Emily
Plop. Plop.
La lluvia goteaba desde el techo hacia la olla que había puesto en el suelo.
Lamenté no haberme enfrentado a la lluvia antes y haber ido a casa para combatir el agua que se filtraba.
Lucía hizo una mueca cuando una gota de agua le cayó en la cabeza. Extendió una taza vacía para atrapar las gotas de la nueva fuga.
—¿Crees que podríamos recolectar los hongos que crecen en la alfombra? —preguntó con una mezcla de curiosidad y sarcasmo—. Quizá podríamos venderlos como vegetales hiperlocales… a un precio absurdo.
Lucía se agachó y tomó varias fotos de los diminutos hongos blancos con su teléfono, como si documentara una rara especie exótica.
—A este punto, estoy dispuesta a hacer cualquier cosa para pagar el alquiler —dije, vertiendo la masa para el pastel de cre
