SOÑAR NO CUESTA NADA

1939 Words
CAMÍLA  Han pasado semanas desde que Edward me dijo que saldría conmigo, 4 semanas para ser exactos;  el aún no me pide una cita formal, siempre viene al restaurante, me saluda, hace su pedido y se va, no sé que pasa con el; aunque su actitud hacia mi es alegre y amable, no ha vuelto a insinuar que quiere verme en otro lugar. Estoy absorta en mis pensamientos, cuando veo a Vincent venir hacia donde estoy, últimamente está muy raro, no sé que le pasa, pero hay algo que está molestándolo y me gustaría saber que es,  el se ha convertido en un muy buen amigo, leal e incondicional, no quisiera pensar que está pasando por una mala situación y que no hago nada al respecto para ayudarlo. — ¿Quieres ir al cine conmigo Camila? — Pregunta con una sonrisita de niño malo. — Solo si me dices ¿Por qué estás tan raro? — Espero que quiera hablar, no soy buena compañía por estos días y prefiero escuchar los problemas de los demás a pensar en los míos. — Es complicado — Contesta arrugando la cara. — Tengo todo el tiempo del mundo — Digo cruzándome de brazos y levantando una ceja. — Entonces iremos al salir de trabajar ¿está bien? — Le doy una amplia sonrisa y acepto la salida. —Hecho — Creo que Vinni sabe que no quiero darle falsas ilusiones y es por esto que no me insiste en salir en una cita real, sabe que lo tengo en la Friend Zone desde hace mucho. Hablando del que no debe ser nombrado; veo entrar al sexy Doctor, como siempre cuando viene luego de un turno largo o antes de entrar a uno; es su rutina, pero esta vez vienen a acompañado de una hermosa rubia alta y esbelta que lo trae agarrado del brazo, la sangre me sube a la cabeza del enojo, estoy celosa, que hace esa mujer agarrando a mi Doctor, — Bueno no es mío...… aún. — Me corrijo mentalmente, la respiración se me acelera y siento que voy a lanzar cosas a  todas partes, pero en lugar de eso, respiro profundo y trato de guardar la compostura y poner buena cara. — Hola Camila, buenas tardes — Me saluda con su tono alegre de siempre, ¡Dios como lo odio! — Buenas tardes — saludo con una falsa sonrisa — Doctor Marshall como puedo ayudarle hoy — Maldito, ¿Cómo puede alguien meterse entre tu piel tan rápidamente? Le dice a su acompañante que nuestros emparedados son los mejores de la zona y nuestras ensaladas son fantásticas, yo ruedo los ojos en mi mente, quien usa esa palabra hoy en día, parece un personaje de novela de principios de siglo; además recomienda las bebidas describiéndolas como "de otro mundo"; ¿yo? quiero ahorcarlo con el mandil; la mujer le da una risita boba y yo pienso: — Si amiga, se lo que se siente estar cerca de ese cabrón atractivo — Ella le dice que confía en el y que pida lo que mejor le parezca y yo pienso: — ¿En serio? ¿ Puedes ser mas obvia? — El hace el pedido y yo vuelvo a sonreírle dulcemente mientras le cobro, aunque por dentro quiera retorcerle el cuello; se sientan y observo la camaradería entre los dos; como ella encuentra cualquier excusa para tocarlo en todo momento, ¡Dulce niñito Jesús! tanto que luché por no terminar en la cárcel y esta mujer va hacerme mandar todo a la mierda cuando la mate;  me siento tan decepcionada, pensé que le gustaba, pero supongo que el tipo encontró una mejor opción, me siento frustrada, si al menos hubiéramos tenido sexo, se me habría quitado la calentura; ya no quiero que me guste mas, necesito acción y olvidarme de el, sacarlo de mi mente; ¡Dios! es que es tan guapo. *** **** **** **** Esa noche voy al cine con Vincent, necesito salir un poco y distraerme, no puedo pasarme la vida esperando por una persona que claramente no me valora; vemos una película de terror, comemos palomitas de maíz y nachos, nos reímos todo el rato y pasamos un tiempo agradable. — Estabas un poco apagada hoy en el trabajo, ¿Qué te sucede? — Pregunta el con genuino interés.  —Creo que no le gusto al chico que me gusta, como yo pensaba que le gustaba — No pude decirlo mejor, esto es lo que me tiene amargada, que no le gusto a Edward. — Entonces es un completo ciego e idiota, a mi si me gustas, podrías ser mi novia — Parece estar bromeando, pero siento un poco de verdad en sus palabras. — No lo creo amigo, pero gracias — Mantengo las cosas ligeras, no quiero romper su corazón, pero tampoco quiero darle falsas ilusiones o jugar con el solo por despecho, eso no está bien. — Podríamos ser amigos especiales — Propone moviendo las cejas de forma sugestiva. —No, nuca va a suceder. — Soltamos a reír a carcajadas, porque a pesar de todo, somos buenos amigos. Estamos riéndonos como tontos, cuando veo a Edward, que a partir de ahora se llamará el Doctor cabrón, saliendo de una de las salas del cine con la rubia con la que fue al restaurante, va tan distraído y absorto  en la conversación con la tipa, que no nota que estoy aquí. — Hijo de puta — Digo para mi misma en un susurro, tengo ganas de llorar porque pensé, que por una vez en la vida un hombre como el, tan decente, guapo  y con la cabeza en su lugar, saldría conmigo.... soy tan estúpida; y lo peor es que tengo al chico mas dulce como amigo, que quiere todo conmigo y no soy capaz de sentir nada que no sea un gran cariño. — Debo irme — Digo sintiendo de repente unas ganas incontrolables de emborracharme y llorar. — Te llevo a casa — Ofrece como el caballero que es. — Estoy bien no es necesario, tengo algo que hacer — Me despido de Vinni con un beso en la mejilla y camino rumbo a la nada, luego tomo mi teléfono y llamo  a la persona que considero mi mejor amiga — Necesito que me acompañes, voy a emborracharme en lo de Ed — Ese sitio últimamente se ha convertido en mi lugar para ahuyentar mis demonios. —Estoy dentro amiga, nos vemos allá — Me contesta emocionada, cuelgo y me voy al bar; al llegar entro y  me siento en la barra, pido un shot de tequila y una cerveza; diez minutos después veo a Lauren entrar en el lugar y apenas me ve, viene y se sienta a mi lado a mi derecha. — ¿Dia malo? — Pregunta abrazándome. — Un poco si, ¿tu? — Ella se encoge de hombros y le hace señas al bar tender para que le sirva lo mismo que estoy bebiendo. — La misma mierda de siempre, no quiero hablar de eso ¿tu? — Necesito sacar mi frustración. — Edward,  me estoy volviendo loca — Lauren y yo hemos hablado mucho últimamente, sabe que el susodicho prometió una cita y nunca cumplió y que eso me tiene alterada. — El tipo claramente es un idiota, hay que emborracharnos y sacar los hombres de nuestra vida para siempre — Me gusta como piensa esta chica. — Que sea un hecho — Chocamos las jarras de cerveza y bebemos al tiempo. Tomamos un par de tragos de tequila y un par de cervezas mas, estamos hablando de lo genial que seria si viviéramos en un universo donde los hombres no fueran necesarios para nada, cuando siento a alguien parado detrás de mi. — Señoritas — Volteo y veo al causante de mi malestar sonriéndome como si no me hubiera roto el corazón esta misma tarde, 2 veces. — ¿Qué diablos haces qui? — Bien Camila, se suponía que no debía notar que estoy amargada por su culpa, fallo totalmente, el ignora mi tono grosero y contesta: — Le escribí a Emm para preguntar si sabia donde podía encontrarte, dado que no tengo tu numero ni donde llamarte.... — Nuca me lo pidió, ¿Qué espera? ¿Qué sea adivina y me adelante a sus pensamientos? — Ella me dijo que estabas con Lauren aquí — ¿Dónde habrá dejado a la rubia? ¿Qué pensará? que me voy a conformar con sobras, debe estar soñando si cree eso. — ¿Cómo supo Emma donde estamos? — Le pegunto a mi amiga, Lauren me hace un  gesto de disculpas. — Me escribió para preguntarme si sabia donde estabas, no pensé que era para avisarle al grandísimo Cabrón — Contesta ignorando que Edward está parado aqui mismo y lo está insultando. — ¿Soy el grandísimo cabrón? — Pregunta el, mas divertido que molesto. — El doctor cabrón para ser mas exactos — Le respondo sarcástica. — ¿Qué hice para ganarme esos apelativos? ¡soy Doctor! no puedes hablar mal de los médicos, salvamos vidas — Su lógica es demasiado ridícula,  ¿Quién diablos se cree? ¿Jesús? — Ilusionar una chica y luego salir con otra e ignorarla, nada menos — Creo que el tequila me ha envalentonado. — No creo haber hecho algo así, No trato así a las mujeres. — Se defiende, yo ruedo los ojos porque creo que es un cínico.— Entre la clínica, mi especialización, pacientes, familia, no tengo mucho tiempo y estoy siempre muy ocupado, no quería hacerte sentir de esa forma. — Contesta a manera de disculpa. — ¿Dónde dejaste a tu novia? para la que claramente si tienes tiempo para llevarla a comer y al cine — Ahora que va a decir de eso. — No es mi novia, es una buena amiga y supongo que estabas en el cine si me viste ahí ¿estabas sola Camila? — Ahora va a voltearme las cosas. — Estaba con un buen amigo — Respondo mirándolo mal. —¡Exacto! —  Aunque tiene un punto, el tipo es tan frustrante que ya no es gracioso. — Lo que sea Edward, ahora vete — Me quedo ahí con un nudo en la garganta, se que todo es mi culpa por hacerme estúpidas ilusiones, pero soy inexperta en las cosas del amor, ténganme paciencia.  Lauren me da una mirada como diciendo: — Lo siento amiga — y yo le doy un guiño. Cuando creo que se ha ido y no volveré a saber nada mas de el, veo como se acomoda en la barra en el asiento junto a mi del otro lado, lo miro sorprendida y no puedo evitar caer al ataque: — ¿No te ibas? — El se ríe sin gracia y mira al cuelo como pidiendo paciencia. — Eres una chiquilla inmadura Camila, pero ¿sabes qué?, me iré de aquí esta noche pero contigo — Siento como un fuego liquido recorre todo mi cuerpo hasta llegar a mi centro y la humedad llena mis bragas, no sé como responder a eso. — Ahora termina tu trago que voy a llevarte a casa. — ¿Quién diablos se cree para darme ordenes? — Puedo tomar un taxi — le respondo solo por llevarle la contraria, dentro de mi, sé, que voy a irme con el, lo siento Lauren, me disculpo mentalmente con mi amiga. — No dije que irías a tu casa esta noche. — Trago en seco y muerdo mi labio, creo que el Doctorcillo, por fin va quitarme la calentura que le traigo.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD