Claro, mi "Sí, sí, hazlo" salió como un susurro. Pero bueno, mi "ahora Dave, fóllame, sí, fóllame" salió mucho más parecido al orden. ¡Dios mío, sí, me encantó, desde esa primera embestida, deliciosa, profunda y penetrante! Vaya, y sobre todo las veces que se le escapó sin querer, claro, y tuvo que volver a meterlo de golpe. Solo después me di cuenta de que lo hacía a propósito; era imposible que se le escapara tantas veces sin querer. ¡Pero mi hermanito aprendió rápido! En fin, tuve que reprimir una risita en una almohada; bueno, era eso o arriesgarme a ofender a Dave. Y la verdad es que fue bastante gracioso; o sea, ahí estaba yo, todavía virgen, siendo follada por el culo, ¡y justo después me corrí sobre mi, sí, ¡treinta y ocho deliciosos centímetros de grueso consolador azul neón! Cas

