Narra Sebastian Joder , hace frío. Con las manos metidas en los bolsillos del pantalón, caminábamos por la acera. Quería acercarme un poco más a Laura por su calidez, pero me detuve. —Te conseguiré un lugar de estacionamiento en el edificio. —No puede. —Soy el director financiero. Puedo hacer lo que yo quiera. Su mano enguantada tocó suavemente mi brazo. —Quise decir que no quiero que lo haga. No puedo permitirme el lugar. Como si realmente la fuera a acusar. —Llámelo una ventaja del trabajo. Ella sacudió la cabeza, los rizos rebotaban en sus mejillas rosadas, haciendo que mi ritmo cardíaco se acelerara y afortunadamente calentando mi cuerpo congelado. —No gracias. Recibiré los mismos beneficios que todos los demás pasantes. No quiero un trato especial sólo porque soy pasante

