Cariño, déjame contarte algunas cosas de la vida que parecen haberte pasado desapercibidas. Primero, llevo treinta y seis años casada con tu padre. Durante ese tiempo, al menos una vez al año, he estado tan enfadada con él que podría escupirle ladrillos, y a veces lo hacía con la esperanza de que le dieran un golpe en la cabeza y le hicieran entrar en razón. He contemplado la separación o el divorcio al menos una docena de veces, y le he reprendido más veces de las que puedo contar, porque no sé si son tantas. Además, sé que te diría exactamente lo que te acabo de contar de mí. Dicho esto, te habrás dado cuenta de que seguimos juntos y tenemos una relación amorosa. "¿Eh?" Toda relación implica mucho dar y recibir, con altibajos. Hay que ser especialmente indulgente y tolerante para que f

