Emily —No necesito mucho —dijo Alistair mientras nos dirigíamos a la primera tienda de mi lista. —¡Claro que sí! —repliqué, tirando de él—. Necesitas color y pizazz en tu vida. —Creo que tú ya traes suficiente de eso —respondió, dejándose arrastrar con resignación. Daria corría alrededor de las mesas de exhibición. —¡Cómprale una silla puff y esta lámpara! —gritó, levantando una lámpara con forma de perro. Alistair frunció el ceño mientras yo me lanzaba sobre una gigantesca silla puff. —Necesitamos un juego completo de estas para la sala —anuncié. —Pero son de colores teñidos —protestó. Diana regresó con varios cojines rosa brillante cubiertos de lentejuelas. —Sí a todo —dije desde mi trono de puff—. Busca una funda de edredón a juego para tu hermano. —¿Te gusta, Alistair? —pre

