—Te encontraré en el muelle. —Esperamos a ti donde están atados juncos grandes. En ese momento Azalea se había terminado de vestir con el traje de algodón color pálido con el que había llegado. Se puso el sombrero y besó la suave mejilla de Kai Yin Chang. —Gracias. Eres muy bondadosa. —Tú… graciosa muchacha— contestó la señora Chang y Azalea comprendió que la había conmovido su gesto de cariño. Lord Sheldon la esperaba en la puerta del frente. Azalea dio las gracias a la señora Chang y subió al carruaje que enfielaba. Los lacayos llevaban puesta la librea de la Casa de Gobierno y os caballos estaban equipados de manera espléndida; pero Azalea no se dio cuenta de nada, excepto de que Lora Sheldon estaba sentado junto a ella. Cuando el carruaje se puso en marcha, él tomó la mano de e

