Erwin es el hijo de papi y mami millonarios, todos sus 18 años ha estudiado en las mejores escuelas de niños ricos refunfuñones que si papi y mami no les dan lo que quieren hacen un berrinche ridículo hasta obtenerlo, en su caso yo no es así, sí puede ser hijo de papi y mami a como todos piensan pero está arto de esto, siempre debe de hacer lo que ellos dicen pero ahora que va a entrar a la universidad eso ha de cambiar.
–Me llamo Erwin Smit el chico por el cuál todas las chicas se enamorarían pero solo por mi dinero, no porque en realidad sintieran algo por mi, mido 1.75cm voy al gimnasio tengo mi cuerpo definido, quiero ser como esos chicos que van a universidades públicas y que les cuesta ganarse las notas no como donde yo estudiaba, que deje matemáticas y mis padres les dieron un buen dinero al profesor y pasé las clases, desde ese día sentí que eso no quería para mí, se que todos pensarán que estaré loco por lo que haré pero en realidad creo que esto me enseñará a apreciar más las cosas de la vida, no solo estirar la mano para que me den dinero o un carro de lujo.
–¡Andrea levántate! debes de llegar temprano a la graduación —Andrea al escuchar a su madre decir eso, sale de un brinco de la cama, dirigiéndose rápidamente hacia la ducha —por fin saldré de mi secundaria— dijo Andrea en su mente, esperaba nunca encontrarse con ninguno de sus compañeros, esos fueron sus peores días, no hubo un día el cuál no sufriera de bullying solo por que su padre trabaja en una mina de carbón y su madre de ama de casa para uno de ellos y lo peor su físico que no ayuda en mucho sufre de acné debido al estrés que lleva por las clases, no cuida de su cabello ya que ir a un salón de belleza es muy caro.
–¡Andrea! vamos apúrate tienes que estar lista para tu graduación, tenemos que ir por tu toga a la tintorería.
–escuchó decir a Gabriela, su madre. Saliendo de la ducha, se puso la ropa más rápida que es un short y una camiseta.
–Hijo apresúrate la limosina nos espera –dijo la madre de Erwin.
Erwin terminó de poner su corbata negra y smoking n***o, entró a la limosina, a pesar de no saber que estudiaría en la universidad quería estudiar en una universidad pública para conocer como es la diferencia entre la vida de ricos y de gente de clase baja. Así podría socializarse como una persona normal y podrá ver las necesidades de cada una de las personas.
–No se que estudiaré en la universidad ya que mi mayor deseo es ser Doctora, pero no podré estudiar eso debido a que es una carrera muy cara y mis padres no podrán pagarla, por lo cuál tendré que trabajar el resto del día que tenga libre para así ahorrar la mayor cantidad de dinero posible y pagarme mi carrera -dijo Andrea en voz baja mientras miraba por la ventana del bus.
Han pasado tres horas desde que llegó a la graduación y lo único que ha escuchado es la típica chica popular diciendo solo estupideces frente a todos los padres, media hora más y podrá salir de este puto lugar del cuál ya esta arta de estar aquí.
-Hoy es el último día en el que mi hija estará con nosotros, quiero que ella estudie su carrera de ser Doctora aunque me preocupa un poco que nunca consiga un novio debido a su físico ya que es muy descuidada con toda ella -dijo Gabriela mientra tomaba asiento.
-Llegamos al salón en el que será la graduación, no puedo creer que desde que pase esa maldita puerta escuche las groserías de ellos para mí, pero por fin hoy será el último día de escuchar eso -pensó Andrea al escuchar lo que sus compañeros decían de ella.
-Hija quiero que cuando todo esto termine vayamos a casa ya que debemos hablar de algo muy importante para ti -dijo Gabriela a Andrea.
–Hola sirvienta necesito que limpies mis zapatillas justamente ahí –dijo Diego a Gabriela - El miraba como Gabriela se inclina para hacerlo, poniéndose a reír frente a Andrea y todos los demás.
–Mamá, por favor levántate de ahí, no me hagas esto este día por favor –dijo Andrea con lágrimas al ver como todos se burlan de ella por lo que su madre estaba haciendo.
–Hija, lo lamento pero éste es mi trabajo, sabes muy bien que trabajo para ellos y debo hacer todo lo que sus padres y él me pidan -dijo Gaby limpiando las zapatillas de Diego.
Andrea salió de ahí con lágrimas en sus ojos y furiosa por lo que su madre le acababa de hacer, escuchó que alguien la llamaba pero no le puso importancia, sintiendo que tomaban de su mano y su reacción es soltar un golpe.
-Eso sí que dolió – dijo el profesor de Andrea al sentir el golpe de ella en su hombro
–Lo siento profesor, no quise golpearlo, solamente quiero largarme de aquí, no puedo creer que mi madre me haya hecho eso, menos en frente de todos -dijo Andrea mirando hacia el suelo.
–Lo se Andrea, pero debes de entender que ella ha hecho todo por sacarte adelante, para que llegues hasta aquí donde estás ahora -respondió el profesor.
–Pero no es justo para mí que ella hiciera eso, menos en este día –dijo Andrea a su profesor.
Salió corriendo de la escuela, solo quería ir a ese lugar el cuál la hace sentir en paz donde estando sola todo es mejor, siguió corriendo lo más rápido posible, quitó su toga quedando en short y camisa y sus tacones los tiró, sabrá Dios a donde, sabía que no era momento para pensar en eso, sus lágrimas seguían cayendo, en eso escuchó la bocina de un carro el cuál frena de golpe, volteó a ver rápidamente y el chófer se había detenido a tiempo.
–¿Qué le pasa a toda esta maldita gente que cada día está más loca? – escuchó Erwin que gritaba su madre, volteó a ver rápidamente, era una joven muy bella la cuál aparentemente no se encontraba nada bien pudo ver que iba llorando pero desgraciadamente no podía hacer nada por ella, por sus padres. –Ella tan bella por fuera, como una bella flor que con el rocío de la primavera por las mañanas florece de manera deslumbrante, por dentro tal frágil como un cristal, tan fácil de romper como las olas del mar que golpean las rocas causando unos bellos sonidos – Decía el libro el cuál Erwin iba leyendo y con el cuál la recordaría a ella, sólo esperaba volver a verla pronto.
–Hola amor, quería saber sí Andrea está aquí –Omar el padre de Andrea al escuchar a Gaby decir eso se puso furioso, no sabe el porqué le preguntó eso, sí Andrea estaba con ella.
–¿Dónde está ella y que hiciste ahora mujer? -Cuestionó Omar después de escuchar lo que ella le ha dicho.
–El joven Diego me pidió en la graduación de Andrea que limpiara sus zapatillas que estaban sucias y yo lo hice, él se burló de mí frente a todos los demás compañeros de Andrea, ella salió de ese lugar, por mi parte después de haber hecho eso decidí renunciar por el bienestar de ella y el mío -dijo Gaby .
–¿Qué has renunciado? ¿ahora de que trabajarás? -dijo Omar sin saber qué pasará por la mente de Gaby al haber renunciado.
–Este lugar me encanta – dijo Andrea con una sonrisa en su rostro al llegar a aquella pequeña casa abandonada, en la que hay un pequeño arroyo y alrededor de el cientos de diferentes flores y un gran árbol de roble oscuro en el cuál toda clase de ave se posa; para crear nidos o simplemente cantar una bella melodía.
— Por fin a terminado la graduación y ya estoy en casa, ahora sólo esperaré unos días para irme de viajes dijo Erwin quitándose la corbata.
—Hijo porque no saludaste a ninguno de tus amigos, si no que los ignoraste por completo -dijo su madre al cerrar la puerta principal
–¡Mamá! ninguno de ellos es mi amigo, ni me preguntes por novia, porque no me gusta ninguna de ellas -dijo Erwin.
–Hijo, debemos de mantener la reputación de los Smit, que se han unido a amor eterno con personas de dinero -dijo la madre de Erwin.
–Mamá, eres la menos indicada en decir eso, después de lo que nos hizo papá con esa mujer y aún así lo perdonaste -protestó Erwin molesto.
—Lo perdone por nuestra reputación hijo, no porque en realidad lo quiera aún -respondió su madre.
—Para eso te hubieras quedado sola y estuviéramos mucho mejor sin él -dijo Erwin fruñendo el ceño yéndose a su habitación
—No se que horas sean, pero lo que se; es que amo los atardeceres esas mezclas de colores en el cielo me hacen sentir en paz, no quisiera irme de aquí -dijo Andrea
Erwin siguió leyendo ese libro el cuál le recuerda a esa chica que miró cuando iban de casa, tenía una mirada tan vacía, tan triste y confundida.
—Joven Erwin, la señora Jennifer desea que usted baje a la sala, necesita hablar con usted junto al señor Patrick -dijo una de las sirvientas al otro lado de la puerta.
—Aquí estoy madre, me dijeron que necesitabas hablar conmigo, así que dime para que soy bueno -dijo Erwin.
—Necesitamos hablar de la carrera que estudiaras hijo, cuándo cumplas 20 años te daremos una tarjeta de crédito con una gran cantidad de dinero el cuál deberás administrar bien ya que eso será una parte de la herencia que te daremos -dijo Jennifer a Erwin
—¡Padres! antes que sigan con esta platica hay algo que les he querido decir, pero no sabía por donde empezar pero ya que gracias a que ustedes tocaron ese tema lo haré. No quiero estudiar a una universidad pagada en la que sólo están los niños más ricos, ¡no! No es eso lo que quiero, quiero socializarme con los demás jóvenes que van a universidades públicas que pasan las clases con esfuerzos sin sobornar al profesor -dijo Erwin sin rodeos
—Que locuras dices hijo, mancharas nuestro apellido al ir a ese tipo de universidades, además te puedes enamorar de una pueblerina -dijo Jennifer un poco alterada
—Jennifer basta, recuerda de dónde venimos, de todo lo que nos costó llegar hasta donde estamos ahora, deja de expresarte por una maldita vez así de las personas, todos somos iguales y creo que ya es tiempo que Erwin tome sus decisiones por si sólo, así que lo apoyo en la decisión que él desee tomar -dijo el padre de Erwin.
—Mamá, disculpa pero él tiene razón, tengo la edad suficiente para tomar mis decisiones por mi propia cuenta -dijo Erwin.
—Esta bien hijo, aunque no apoyo en absoluto la decisión que has tomado .dijo Jenny al ver que no podía hacer nada más.
—Esta bien madre y gracias padre por apoyarme con la decisión que he tomado -dijo Erwin subiendo a su recámara, tomo su ipad y puso la canción To hell and back de Sabaton
—Después de unas horas de caminar hacia casa por fin he llegado, no quiero ver a nadie, menos a mi madre después de lo que hizo, lo bueno de todo es que ya no veré a ninguno de mis compañeros más – dijo Andrea antes de entrar a casa, entro a su habitación encendió la laptop y entró a sus r************* —¿Qué, no puede ser? solo eso me faltaba, él chico del cuál he estado enamorada en silencio es el primero en subir la fotografía de mi madre limpiando las zapatillas con un pie de foto que deja mucho que desear -dijo Andrea decepcionada aún más.
Omar golpeó un par de veces la puerta de la habitación de Andrea -Hija podemos hablar por favor –dijo Omar con un tono de voz bajo.
—Está bien papá, pasa – andrea miró el techo de la casa mientras por su mente pasan miles de cosa.
—Hija lamento lo que tu madre te hizo pasar en tu graduación, se que era tu día especial ya que por fin saldrás de la secundaria -dijo su padre, Omar.
—Para ti es fácil decirlo, no eras tú quién estaba ahí, quién pasó por todo ese ridículo que ella hizo en lo que creíste que sería el mejor día -dijo Andrea sin verlo a los ojos.
—Se lo que pasaste pero entiende ella lo hizo por ti por tu futuro, después de hacer eso ella renunció al trabajo -dijo Omar
-Para que lo hizo para que renuncio si ya no iba a cambiar nada con eso, solamente hizo mi vida más miserable de lo que ya estaba -confesó Andrea desde lo más profundo. - Por favor padre sal de mi habitación y déjame sola no quiero seguir hablando del tema así que vete -dijo Andrea en voz baja
Salió de ahí, no sabía que Andrea tuviera tantos problemas en clases, nunca tenía tiempo para ella por estar trabajando para traer la comida a casa.
—¿Qué te dijo ella? – Preguntó Gaby con curiosidad.
—Que somos los peores padres, me dio mucho que entender con decirme que le hicimos la vida más miserable -dijo Osmar.
—¿Qué, no, no puede ser?– Al escuchar a Osmar decir eso, Gaby no pudo contener sus lágrimas pensó que todo lo que hacía por ella estaba bien pero miró que no fue así, solamente la destruyeron más de lo que ya estaba.
—No se que fue lo que hicimos mal, lo que se es que debemos remediar eso que ella dijo -dijo Osmar
—No creo que podamos Osmar, es demasiado tarde -dijo Gaby
—Nunca es tarde para hacer a nuestra hija feliz, ¿no era para eso que queríamos una hija para hacerla feliz? -dijo Omar
—Se supone que sí, pero no se que en que hemos descuidado a nuestra hija -dijo Gaby.
—No la hemos descuidado Gabriela, solamente que llegamos tarde del trabajo y cuando queremos hablar con ella, no nos deja hacerlo -dijo Omar.
..
—Llegó el día esperado donde iré de vacaciones, será el último viaje de chico adinerado que tenga voy junto a mis padres a una playa en Andalucía, será una semana de vacaciones en ese bello lugar, mi madre está muy emocionada al igual que mi padre ya que celebraremos que culmine una etapa más de mi vida y de aquí en adelante me tocará a mi solo, porque así lo he decidido -dijo Erwin mientras rectificaba tener todo en la maleta.
—Busco un nuevo empleo, para poder ayudar a Andrea aunque no he podido sacar de mi mente lo que ella dijo, jamás me perdonaré ser la peor madre de ella, no he podido hacerla feliz durante sus 17 años -dijo Gaby, mientras se miraba en los enormes espejos de una tienda.
—Mientras ella salió a buscar empleo yo debo de hacer los quehaceres de la casa, mi padre como siempre trabajando en la mina de carbón para traer dinero que con costo alcanza para el pago de la casa y un poco de comida, al parecer estos 3 meses que faltan para que empiecen las clases en la universidad serán largos y lo peor no me he decidido que estudiar ya que mi sueño de llegar a ser Doctora creo que nunca se podrá -dijo Andrea.