole un aire rebelde y su barba cuidada lo hacía ver aún más atractivo de lo que jamás imagine.
En algún momento de mi vida Esteban había dejado de ser ese niño fastidioso que escondía mis muñecas, a ser el hombre que me robaba más de un suspiro y eso me frustraba constantemente, porque quería dejar de verlo como alguien extraordinario, quería dejar de sentir algo por el.
Después de un rato Lui se fue y solo así me pude ir a descansar, dentro de un mes tendríamos que viajar a Houston para asistir a la boda de Violeta, me alegraba por ella, porque oficialmente seria la esposa de Evans, además tenía 2 meses de embarazo.
Todos estábamos felices por ella, por lo que habia sanado, porque ella demostraba la fortaleza de un amor sincero.
Me di una ducha antes de ponerme la pijama y meterme a la cama, tome uno de mis libros favoritos y comencé a leer un rato o al menos lo intente hasta que la puerta de mi habitación se escucho y Perla se asomó con una sonrisa cálida
-Aun es muy temprano- susurro y yo tome aire- ¿Pensabas quedarte aqui? - pregunto y yo sonreí
-Si la verdad es que me siento cansada- se acerco a la cama y se sento en mis pies
-La verdad quería hablar contigo de algo- tomo aire y yo cerre el libro que tenia en mis manos
-Tu diras Perlis- ella sonrió y yo la mire poniendo atención
-Note tu incomodidad cuando Lui hablo de matrimonio- menciono y yo sonreí- ¿Tienen problemas? - pregunto y yo negué
-No Perla, no tenemos problemas, de hecho estamos mejor que nunca, es solo que aun no estoy lista para esto- mencione, no era mentira, no me sentia lista para cambiar mi estilo de vida, mis responsabilidades, porque si era sincera el matrimonio era una responsabilidad enorme.
-Ese chico te adora, te mira como si fueras su mundo- sonrei y suspire, si tan solo alguien más me mirara de esa forma
-Perla, Lui es lindo, es una persona increíble, pero yo no estoy lista para casarme, Violeta se casa en unas semanas, tu aun no lo haces, yo tampoco lo haré aun, no soy la única que aun no consigue marido- fui sincera
-Yo tengo miedo al matrimonio y lo sabes- suspiro- En cuanto a Violeta ha sufrido demasiado y me alegro de que al fin pueda ser feliz- tome su mano
-No se porque le temes al matrimonio Perla, nuestras familias han conocido eso que se llama amor verdadero y han mostrado que un matrimonio puede ser para siempre- asegure
-Eso es lo que mas miedo me da, que yo sea la única que fracase en esto como mi abuelo- menciono y yo suspire por sus palabras
-¿Temes a que mi hermano te traicione?- pregunte porque de ser así Perla debía cambiar ese pensamiento, porque todos habíamos sido testigo de lo mucho que el la quiere
-El no es el problema, soy yo, tengo grandes parámetros para llenar, ¿Y si no lo logro? - pregunto y yo sonreí
-Voy a sonar como mi madre, pero amar, jamás sera un parámetro, cada quien tiene su manera de amar, te aseguro de que a Daniel no le importa si eres como las demás, el te ama de muchas maneras, a su manera- asegure y ella suspiro
-Sigo pensando en que yo no soy lo suficiente para el, merece más, mucho más de lo que mis inseguridades me permiten darle- negué y tome su mano.
Siempre habíamos notado estas inseguridades en Perla, la manera en que ella parecía querer cerrarse a todos, quería siempre guardarse sus miedos, sus sentimientos, cosa que no estaba mal, pero nosotros siempre nos apoyariamos.
Cuando mi hermano logro conquistarla todo parecia tomar un nuevo curso para ella, se veia radiante, mas feliz.
Pero cuando su abuela salio libre y vino a buscar a su abuelo, ella volvio a ser aquella chica insegura y no era para menos, pues todo le afectaba mas a ella que a Esteban.
-Perla mi hermano y tu estan juntos desde hace 3 años, te ama con su vida, ¿Qué te hace pensar que no lo mereces? Ambos son personas increíbles que merecen todo, ustedes lo valen, se merecen el uno al otro- fui sincera y ella sonrió
-Aqui estas mi bella gacela- mi hermano se asomó por mi puerta y yo sonreí.
Daniel era muy lindo cuando de Perla se trataba, era amoroso, atento y sumamente tierno, por lo que me preocupaba que ella pensara que no lo valía.
-Aqui estoy guapo- sonrió mi cuñada y este se acerco para besar sus labios
-Te estaba buscando, todos se han ido, ¿Quieres que te lleve a casa? - pregunto y mi cuñada negó
-Quiero quedarme contigo esta noche- mi hermano sonrió como si le hubieran dicho una gran noticia
-Entonces no te tardes- le guiño un ojo y Perla se ruborizo mientras el se acercaba a mi y dejaba un beso en mi cabello- Cuidate Lin- menciono con cariño antes de salir
-Siempre logras que me desvíe del tema- me acuso mi cuñada- La próxima no hablaremos de mi, me vas a contar todo lo que te pasa- abrí mis labios para darle la contraria cuando me señaló- No intentes negarlo, te conozco y quiero saber todo- beso mi mejilla
-Claro mamá lo que tu digas- mencione de broma y ella se rio
-No me digas mamá, solo dime Mami rica- movio sus caderas antes de caminar a la puerta haciendo que nos rieramos
-Te quiero mucho Perla, piensa bien las cosas- mencione y ella sonrió
-Lo mismo para ti, piensa que haras, te adoro Lina- salio de mi habitación y yo suspire, si tan solo todo fuera mas sencillo.