No queremos explotarte. No buscamos que nos mantengan como mujeres y, como ya dijiste, no somos cazafortunas. Aunque suene ridículo, si nos mudáramos contigo, querríamos pagar parte del alquiler, la manutención o lo que sea. Compartiríamos la comida y los servicios públicos. Elsa hizo una mueca. Sabía que lo que decía tenía sentido al hablar con alguien de su mismo nivel económico, pero no con un multimillonario. Cindy intervino: "Eso me recuerda que queremos devolverte los vestidos y las joyas. Son preciosos, pero esas prendas superan con creces cualquier cosa que pudiéramos comprarnos, y lo mejor que pudimos hacer con las cosas brillantes fue bisutería. Todo era carísimo. Así que, con suerte, podrás devolverlo y recuperar tu dinero. Tuvimos mucho cuidado con todo". Sonreí e intenté con

