Embarazada después de una noche con el rey Lycan

Layla suspiró profundamente, apagando su laptop, acababa de recordar que hoy tenía que visitar el hospital para ver a su padre.    El doctor llamó el día anterior para informarle que encontraron el donante para su trasplante de riñón.    Su padre, Markos, su alegría y orgullo, era una de las razones por las que seguía viva, tenía que vivir por él, y él era la única razón por la que aún estaba en esta casa. Se habría mudado en el momento en que terminó la universidad, pero su padre le había suplicado que se quedara.    Layla se cambió rápidamente y se puso una ropa cómoda mientras salía corriendo de su habitación.     —Layla, ¿a dónde vas? —Su hermanastra Scarlet preguntó mientras bajaba las escaleras.    —Al hospital, el doctor llamó anoche, dijo que encontraron un donante —Layla respondió con alegría en el corazón mientras ambas se abrazaban felizmente.    —¿Y cuál es la causa de todo este ruido? —Rosalie, su madrastra, preguntó molesta, saliendo de la cocina.    —Madre —Layla murmuró suavemente, acomodando su cabello detrás de su oreja, ella estaba intimidada por la presencia de Rosalie. Rosalie estaba lejos de ser agradable y el hecho de que era su madrastra solo significaba una cosa: Problemas.    —Mamá, no lo vas a creer, el doctor encontró un donante para papá, papá puede ser salvado Mamá —Scarlet anunció felizmente mientras iba a abrazar a su madre.    —¿Cómo te enteraste? —Rosalie cuestionó lanzando miradas asesinas a Layla que se mordía nerviosamente los dedos.    —Layla me lo dijo, el doctor la llamó a ella —Scarlet respondió.    —Así que el doctor te llamó a ti, sin siquiera llamar a su esposa, y tú, bastarda, ni siquiera nos lo dijiste antes de correr al hospital, como una buena hija, wow —Rosalie dijo con sarcasmo pesado.    —Y... no fue mi intención, solo estaba... —Layla comenzó pero fue interrumpida por Rosalie.    —Oh cállate, yo... “no fue mi intención, solo estaba…” Eres simplemente estúpida —Rosalie imitó con todo el odio que pudo reunir.    —Lo siento —Layla trató de disculparse para que Rosalie dejara de burlarse. Era un buen día y no quería arruinarlo.    —Siempre te disculpas, por eso nunca tendrás éxito en tu miserable vida, le he dicho a tu padre incontables veces que destruya esa laptop tuya, siempre estás escribiendo, pero no tienes nada que mostrar —Rosalie escupió disparando miradas asesinas hacia ella.    —Eres tan inútil, Layla, mírate, acabas de terminar la universidad y no tienes nada que mostrar, ni siquiera un trabajo. Todo lo que haces es sentarte en tu trasero, dando vueltas y volviéndote vieja en esa habitación tuy.    —Madre... —Layla llamó entre lágrimas, todos los días Rosalie siempre inventaba nuevos insultos, ¿cómo se está volviendo vieja?, solo tiene veintiuno, Scarlet tiene veintidós y ninguna de las dos está trabajando, entonces ¿por qué Rosalie encuentra defectos en ella?    —No soy tu madre, ¿cuantas veces tengo que decírtelo, no soy tu madre, tu inútil madre está tirada en alguna tumba por ahí    —¡Basta, por favor, deja todo esto, te dije que nunca trajeras a mi mamá a esto! —Layla gritó con lágrimas en los ojos.    Perdió a su madre cuando era joven y desde entonces ha considerado a Rosalie como su propia madre. Pero lo mismo no podía decirse de Rosalie, quien consideraba a la niña como nada más que un obstáculo en su vida.    —Eres muy grosera, ¿sabes?, ahora entra, antes de que te quedes sin dientes —Rosalie amenazó mientras Layla negaba con la cabeza, decidida a ir adentro.    Quería ver a su padre tanto, al menos él era el único con quien podía hablar.    —Madre... —Layla llamó suavemente.    —No soy tu madre —Rosalie gritó mientras avanzaba para jalarle el pelo.    —Mamá, por favor, déjame ir —Layla sollozó fuerte mientras Rosalie la arrastraba escaleras arriba, jalándole el pelo, mientras Scarlet solo se quedaba viendo el drama.    —¡No soy tu madre! —Rosalie exclamó enojada, apretando su agarre en el pelo de Layla.    —No te irás de aquí hasta que yo lo diga —Rosalie ordenó, arrojándola bruscamente en la habitación antes de cerrar la puerta en su cara.    —Eso fue demasiado cruel, Mamá —Scarlet bostezó en sarcasmo mientras Rosalie bajaba las escaleras.    —Pero tú lo disfrutaste.    —Por supuesto, sin duda —Scarlet se rió.    —Voy a preparar algo de comida y se lo llevaré a tu padre, también puedes invitar a Mike para que te acompañe.    —¿De verdad? —Scarlet chilló de alegría mientras su madre asentía afirmativamente.    —Gracias, Mamá, eres la mejor, me voy a refrescar y arreglar mi maquillaje, además Mike también viene —Scarlet sonrojada, corriendo hacia su habitación arriba.      ***** Layla estaba sentada en su habitación en silencio, observando el cielo nocturno despejado mientras las lágrimas fluían libremente de sus ojos.    Era un bebé cuando perdió a su madre y vivió con su tía Stella durante seis años, antes de que Markos viniera, diciendo ser su padre, diciendo que quería cumplir sus deberes de padre y compensar a su mamá.    Rosalie nunca ha sido amable con ella desde el día en que puso un pie en esta casa.   Decía que era hija de una amante, un hijo que resultó de un error estúpido, así que Layla también era un error, ya que nunca debió nacer en primer lugar.    Layla siempre contó con su padre Markos, quien siempre la defendía y apoyaba, pero solo hizo que Rosalie empeorara.    Así fue como creció en odio y amor, su hermana Scarlett también fue otro pilar de apoyo, quien también fue muy amable con ella.    Su padre fue diagnosticado más tarde con una insuficiencia renal y necesitaba un trasplante; no pudieron encontrar un donante entre los miembros de la familia, así que optaron por buscar uno.    Las otras personas importantes en su vida eran su novio Mike y su mejor amiga Aurora Lawrence. También la apoyaron y estuvieron a su lado. El único problema fue que Aurora se mudó de la ciudad hace un año con su hermano para establecerse en la ciudad de Nueva York, ha sido aburrido sin su amiga.    —Tendré que ser fuerte y luchar contra esto —Layla se animó a sí misma, secándose las lágrimas antes de ir a su cama para dormir, con la esperanza de salir de la casa mañana.  Si Rosalie no la deja salir, no tenía otra opción que hacer las cosas a su manera.