El bullicio en el salón de clases estaba tope. Al profesor parecía no importarle demasiado, en sus ojos se revelaba una gran impaciencia por retirarse del lugar lo más pronto posible. Pero debía resistir un poco más, solo unos cuantos minutos de espera y el timbre sonaría, entonces toda la escuela sería vaciada de los ruidosos alumnos y de personal docente. Alex había recibido la explicación de un trabajo que los alumnos debían desarrollar en parejas, ese proyecto lo impregnó con preocupación. Le turbaba que, siempre que tocaba hacer trabajos en pareja, a él, le tocara quedarse solo o juntarse con algún otro exiliado. Sus dos amigos poco se compadecían de él en estas situaciones, porque entre ellos dos, se les facilitaban las cosas al vivir a una calle de distancia. Alex por otro lado, te

