Traitor

3304 Words
No negaría que me sentía exhausta, que sentía que en mi cabeza estaban sucediendo demasiadas cosas, al punto de que creía que podría ser que mi cabeza explotará de un segundo a otro, sin más, estaba demasiado conmocionada por todo lo que estaba pasando, estaba demasiado confundida, era demasiado lo que sucedía por mi mente y comenzaba a creer, que no habría un modo de hacer que todo lo que pensaba, sentía o cualquier cosa, terminarían por destrozarme el corazón de la manera más ruidosa posible. ¿Podría ser la resaca? ¿Era acaso que habría pensado demasiado? ¿Qué durante toda la mañana lo único que hubiera pasado por mi mente fuera que estaba haciendo un desastre completo de mí misma? —¿No saldrás de tu habitación hoy? —, Preguntó Alana. Para abrir la puerta por completo—. Alguien vino a verte. —¿A mí? —, pregunté girándome a verla—. No estoy. —Creo que ese será un problema, porque literalmente, esta a un lado de mí. —Es grosero fingir demencia, Blake—, expresó con tonó burlón Shawn, mis ojos se abrieron a par para mirar la caja que se encontraba en mi escritorio—, Yo… Me levanté a toda velocidad, para colocarme frente a la puerta, entrecerrando esta para que no pudiera ver mi habitación, sentí cómo los nervios recorrieron mi piel de la manera más dramática posible, no tenía manera de explicar que aquella caja se encontrará en mi habitación cuando debía de estar debajo de las tablas de su closet, en su habitación. —Bien, si es grosero—, dije de manera golpeada, haciendo que apenas fuera entendible las palabras que salieron de mis labios—. ¿Qué haces aquí? Su ceja se arqueo, cómo si mi pregunta hubiera sido demasiado tonta, no recordaba que quedáramos el día de hoy en algún plan, cosa que me causo un poco de intriga, quizá habríamos planeado algo hoy, anoche, no lo sabía. Seguía intentando comprender que era lo que habría sucedido la noche anterior, pero en ningún momento tenía éxito, era error tras error, comenzaba a creer que lo mejor sería decirles que si en dos semanas las cosas no mejoraban, nos fuéramos a España. Después de pensar toda la mañana llegué a la conclusión de que habría sido yo la única que no se habría percatado de la manera que tenía Shawn de ser, quizá no se trataba solo del cómo se comportaba en este mundo, sino que siempre fue así, que el haber cambiado un poco el pasado, no habría cambiado en lo mínimo la forma que tenía el de ser, y era simplemente yo la única que iba esperando que las cosas fueran diferentes. Shawn siempre actuó de un modo, parecía ser que solo quería que fuera de su propiedad, cuando yo jamás habría sido un objeto, ni nada parecido. —Sí, ¿Lo has olvidado? —, preguntó con tono de pesadez—, Te dije que te repondría la clase de ayer, por lo que llegué más temprano. —¿Y no tienes resaca? Porque de ser así lo entendería… No tendríamos que—, comencé, pero me interrumpió. —No, estoy fresco, no tomé tanto cómo parece ser que lo has hecho tú—, se mofó a lo que rodé ligeramente los ojos. Sabía que habría bebido demasiado—mínimo para no poder recordar lo que habría pasado la noche anterior—pero de igual modo, no sabía si por el momento podría disimular las emociones que iban recorriendo mi cuerpo de un modo que no podía ser capaz de entender con completa certeza. Creía que el ver a Shawn, sólo hacía que recordará el contenido de la caja, no podía ser capaz de entender que él haya hecho que me rompiera el brazo, sólo para que no saliera con un chico, en realidad, eso me parecía demasiado. Muchas de las cosas que leí en aquel lugar me parecían demasiado, pero no sabía cómo llevar a cabo mis pensamientos sin que pareciera que estaba enloqueciendo por completo. Eran demasiadas las dudas que recorrían mi piel de manera dramática, era demasiado lo que pasaba por mi mente. —Se que es un poco pronto, pero quisiera que me acompañarás a algún lugar—, mencionó pasados unos segundos, alcé una de mis cejas—, Podría entender si no quieres hacerlo, pero es importante. Miré a Alana quien asintió, cómo si la noticia le pareciera encantadora, habría notado que a ella le gustaba saber en que se desarrollaba la historia en la cuál yo comenzaba a tener más dudas que respuestas. Suspire con un poco de pesadez. —¿A dónde? Es decir, para cambiarme—, Alargué, a lo que él suspiró—, No puedo arreglarme para una ocasión, si no tengo la más mínima idea de que ocasión es. —Tiene un punto, Shawn—. Le recordó Alana—, En fin, a donde vayan, deberían de traer un poco de comida. —Podrías acompañarnos—, Le dije a lo que ella me miró cómplice, noté cómo la mirada de Shawn se llenaba de cierto enojo—. Así podríamos… —No, estoy bien, saldré con Francis—, Encogió sus hombros—, Vamos Shawn, deja que la bella durmiente se cambie. —Algo casual—, pidió a lo que asentí. Apenas cerré la puerta mis ojos se centraron en dicha caja, no podía parar de pensar que, en realidad, estaba cometiendo demasiados errores que tarde o temprano me cobrarían factura, quizá eso habría comenzado desde hacía un par de días atrás, con mi deseo. Pero no fue, con el mismo deseo, que comencé a darme cuenta que en realidad, las cosas que iba haciendo parecían ser el mismo desastre, quizá habría pasado demasiado tiempo pensando en que era lo correcto, que no me percaté que, en realidad, las cosas iban sucediendo de un modo. Guarde la caja debajo de mi cama para cambiarme con un poco de rapidez, apenas salí note que Shawn hablaba con Alana, quien le preguntaba si aún salía con Nicole, me quedé quieta, en silencio, esperando la respuesta antes de anunciar mi llegada. —¿Salir con Nicole? —, preguntó con curiosidad—, ¿Cómo es que te enteraste de ello? —Estamos en un pueblo pequeño—, mencionó, arquee una de mis cejas ante dicho punto, tenía razón, nos encontrábamos en un pueblo pequeño en el cual los rumores se expandían cómo una especie de peste—, Pero no has contestado mi pregunta, ¿Aun sales con Nicole? Se quedó en silencio, cómo si no quisiera dar la respuesta respecto a ello, me pareció ridículo, parecía cómo si en sus intenciones estuviera el negar a su novia, ambas ya sabíamos la respuesta, supongo que lo único que quería era saber si el podría ser honesto o simplemente mentiría con cada una de las cosas que salían de sus labios. —Es complicado—, Su mirada llegó a mí, convirtiendo su sonrisa en una mueca. Le di una sonrisa incomoda—, ¿Estás lista? —, Preguntó. —Sí. Lista—, suspiré para encoger mis hombros con desdén—, ¿Nos vamos? Después de que se despidiera de Alana, salimos de dicho lugar, para encontrarme con su motocicleta, tenía la duda de cuando habría comenzado a correr, tenía dudas de quien era la persona que se encontraba frente a mí. Y si es que podía seguir fingiendo que no sentía nada por él, no podía entrometerme entre las cosas que sucedían con Nicole y con Shawn, no quería hacerle eso. Manejo por largos minutos, pensé en ello, por cada uno de los kilómetros que avanzó, pensé en que esto terminaría por ser un desastre bastante dado. Quizá había un modo de hacer que las cosas mejorarán, pero no sabía cual podría ser el modo, no sabía cómo es que podría hacer que el pasado regresará, el poder decir que ya sabía cómo es que debía de actuar, porque posiblemente cometería los mismos errores una y otra vez. Porque posiblemente, terminaría por equivocarme de nuevo. Apenas llegamos a lo más profundo del lago, me percate que estaba vacío, quizá era el día, quizá era la zona, pero no había muchas personas aquí, estaba vacío en medio de la nada. —¿Por qué vinimos aquí? —, pregunté. El encogió sus hombros—. Eso no me responde mucho. —¿Sabías que, en la antigüedad, en el pueblo existían unas brujas? —, preguntó a lo que arquee una de mis cejas—, Aquí hicieron un hechizo de amor. —No creo en el amor, ni en los hechizos—, Chasquee la lengua, para mirar hacía el frente—. Es decir, a las brujas las quemaron, cuando posiblemente, si quiera lo eran. Y los hechizos, ¿No habrían hecho que olvidaran que eran brujas? Me miró con burla, habría pensado en ello cuando me contaron la primera vez la historia, pero no quería sonar aguafiestas. Jamás entendí la quema de brujas, es decir, ¿Cuánta sangre inocente no se derramo? Posiblemente, existían las brujas, pero pocas de ellas fueron quemadas, dudaba que fueran descubiertas la mayoría, eran inteligentes. —En fin, hay un lugar aquí, bastante bello. Me di la tarea de investigarlo, para contarte un poco más de la historia, de la naturaleza y esas cosas—, mencionó rascando su nuca un poco incómodo—. Claro, si quieres. —Esta bien para mí. Caminamos un poco, para llegar al fondo del bosque, frente al lago, miré el lugar, en realidad aquí si no habría venido jamás, era un lugar precioso, lleno de arboles, flores que llegaban a mitad de mi rodilla y el lugar, en general, era precioso. —Es increíble—, Alargué con tono emocionado, mirando un poco en mi entorno—. Demasiado increíble… —Lo sé—, Expresó, para ver hacía mis ojos—. Sabía que te gustaría venir aquí. Le sonreí un poco para mirar hacía sus labios y recaer en cuenta que habría llegado a una duda, creo que me estaba empezando a gustar Jackson, pero también Shawn, él era divertido, con él peleaba a mitad de la noche, tenía las discusiones más tontas, reíamos por tonterías, pero era divertido. En su mayoría. Pase mi mano por su rostro ligeramente, para soltarlo casi de inmediato, él traía recuerdos a mi mente que creía que habría olvidado, pero todo regresaba a la misma noche, los gritos, las peleas, la forma en la que acudía si lo necesitaba a mitad de la noche, y todos los dulces que comíamos, creíamos que podríamos ir detrás de cada uno de los sueños. Pero él era increíble, tenía siempre los chistes que me hacían reír y creía que habría conseguido todo, la forma en la que se preocupaba por mí, la forma en la que me hacía sentir, siempre me sentía feliz, siempre habría algo que podría conocer, y ambos soñábamos con comernos al mundo, creo que me estaba comenzando a confundir. Y era extraño el cómo avanzaban las cosas, me tomó de la mano para comenzar a caminar por el lugar mientras explorábamos el lugar, sentía que todo habría sido diferente, ¿Por qué parecía ser diferente a la persona que decían las notas? Porque lo que encontré en la caja, no era parecido a lo que veía. Estaba confundida, y sólo podía pensar en las noches que repetía su nombre una y otra vez, todas las veces que le dije te amo, y que creía que seríamos eternos, pero no fue así. Estaba ahí, viendo a la persona que creía que era el amor de mi vida, pero no lo conocía, quizá era extraño. Sus manos se posaron en mi rostro, para ver directamente a mis ojos, podía sentir mi corazón latiendo de manera irreal, todo se sentía extraño, cómo si fuera una historia que posiblemente no podría repetir jamás. Estaba enloqueciendo y sólo podía ver sus ojos y pensar en lo complicado que se sintió alguna vez. No sabía cómo reaccionar, sólo podía verlo ahí y sentir las mil y una dudas recorrer mi piel, ¿Habría perdido la razón acaso? ¿Era que todo podría volver a empezar? ¿Era que habría pensado en una historia que no conocía? Sus manos se aferraron un poco más hacía mí, y sus labios se estrellaron con los míos, no me negué, podía sentir el vaivén de sus labios con los míos intentando poder conocer un poco más, intentando conocer cada rincón de mi piel, así fue. Sentía mi corazón latiendo con demasiada fuerza, podía sentir que quizá este se saldría de mi pecho en cualquier segundo, podía sentir que perdería la razón. Comenzamos a intensificar el beso, de manera que creía que podría conocer de nuevo, cada espacio de él, sus labios se dirigieron a mi cuello, haciendo que inmediatamente tirará de mi cabeza hacía atrás, sintiendo cómo mi corazón lo único que pedía era más de él, ¿Pero acaso no fue que el desastre era más que grande? Que las calles que recorrimos alguna vez ya no existían, lo que alguna vez fue. Sus manos se posaron en el borde de mi blusa, para terminar por sacarla, hice lo mismo, sin importarnos que nos encontráramos en la calle, en medio del bosque, no importaba más, sólo podía sentir cómo quería conocer un poco más de él, quizá así fue. Sentía su tacto en mi vientre, bajando un poco, llegando a mi short, buscando el botón, para dejar caer la prenda al pasto, por primera vez el uso de la razón salió de mi cuerpo, podía sentir la misma hambre que él, todas las emociones que me habría estado conteniendo desde que lo vi de vuelta aquella noche, y las barreras se rompieron. Quité su cinturón, para sentir cómo una erección presionaba en sus pantalones, ambos estábamos demasiado hambrientos por lo que podría pasar después. Sentí cómo su mano tocaba por encima de mi ropa interior, haciendo que un jadeo saliera de mis labios ante su tacto, podía sentir la humedad dentro de mi cuerpo, podía sentir cómo mis bragas se llenaban de ella, mientras que ligeros jadeos salían de mis labios esperando un poco más, siempre necesitando un poco más. Sentí cómo hacía a un lado mi ropa interior, tocando directamente mi piel, no podía soportarlo, necesitaba sentirlo dentro de mí, necesitaba sentir las embestidas dentro de mi cuerpo y el como el sonido de nuestros cuerpos chocando resonaban por el lugar. Sólo podía pensar en esto cómo si se tratase de una historia que habría estado esperando por demasiado tiempo. —Joder—, Jadeo, sentí cómo su erección pedía a gritos ser liberada de su pantalón. Y todas las emociones recorrían mi piel cómo si se tratase de una descarga eléctrica que no podría controlar después. Y era extraño pensar en nosotros cómo algo más, si lo único que podía pensar era en la noche en la que paso todo por primera vez, sentí cómo sus dedos se introducían en mí con brusquedad, logrando que un jadeo saliera de mis labios, presione mis ojos, cerrados, ante el placer que comenzaba a sentir, en cualquier momento terminaría por perder la razón. No podía pensar, cómo un paseo largo, en el cuál, te desconectas y mil cosas pasean por tu cabeza, era increíble pensar el cómo todo habría cambiado… Presioné mis manos en su piel, intentando contener los gemidos que deseaban salir ansiosos de mis labios, recargando mi frente con ligeras gotas de sudor en su pecho, no podía contener cada emoción que recorría mi piel, y estaba por terminar, cuando lo recordé. Cuando la realidad se estrelló en mi rostro de manera brusca, haciendo que la culpa llegará a mi cuerpo, Nicole. —Para… Pero no lo hizo, seguía sintiendo sus dedos masturbarme con brusquedad, cómo si aquel jadeo lleno de culpa jamás hubiera sucedido, y me estaba doblegando, estaba cediendo a que todo esto no terminará, pero no podía no podía seguir con algo que sabía que estaba mal, que le rompería el corazón a Nicole. No podía, llena de culpa, me separé de él, para soltar un suspiró pesado. —No, para. —Pero creí que… No lo dejé terminar de hablar, me agaché a tomar mi ropa, vistiéndome, con rapidez. —Blake, ¿Qué pasa? —, preguntó tomándome del mentón, podía ver sus ojos, y me sentí la peor persona del mundo—. ¿Pero qué pasa? —Qué esto es un error. No podemos hacer esto, tienes una relación, ¡Por dios! —, Expresé, buscando mi celular, llamando a Francis—. No deberíamos de hacer esto. —Por dios, Blake, ¿Por qué no? —No le haría eso a Nicole. —Pero ustedes ni siquiera son amigas, ¿Qué más te da? —, me dijo con tonó borde—, Fuiste tu quien me buscó, cómo si quisieras conocerme, parecías ansiosa de que sucediera, ¿Ahora te llenas de culpa? —Cuando inicio todo esto, yo no sabía que tenías novia—, le recalqué, para mirar la pantalla—, Francis, ¿Puedes venir por mí…? Sentí cómo me quitaba el celular, guardándolo en sus vaqueros. —No te agrada ella, ¿Por qué te importa? —Porque no debería de pasar. No le haría eso a una amiga. —Ustedes no son amigas. Lo medité, podría ser que no fuera la relación más sana de amistad, pero fuera de competir una con la otra, ¿Éramos enemigas? Sentía el dolor en el pecho porque pudiera haberme remplazado en cuestión de semanas, conduciendo por las mismas calles que nosotros pasamos, pero todo era producto de mi imaginación. Eso nunca paso. —No importa, tampoco le haría eso a Nicole. Devuélveme mi celular. —Blake… —No quiero seguir con esto, no quiero confundirme, no quiero creer que te conoz… Me quedé callada, para maldecir por lo bajo, mis problemas si quiera podrían parecer reales, el no podría entenderlo, porque eran cosas que habrían pasado en otra vida. —¿Qué? —Sólo olvídalo, quiero ser tu amiga—, Le recalqué—. No tu amante. —Ni siquiera crees en el amor, ¿No lo mencionaste ya? —Pero el hecho de que yo no crea en el amor, no significa que Nicole o tú no lo hagan, no interferiré en una relación—, dije con desdén—, Le diré a Nicole. —¿Qué sentido tiene? No paso nada. —Cómo si lo hubiera hecho. Nicole es quien me busca a mí, quien esta detrás de mí, estoy cansado de ella, pero no se como terminarle—, expresó con desdén. —No digas eso… —Es la verdad, es ella quien me manda mensajes, parece obsesionada conmigo, ¿No recuerdas los post que recibías en preparatoria? Es lo mismo, sólo quería evitar lo que sucedió. Fruncí las cejas, “Quizá el te hable mal de mí, pero jamás hice lo que posiblemente te dirá que hice”. Recuerdo haberle visto con duda, “¿Cómo podría estar tan segura yo de ello?” “Porque es lo mismo que me dijo a mí”. Creo que no conocemos al final a las personas, quizá K, y yo habríamos sido amigas en otra vida, pero hubo un inconveniente, ninguna de las dos sabe que fue lo que sucedió en realidad, y eso al final del día, sólo nos genera dudas. Creo que extrañaba tu tacto, pero no puedo evitar sentirme culpable. —Trueno.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD