Capítulo 4

1989 Words
Ryan Tengo 22 años, acabo de aprobar el examen de delegado civil, quiero dedicarme a este puesto para acabar con la corrupción y con estos narcotraficantes. Sé que soy un poco joven para aceptar un trabajo que requiere mucho tiempo de estudio, pero sólo yo sé lo mucho que he batallado para esto. En mi primera semana como delegado, iba a tener lugar una operación, íbamos a invadir los barrios bajos para detener a un traficante de drogas conocido como Tatu, él era responsable por el tráfico de drogas y armas en la ciudad X. Estaba muy emocionado, después de todo iba a poner en práctica todo lo que había aprendido, invadimos la favela a las 3 de la tarde, fue la peor escena que he presenciado, policías sin preparación, muchos hombres del equipo murieron y muchas personas inocentes, la operación fue considerada un éxito porque logramos ejecutar al traficante Tatu. Para mí esta operación fue un fracaso, no estábamos preparados y los inocentes no tenían la culpa de lo que estaba ocurriendo. Así que decidí que me prepararía a mí mismo y a todo mi equipo, que seríamos el mejor equipo, y que cada operación que realizáramos tenía que ser un éxito y sin víctimas inocentes. ... Seis meses después el hijo de Tatu conocido como Frajola volvió a tomar la colina, es peor que su padre, es cruel, cualquier policía que se acercaba a la colina era ejecutado, el índice de policías muertos iba en aumento, investigo sus pasos desde lejos, entrené a mis hombres, esta vez no admitiría el fracaso, y no perdería a ningún hombre ni a ningún inocente. Salimos de la comisaría a las 3 de la mañana de un lunes, entramos con todo al cerro, tuvimos varios heridos pero ninguno ejecutado, no se golpeó a ningún inocente, nuestro objetivo fue incautado, esta operación fue considerada un éxito. Actualidad: Acabo de salir de un turno de 24 horas, hemos detenido a una banda de ladrones de autos, estoy muy cansado y hambriento, decido ir al restaurante cercano a mi casa a comer, cuando entro en el establecimiento una mujer se choca contra mi pecho, el encargado grita que es una ladrona, la agarro con fuerza de los brazos, tiene los ojos muy abiertos, le pongo las esposas en los brazos, escucho la declaración del encargado y del gerente del restaurante, le digo que voy a llevar a la ladrona a la comisaría. La siento en el asiento del coche y le paso el cinturón de seguridad, veo que está asustada, no parece ser una ladrona experimentada. No tiene cara que haya hecho esto antes. Decido llevarla a mi casa, es una morena muy atractiva, quizás me dé algo a cambio de su libertad. He estado trabajando tanto últimamente que necesito urgentemente una distracción. Aparco el auto en mi garaje, la saco del auto, la agarro del brazo y la siento en mi sofá, le pregunto el motivo del robo, me cuenta una historia la interrogo varias veces y su versión no cambia, sus ojos están llenos de lágrimas. Cuando hablo para convencerme de dejarla ir, su respuesta no fue la que esperaba escuchar. Esperaba que se ofreciera a mí, y si lo hacía por supuesto que aceptaría, no es frecuente que me toque una morena así. Pero su respuesta fue no, cómo que no quiere sexo conmigo, le pregunto si está segura y una vez más lo niega, en el momento en que me di cuenta de que no iba a pasar vi que en realidad sólo quería alimentar a su familia. Decido ofrecerle un puesto de trabajo, ella acepta dispuesta en el momento exacto, aumento un beneficio más debido a que tiene un hijo. Me ofrezco a llevarla a casa, quiero saber en qué me estoy metiendo, pero ella rechaza que la lleve. ... A la mañana siguiente a las 8:30 bajo a desayunar, María y Larissa me sirven, el uniforme que le compré a Larissa era un poco corto, mostrando sus hermosas piernas, parecen ser tan suaves, mis manos realmente querían poder tocarlas, salgo de mis pensamientos pervertidos. Termino mi café y voy a la comisaría. ..... Llego a la comisaría, y hay varias órdenes de arresto que procesar. Isabel: Buenos días, Ryan. Ryan: Buenos días, Isabel. Isabel: Hoy vamos a ir al bar X, sería genial que vinieras. Ryan: Quién sabe en una próxima. Isabel: Voy a cobrarme. Isabel es una gran policía, y deja a cualquiera con la mandíbula desencajada, pero no es mi tipo, hay veces que creo que me está dando la pelota, pero no estoy de humor para liarme con una compañera de trabajo, ni siquiera por diversión. … El otro día, a las 8:30 de la mañana bajo a tomar mi café, Larissa me sirve, tomo un sorbo de café, es horrible, le pido que me sirva otro café, sigo golpeando mis dedos en la mesa mientras espero, después de un tiempo viene con un café peor, le hago hacer el café de nuevo, está con cara de enfado, le tomo el pelo pidiéndole una sonrisa, pero lo único que veo son humos saliendo de su nariz, mis ganas son de reír. Después de un café horrible tengo mis dudas de si realmente sabe cocinar, así que decido no almorzar en casa, le pido que se vaya, escucho unos ruidos en la cocina, me asomo ella está llorando, no fui tan cruel, solo la animé a que hiciera un mejor café, soy un tipo exigente. Me dirijo a la comisaría, vamos a hacer una detención de un estafador, llego a mi despacho y me doy cuenta de que no he traído mi placa, vuelvo a la casa, como es una partida rápida aparco el coche en la puerta y entro a por la placa, cuando entro en mi habitación veo a Larissa intentando abrir mi caja de secretos, me enfado le pido que salga de mi habitación. Abro la caja y compruebo que no ha tocado nada. Ryan: Esta chica necesita una lección. Bajo al lavadero y la amenazo con que si la vuelvo a atrapar trasteando con mi caja será despedida, vuelvo a mi habitación y agarro una camisa y se la llevo para que la lave. Al entrar en el lavadero la oigo llorar. No puedo creer que esta chica no aguante un sermón, pasa a mi lado ignorando lo que le digo y se dirige al tendedero para descolgar la ropa, estira su cuerpo para alcanzarla, veo un poco su trasero, mis pensamientos ya empiezan a ser peligrosos, me quedo admirando el paisaje durante unos minutos, hasta que suena mi celular. Ryan: Aló. Lucas: Ryan ¿dónde estás, hombre? Ryan: Ya voy. Lucas: Ok. Echo un vistazo más a Larissa y vuelvo a la comisaría. ... Llego a casa alrededor de las 7 de la tarde, la camisa que le pedí a Larissa que lavara está sobre mi cama, me doy una ducha rápida, abro mi cajón de ropa interior que por primera vez en mi vida está organizada por colores, el cajón de los calcetines también está organizado, mis pantalones están todos en perchas, mis camisas de uniforme están dobladas y dentro del cajón, mis perfumes están organizados. Ryan: Ok Larissa, un punto para ti, me has sorprendido esta vez, solo te falta mejorar el café. Ninguna criada había ordenado mi armario de tal manera, separar las bragas por colores es una novedad. Me pongo la ropa, me acaricio el pelo y me pongo mi reloj favorito. Salgo de casa a las 8, tengo que recoger a Susan y le envío un mensaje avisándole de que voy. A las 8:15 estoy en la puerta del piso de Susan, contesto unos mensajes en mi teléfono, juego a un juego, envío mensajes a Susan, llamo y nada, sólo aparece 30 minutos después. Ryan: Mierda, Susu. Susan: Llegué tarde. Ryan: Ya veo, Dylan se enfadará. Susan: ¿Y desde cuándo te importa? Ryan: Odio llegar tarde. Llegamos a la casa de Dylan. Dylan: Viví para ver a Ryan Collins tarde. Ryan: La culpa es de Susu, llegué a su casa a las 8:15. Dylan: Ven, vamos a entrar. Emma viene a recibirnos. Es mi cuñada, novia Dylan y está esperando a mi primer sobrino. Emma: Ryan, Susan vengan y únanse a nosotros. Ryan: Estás muy guapa con tu barriga, ¿cómo está el grandulón del tío? Emma: Está muy agitado. Ryan: Está emocionado por escuchar la voz de su tío. Oliver: Parece ser eso. Dylan: Chicos, chicos paren, está muy emocionado por su papá. Ryan: No lo dudo, lo sigues pinchando. Dylan: Sí, lo sé. Emma: Basta de ese tema, vamos a cenar. Nos sentamos a la mesa para cenar. Dylan: Lamentablemente Adam no pudo estar aquí hoy, pero quiero decirte que Emma y yo estamos comprometidos. Susan: Ay, qué bonitos. Susan se levanta y los abraza, yo los felicito. Dylan: También hemos decidido que viviremos en la hacienda. Ryan: Ya no estoy de acuerdo. Susan_ Yo tampoco, criar un hijo en la hacienda es duro. Dylan: Todos nos hemos criado en la hacienda y estamos bien. Oliver: ¿Pero y si se pone en trabajo de parto? Para cuando lleguen, ya habrá tenido el bebé dentro del auto. Emma: No seas tan dramático, cuando se acerque la fecha del parto, nos quedaremos por aquí. Susan: Pero entonces volverás a la hacienda y nos dejarás lejos de él. Dylan: Cuando sea mayor podemos dejarle dormir en casa de ustedes. Oliver: (risas) No nos vas a dejar. Dylan: Por supuesto que sí. Sólo no lo dejaré con Ryan. Ryan: ¿Y por qué no? Susan: No eres un buen ejemplo. Ryan: Por supuesto que sí. Oliver: No, no es así. Ryan: Por supuesto que sí. Susan: No, no lo eres. Esto es absurdo, estamos discutiendo, todos me acusan de no ser un buen ejemplo y yo intento defenderme, terminamos de cenar, nos sentamos en el salón. Ryan: ¿Y la boda cuándo será? Emma: Dentro de dos años. Ryan: ¿Tanto? Dylan: Suficiente tiempo para que ustedes encuentren novias y novios. Ryan: ¿Para qué? Dylan: Para que sean nuestros padrinos. Ryan: En dos años no pretendo tener citas, porque no pretendo salir nunca, la vida de soltero es demasiado buena. Susan: La vida de soltero es buena sí, pero tener a alguien debe ser muy bueno también. Oliver: Mira a Dylan y Emma, es hermoso ver su amor. Ryan: Es hermoso sí, pero fue bastante difícil para ellos permanecer juntos. Susan: Lo fue, pero al final mereció la pena, ahora son muy felices y nos van a dar un sobrino, siempre quise ser tía. Emma: Ryan lo dice ahora, porque aún no ha aparecido nadie que le conmueva el corazón. Ryan: Espero que no aparezca. Oliver: Yo quería salir con alguien, pero las mujeres que consigo nunca quieren nada serio. Ryan: Las que consigo ya no se van de mi lado. Oliver: Hummm, ¿la polla de miel, no? Ryan: Tal vez. Dylan: Oh, por el amor de Dios, Ryan. Ryan: ¿Qué ocurre? Emma: Te pasas con Ryan. Ryan: Eso, Emma me defiende. Oliver: Parece que necesitas que te defiendan. Ryan: Por supuesto que sí. Dylan: Emma, no le des cuerda. Emma: ¿Por qué cada vez que se reúnen es esta pelea perruna? Dylan: ¿Perruna? Emma: Sí, cada vez que se ponen a hablar cosas respecto a Ryan. Susan: Pobre Ryan. Oliver: Pobre de él. Emma: Tampoco es así. Creo que son demasiado duros con él. Dylan: No lo somos. Ryan: Sí, lo son. Emma: Chicos, paren. Susan: Vamos Ryan, basta de peleas. Ryan: ¿Pelea? ¿Crees que soy un niño? Dylan: Sí lo eres. Ryan: Me toman el pelo. Oliver: Cara de anciano y cabeza de niño. Ryan: Mi cabeza no es de niño, ven aquí para que te enseñe. Oliver: Que te jodan Ryan, payaso. Me parto de risa.
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