Landon
“La muerte es el final al que todos llegan, pero que nadie planea” creo que en realidad es solo un recordatorio de lo jodido que te sientes cuando esa persona deja un hueco en tu vida que parece imposible de llenar.
Aún recuerdo como toda mi vida cambió solo por un estúpido globo, claro, mis padres me adoraban y con frecuencia cumplían mis caprichos: dulces, ropa, juguetes, siendo hijo único yo era su adoración y de un momento a otro, todo cambió a veces te acostumbras tanto a un estilo de vida que comienzas a dar las cosas por sentado, crees que la felicidad que tienes en esos momentos es basta y suficiente, llegas incluso a creer que nada malo te pasará, ese el trabajo de los padres, alejarte de cualquier mal que pueda existir, puede llegar a parecer un trabajo imposible, pero ellos hacen todo lo que está a su alcance para que nada malo les suceda a sus hijos, el problema es cuando los hijos llevan ese mal hacía la vida de los padres. Todo sucedió una tarde lluviosa del 14 de Abril de hace 10 años, para ese entonces tenía 7 y lo único que me importaba era divertirme como cualquier otro niño, había estado suplicando que me llevaran a dar un paseo, el día no era del todo lindo, pero al menos podíamos salir a comer o comprar algo, estaba tan emocionado por un simple globo de colores, había insistido tanto en que lo quería que mis padres con tal de que me callara me lo compraron; era demasiado el aire de aquella tarde, el globo escapó de mis manos, traté de alcanzarlo cruzando la calle y el semáforo se puso en verde, el auto se acercó a gran velocidad y todo pasó demasiado rápido, papá empujándome, mamá gritando, la llanta del auto ponchada y yo del otro lado a salvo, confundido, asustado, sin entender por qué mi padre no se levantaba del suelo, me parecía extraño ver tanta sangre ¿Algún doctor podría ayudarlo? ¿Alguna pastilla funcionaría para aliviar su dolor? Sí, era más sencillo cuando no entendía nada.
—Creí que no participarías en el concurso —habló Adam trayéndome de vuelta a la realidad y obligándome a apartar mi vista de la fotografía de mi padre.
Él era el único que me soportaba cuando ni yo mismo lo hacía, ese chico rubio que se esperaría que trajera locas a las chicas, pero que resultaba ser más invisible que yo. Mi mejor amigo.
—Descuida no participaré, tomé las fotografías hace un par de semanas, pero no tengo ganas de meterlas al concurso.
—Landon Leith, dime que estás bromeando —se cruzó de brazos esperando mi respuesta —Vamos, viejo, estás fotos son muy buenas.
—Siguen siendo fotos de él —guardé silencio.
Siendo sinceros no quería iniciar la típica charla donde él me dice que lo tengo que superar, yo me enojo, lo golpeo, discutimos y después hacemos de cuenta que nada pasó —Iré a clase, ten —cerré mi casillero y le dejé las fotos —tíralas, quémalas, haz lo que quieras, me da igual.
Tomé mi mochila y comencé a alejarme, el concurso de fotografía era anual, desde hace tiempo no participo, creí que era momento de sanar la herida, dejarlo ir de alguna manera, pero ver las fotos, recordar lo que sucedió, nada ayuda en realidad, ni siquiera el intento de consuelo que Adam quiere darme, ni las palabras de cariño que me da mi madre, al menos ella logró salir adelante, se volvió a casar, Paul parece un buen sujeto, ella volvió a ser feliz, su único refugio ante el dolor fue Dios, y es sorprendente como alguien que no puedes ver le pudo dar tanta paz, intenté hacer lo mismo, pero simplemente no lo logré o tal vez no quise acercarme a Él lo suficiente, como sea, ella es feliz y solo eso importa, con el paso de los años trató de rehacer su vida formando una nueva familia, hace 6 años quedó embarazada, al fin tuvo a la pequeña niña que siempre había querido, Emma. En realidad era una linda niña, le había tomado cariño a pesar de que seamos medios hermanos, me alegra que ver que mamá avanzaba, al menos uno de los dos lo estaba haciendo.
Llegué al salón, fui el primero de nuevo, intenté hacer algo diferente, cambiar mi rutina, regresar a la normalidad, esta vez no me senté en el rincón como últimamente hacía, busqué más bien un punto intermedio, no era el primero, pero tampoco me escondería. Las personas comenzaron a llegar, cada uno en su propio mundo, poco después entró el maestro y la clase comenzó, pensar en las cuestiones filosóficas que rodean al mundo había dejado de ser importante para mí y de momento a otro solo escuchaba palabras sin sentido que provenían de aquel hombre y cada vez la voz se escuchaba más lejos; recargué mi frente sobre mi pupitre y entonces el recuerdo apareció, y sí, de nuevo era sobre él, se encontraba sentado en el sofá de la casa y yo corría para abrazarlo, parecía un gigante, de seguir con vida quizá tendríamos la misma altura.
—Landon —su mano tocó mi hombro y reaccioné de inmediato.
Fantástico, mañana sin duda estaré de nuevo en el rincón, no quería ni pensar en lo vergonzoso que había sido este momento y lo que probablemente habían estado hablando de mí las personas que al salir del salón notaron que me había quedado dormido.
—La clase terminó.
—En serio lo lamento —tallé mis ojos —No sé qué sucedió.
—Escucha no puedo recriminarte nada porque eres el alumno
—Más destacado de la clase —completé —Sí lo sé
Todos me lo recordaban como si eso fuera un consuelo para mí o si por el simple hecho de decirlo cambiara algo, ser inteligente ante los ojos de los docentes no arreglaba en nada mis problemas y mucho menos me hacía sentir mejor, pero ellos siempre creen que reconocer tu valor ayudará en tu estado de ánimo, lamento decepcionarlos, no he estado de buen humor desde hace mucho tiempo.
—El más destacado de probablemente toda la generación, a pesar de lo que has pasado tus notas jamás bajaron, pero tu actitud cambió demasiado, debes hacer un esfuerzo para mejorar, piensa que es lo que hubiera querido tu padre —le di una sonrisa de lado, de lo más falsa.
—¿Prefiere que sea un chico que sufre en silencio, se ahoga en alcohol y reprueba todas sus materias para que al final tenga sentido que me diga que debo hacer un esfuerzo por mejorar? —se calló ante la pregunta.
—Pero si tú ya te ahogas en alcohol con o sin dolor —añadió entre risas el rubio que estaba recargado sobre el marco de la puerta.
—Jodete, Adam —tomé mi mochila —gracias, profesor lo tomaré en consideración —y salí de ahí.
—Hay algo que tienes que ver.
—No de nuevo tu foto en bóxer —me quejé ¿Cuándo iba a entender que esa foto lejos de conquistar a una chica la asustaría?
—Ay vamos, hasta tu babeaste con esa foto, ¿Crees que le guste a Charlotte?
—Solo cállate y ve al punto.
Rodó los ojos y me llevó al salón de exposiciones, había varias mesas y cada una tenía el nombre de algún concursante, eran muchas las personas que estaban ahí y en una pantalla se estaban proyectando algunas fotos.
—Y el momento que todos estaban esperando, el ganador es, redobles por favor —un integrante de la clase de música apoyó con eso — ¡Landon Leith! —anunció alegre una chica de cabello café claro, por su entusiasmo debía tratarse de Hailey Walker.
Las personas comenzaron a aplaudir y dar gritos de emoción, a pesar de ser un amargado y antisocial, había personas que aún sin tratarme del todo me tenían aprecio, jamás entendí por qué.
—Felicidades, Landon, el jurado decidió que habías hecho un excelente trabajo con estas fotografías, dinos ¿Cómo se te ocurrió ese título?
—¿Mi título? —hablé acercándome más hacía ella para tomar el trofeo.
—Sí, “La esencia del arte es el humano” —miré a Adam, solo él conocía eso y yo ni siquiera sabía si ese sería el título oficial.
—Creatividad, supongo —levanté mis hombros.
En la pantalla estaban pasando imágenes del trabajo del ganador, había fotografías de mi padre, de algún bosque, de aquel lago y el gran muelle que había ahí y sorprendentemente se encontraban las fotografías que le había entregado a Adam esta mañana, el ganador debió haber sido seleccionado ayer en la tarde, no sé qué rayos hizo mi amigo para meterme en el concurso y con su historial, algo ilegal no sonaba tan descabellado.
—Esto es para ti —me entregó una cámara bañada en oro sobre una tabla, conociendo lo tacaño que era nuestro director, quizá solo era la apariencia, antes muerto que invertir en dinero para un trofeo digno de alguno de sus estudiantes.
Después de eso recibí abrazos, felicitaciones y porras de varias personas, el resto comenzó a recoger el lugar y yo seguía sorprendido por lo que había pasado, a papá le hubiera gustado que de nuevo obtuviera el primer lugar.
—Dime que no te acostaste con nadie para lograr esto.
—¿Me crees capaz? —habló haciéndose el ofendido.
—Tienes razón nadie querría.
—Ja, ja muy gracioso Landon, para tu información Greta babea cada vez que me ve pasar.
—Greta ¿La que hace la limpieza? Seguro que la traes loca.
—Sigue siendo una chica, pero bueno el punto es que te lo ganaste, yo solo fui a tu casa en la noche, entré y tomé las fotos.
—Espera, espera —no dejé que continuara — ¿Cómo que entraste a mi casa y tomaste las fotos?
—Deberías decirle a Meredith que no deje la llave debajo de la maceta.
—¿Y cómo diablos sabes que mi madre deja ahí la llave?
—Me lo dijo en algún momento cuando fui con ella a quitarme los brackets, da igual el punto es que ganaste, ahora si me disculpas Charlotte estará en la cafetería, es mi oportunidad para conquistarla.
Adam jamás se rendiría con ella, la ha querido conquistar desde que estábamos en octavo grado, ella siempre lo ha ignorado, con dificultad nota su existencia, a pesar de que pone todo su empeño en tratar de llamar su atención, pero nunca lo conseguía, en realidad me parecía patético luchar por amor y aún más el estarle rogando a una chica que en más de una manera ha dejado en claro que no está interesada.
—Al fin se terminó —habló la chica que me había entregado el trofeo, estaba algo molesta —Te dije Jeremy que no quería venir y aquí me tienes sonriendo como estúpida ¡Llevamos 4 horas aquí! Y no sé porqué demonios sigues conmigo, te dije que me dejarás sola, no te necesito cerca de mí.
—Me asignaron contigo lo sabes, además era la persona perfecta para estar contigo, te juro que no tuve nada que ver.
—Que coincidencia, hasta donde sé Jonathan era mi acompañante y de momento a otro lo cambiaron
—Relájate eso debió ser solo una coincidencia, el evento ya se acabó, podemos regresar a clases y después ir a tu casa, hagamos de cuenta que nada malo pasó —le respondió el pelinegro.
—Al diablo las clases y tú, mantente lejos de mí ¿Quieres? —tomó su mochila y se fue de ahí dejando a aquel chico desconcertado y poco después él hizo lo mismo.
Se había molestado tanto que azotó la puerta y al hacerlo había dejado caer una libreta de la mesa, la levanté y noté que era de Hailey, quise alcanzarla para dársela, pero había salido de la escuela, después de unas horas cuando las clases finalmente habían terminado regresé a casa, mi amigo al parecer había obtenido la atención de Charlotte cosa que era nueva para mí y para él así que no me acompañó a casa en esta ocasión, claro que se encargó de darme los detalles.
—Adam, cálmate y trata de hablar más despacio —parecía que había corrido todo un maratón solo para llegar y encontrarme.
—Yo la vi en la cafetería y por primera vez estaba sola, sus amigas no estaban con ella, no había nadie cerca
—Sí bueno, no tener a nadie cerca es la definición de estar solo.
—El punto es que me armé de valor y me acerqué a ella, le dije que era un lindo bolso el que tenía y le mencioné que Gucci era una de las mejores marcas.
—¿Cómo sabes que era un bolso Gucci?
—Mi madre es diseñadora de interiores ya lo sabes.
—¿Y eso qué tiene que ver?
—Compra a menudo cosas de esa marca, además es Gucci, todos lo conocen, da igual, lo importante es que quedó tan sorprendida de que supiera de una marca tan famosa y comenzamos a platicar, le conté un poco de mí y dijo que pasara por ella después de su entrenamiento en natación.
—Ni siquiera preguntó si estabas ocupado ¿Quién se cree?
—Para ella estaré disponible las 24 horas del día si es necesario.
—¿Y no te parece extraño que te haya prestado atención? —me crucé de brazos.
—Extraño es que esté todavía aquí platicando contigo cuando tengo que ir por la chica más linda de todo el colegio —salió corriendo del lugar mucho antes de que si quiera pudiera decir adiós.
No cabía duda de que estaba completamente loco por ella, en ocasiones me parecía curioso que fuéramos mejores amigos, prácticamente lo conozco desde que tenía 4 años, cuando se mudaron él y su mamá se hicieron amigos de mis padres y de ahí nació nuestra amistad, en aquel entonces era muy inocente, nuestras charlas eran sobre los nuevos juguetes de acción que saldrían al mercado, sobre lugares donde podíamos ir a comer con nuestros padres, congeniábamos tan bien que inevitablemente nos volvimos mejores amigos, prometimos estar luchando codo a codo sin importar que tan mala fuera la situación, el tiempo pasó, crecimos y aquellas charlas de juguetes se convirtieron en charlas sobre qué día fumaríamos juntos, cuando tomaríamos una cerveza o como pasaríamos el resto de la tarde, todo fue a raíz de lo de mi padre, también le afectó su muerte, menos que a mí claro está, de alguna manera Adam también lo veía como a un padre, pero era extraño, había días donde no sabíamos nada el uno del otro y es como si no existiéramos, él está en su mundo y yo en el mío aunque de vez en cuando compartimos algún cigarro juntos, una cerveza o… algo que nos haga sentir vivos, es difícil, llenar tu cuerpo con cosas tóxicas tratando de aminorar el dolor permanente que tienes, no todos lo entienden, pero es algo que te mata lentamente.
Para cuando llegué a la casa me topé con la sorpresa de que mi mamá ya había llegado, había salido temprano de la clínica o algo así, sus horarios de trabajo eran cambiantes, Paul cocinó, para ser un hombre que con solo mirarlo muestra autoridad me parecía extraño verlo cocinar. La hora de la comida resultaba especial para Emma ya que en ese tiempo podía contarnos todo lo relacionado con su día, los trabajos que realizó, las tareas que debe entregar, con quien se juntaba en el recreo entre otras cosas, el comedor se volvía como una sesión de alcohólicos anónimos, Paul nos mencionaba los casos de pacientes que tenía en un día normal en el hospital, hablaba de las operaciones que había realizado y como todo eso le parecía emocionante, mamá llegaba y nos contaba los problemas de los pacientes, siendo la mejor Ortodoncista del lugar todos querían ser atendidos por ella, tenía una reputación que mantener, como dije, Emma era quien más disfrutaba de este tipo de charlar y el día de hoy n había sido la excepción pues nos contó como un chico golpeó a otro solo porque no quería compartir la pelota.
—Que agresivos son los niños de hoy —alegó mi madre.
—Créeme, se pone peor en la preparatoria —comenté y Emma me miró preocupada —Pero seguramente no te sucederá nada de eso, no tienes que preocuparte.
—¿Y qué tal tu día, Landon?
—Paul, no tienes que jugar al padrastro interesado.
—¡Landon! —me regañó mi madre.
—Lo siento, solo que no hay nada interesante, no tengo nada que decir en realidad.
—Nunca —miré confundido a Emma —últimamente no nos cuentas nada ¿Tan aburrida es la escuela?
Contarle mis problemas a una niña que probablemente no los entendería no era una opción.
—Sí, demasiado aburrida, a veces quisiera estar de nuevo en la primaria como tú.
—Puedes venir a mi escuela cuando quieras.
—Gracias, banshee —ella me sonrió —lo tomaré en cuenta, quién sabe, tal vez un día me veas allá y esté charlando con algunos niños.
—Me gustaría —se acercó a susurrarme —pero no te acerques a Jamie, él es muy agresivo.
—No te preocupes, tengo experiencias con esa clase de chicos.
Después de cenar me quedé en la sala observando la libreta de esa chica, era realmente impresionante, sus dibujos eran increíbles, realistas, profundos, captó la esencia de las cosas justo como yo lo hubiera hecho con mi cámara, no cabía duda que ella tenía talento aunque era extraño que no lo explotara en la escuela, hasta donde tenía entendido nadie sabía que Hailey Walker fuera una excelente pintora o que sus dibujos eran tan buenos que te dejaban sin habla, siendo una de las chicas más sociables de la escuela parecía extraño que no comentara esto con nadie, recibí la llamada de Adam, no había notado que tenía cerca de 30 mensajes suyos sin leer.
—¿Dónde te has metido? Pensé que tendría que ponerte en alerta amber por lo desaparecido que andas ¿Viste mis mensajes?
—Creo que si querías ponerme en alerta amber es claro que no los vi.
—Tendré una segunda cita con Charlotte.
—No sé si recogerla de su entrenamiento cuente como una cita.
—Pues para ella sí, porque después de ahí nos fuimos a su casa, dijo que no importaba que estuviera ahí porque sus padres no se encontraban.
—Y ustedes dos…
—Landon, no te daré detalles por teléfono, pero ¡Charlotte se fijó en mí!
—Veo que al menos ya no eres tan invisible.
—Alégrate al menos por mí, idiota, sabes que llevo años esperando una oportunidad como está y desde entonces he trato de llamar su atención, finalmente sucedió, se dio cuenta de mi existencia.
—¿Te das cuenta de lo desesperado que suenas?
—¡Landon!
—Ya, de acuerdo, sabes qué estoy feliz por ti, oportunidades así solo presentan una vez en la vida y Charlotte al fin se dio cuenta de la increíble persona que eres.
—No olvides mencionar que soy un buen partido.
—Tengo mis dudas al respecto, pero creo que podrías serlo, ella necesita a un chico que en verdad la quiera y quién mejor que tú para cumplir con ese papel.
Claramente tenía mis dudas respecto a lo que pudiera estar ocurriendo para que esa chica se fijara en Adam, uno no siente atracción así porque sí de un día para otro, sin embargo, no mentía, realmente me alegraba por mi amigo, esto era un gran logro para él, debía disfrutarlo cuanto durara.
—¿Qué hay de ti, Landon? ¿Algo interesante?
—Me encontré con la libre de Hailey Walker, dudo que lo sepas, pero dibuja y es realmente talentosa.
—No tenía ni idea, pero tu deberías saberlo mejor que nadie.
—¿A qué te refieres?
—Está contigo en la clase de artes divididas.
—Ya lo sé, solo que nunca le había prestado atención y como siempre termina antes que yo no me da tiempo de ver sus pinturas.
—Hailey Walker, todo un misterio ¿Eh? Te tengo que dejar, mamá acaba de llegar. —colgó.
Al cabo de unos minutos mi madre bajó a la sala.
—¿Qué lees? —preguntó sentándose frente a mí.
—Una chica de la escuela dejó su libreta y no alcancé a dársela, es realmente buena —sonreí —casi tanto como yo, sus dibujos transmiten tanto y aunque hay solo colores en algunas hojas, o líneas, todo es tan… —no pude encontrar una palabra para describirlo.
—¿Lindo?
—Asombroso se queda corto en realidad.
—Para que llame tu atención lo que hace otra persona debe ser entonces buena y hablando de eso, un pajarito me dijo que ganaste el concurso de fotografía.
—Adam debería cerrar el pico, hablando de eso —imité su voz —tienes que cambiar el escondite de la llave, ese chico está demente ¿Sabías que entró a la casa solo para obtener esas tontas fotos?
—Así que Adam fue el de la gran idea de meterte al concurso —añadió sorprendida.
—¿Si escuchaste lo que te acabo de decir? ¡Se metió a la casa!
—Cariño, es Adam de quién estamos hablando, entró por una buena razón y además no se llevó nada, todo está en perfecto orden.
—Como sea, insisto en que cambies el escondite de la llave —continué mirando la libreta de Hailey y cuando mamá volvió a hablar no pude evitar sentir un hueco en el pecho.
—Tu padre estaría orgulloso de ti, un trofeo más —cambió el tema de nuevo —Eres bueno en lo que haces deberías buscar formas de llegar más lejos, estoy segura de que cientos de universidades matarían por tenerte con ellos.
Aquí vamos de nuevo, como toda madre temé que su hijo esté tan deprimido que ni siquiera piense en su futuro, la verdad es que en el fondo tenía planes, metas, aspiraciones que quería cumplir, ella no lo sabía, pero había revisado mis opciones para entrar a la universidad, había una en particular que llamaba mi atención, pero era pronto para hablar de eso y en ocasiones sentía que hacía tantas cosas mal que mi padre estaría decepcionado de mí y por lo tanto la universidad era algo que no merecía.
—Mamá —suspiré esperando que entendiera y dejará ese tema por la paz, no fue así.
—Ya tienes 17, es necesario avanzar.
—Lograste rehacer tu vida, bien por ti, en serio me alegro mucho, pero yo no he llegado a esa parte lo lamento.
—Pude salir adelante porque tenía a Paul a mi lado, algún día tal vez entiendas que la persona correcta hará que quieras dar siempre lo mejor.
—¿En serio me hablaras de amor? No es necesario.
—Es inevitable.
—Claro.
—Dime que tratarás de hacer un esfuerzo por superar todo esto, avanzar no significa olvidar —mi silencio la preocupó —Veo que al menos esa libreta fue lo único bueno de tu día ¿Quién es la chica?
—Se llama Hailey.
—¿Walker?
—¿Cómo lo sabes?
—Su nombre está en la pasta —añadió rápidamente —Landon, no te desveles y en serio piensa en lo que hablamos.
Y así fue, mientras seguía observando los dibujos de Hailey, lo pensé una y otra vez, era tiempo de seguir adelante, pero no podía hacerlo, yo fui el causante de su muerte, yo insistí en que saliéramos esa tarde, yo pedí el maldito globo y como estúpido salí corriendo tras de él, olvidarlo sería egoísta de mi parte y siendo sinceros no quería, mamá se encargó de volver a empezar, nueva vida, costumbres, personas, familia, mientras que yo me ahogaba en dolor, el único recordatorio que tenía de que él estuvo conmigo, que me amó y que por mí ya no está.