Eleanor estaba nerviosa mientras aparcaba. Según el boleto de entrada, los corredores debían reunirse en el parque. Miró a la multitud congregándose. Definitivamente parecían listos para correr. Algunos llevaban trajes deportivos, otros ropa de entrenamiento regular. Otros llevaban pantalones cortos y camisetas sin mangas a pesar de que todavía era primavera. Era la misma variedad que había visto en tales encuentros. En el asiento trasero, Bear ladraba, sacando la cabeza por la ventana y mirando la actividad. Ella sonrió, estirándose para acariciar al Rottweiler. Gus le aseguró que los perros estaban permitidos siempre que se comportaran bien y estuvieran atados. Pero no era de Bear de quien Eleanor se preocupaba. Tomó varias respiraciones profundas para tranquilizarse. Sus manos ya temb

