Alex deambulaba por la casa, ahora que estaba en periodo de vacaciones escolares, se aburría más de lo usual. El hecho de que poseyera una consola de videojuegos y una computadora de escritorio en su habitación, no garantizaba su diversión, existía algo en el caminar de regreso a casa saliendo de la escuela, convivir con sus compañeros y mezclarse con la multitud que le llenaba de vitalidad, una vitalidad que ahora menguaba, era un bien inmaterial tan escaso en él como la sobriedad en un morfinómano. Y generalmente, las consolas y sus artefactos tecnológicos mantenían ocupada su atención, pero ahora sentía una necesidad urgente de contacto humano, de reunirse con sus amigos y realizar bromas, de apreciar las piernas de Melissa o tener cerca sus enormes senos, solo para lanzarle disimulado

