No tuve muchas dificultades para entrar a la fiesta, nada más verme el portero se acerco a mi y me dejo entrar. Y ahí, encontrar a Amanda con gran facilidad, era la única persona que no estaba ni bailando ni bebiendo, lo de acercarme a ella fue más complicado pero lo logre.
—¿Quien era el chico?—le pregunte cuando el chico se fue.
—Pues no lo se—me dijo y la mire—Luego os lo cuento—dijo tranquila—¿Que pasa?—me pregunto.
En ese momento, Liana apareció a nuestro lado y nos miro.
—¿Que pasa?—pregunto Liana y las dos le miramos.
—Demasiadas cosas—dije y las dos me miraron.
—Vamos a un sitio más privado—dijo Liana.
Sin decir nada más, subió por unas escaleras para llevarnos a una zona sin luces y con sofás, sería una zona vip pero aún esa no estaba preparada.
—¿Como sabías de esta zona?—le pregunte sorprendida.
—Tom me hablo de ella—se limito a decir y la mire.
—¿Este lugar es de Tom Hunt?—pregunte y Liana asintió.
—Yo pensaba que era gerente—se quejo Amanda y las dos le miramos—¿Como se lo puede permitir?—.<
La cara de Liana era un poema, algo ocultaba, eso estaba claro pero no sabía si estaba preparada para contarlo o quizás simplemente no quería, aunque no tuviéramos secretos no era una obligación no tenerlos.
—No importa—dije al notar la cara de Liana, que se alivio bastante.
—Vamos a lo que importa—dijo Amanda.
Una cosa buena de nuestra amistad, era que no nos presionábamos, fluíamos y viajábamos juntas sin presionarme y sin complicar las cosas.
—¿Que te ha pasado?—me pregunto Liana.
Cansada y sin saber que hacer o como empezar a contra lo que me estaba pasando, no sabía como afrontar esto cuando ni lo había asumido.
—¿Que te ha hecho?—pregunto Liana enfadando se por mi cara.
—No es eso—dije y las dos me miraron.
Amanda se sentó a mi lado y agarro mis manos.
—Pase lo que pase, te vamos a amar—comento tranquila y me sonrío.
—Me voy a casar—dije, fue lo único que me salio.
Amanda, salto y se puso a aplaudir demasiado feliz.
—Que emoción—dijo Amanda y la mire—Me pido ser dama de honor y vestir de rosa—comento feliz y la mire sorprendida.
—Amanda—le grito Liana y las dos le miramos.
—¿Que?—le pregunto Amanda como si nada.
—¿Te das cuenta que para casarse debería haber tenido primero novio?—le pregunto Liana.
Amanda miro a Liana, analizando la pregunta y luego me miro a mi.
—¿Es un matrimonio arreglado?—pregunto Amanda y las dos le miramos, no por el descubrimiento del asunto sino porque ella sabía mucho de ese tema, y de cualquiera que fuera sobre negocios.
—¿Que sabes de ellos?—le pregunte y Amanda se sentó a mi lado.
—¿No son algo del siglo pasado?—pregunto Liana.
Amanda negó, su sonrisa se había ido y me miro preocupada.
—No son del siglo pasado—comento Amanda y las dos le miramos—Se suelen hacer para unir dos negocios—comento y las dos la miramos—Es bastante complicado, se juntan a dos personas para unir dos empresas, era la forma más sencilla, ya que firmando un contrato este podía romperse pero un matrimonio implica una unión importante—.
Mire a Liana, ella era la que tenía grandes planes y la que podía hacer lo que fuera, era la de los contactos pero su cara era de preocupación como si nada se pudiera hacer.
—No me quiero casar—me queje y las dos me miraron.
Desde niña había soñado con casarme, no me mal entendáis la idea de vestir de blanco y tener una gran fiesta no me disgusta, me gusta mucho pero de esta forma no era la correcta, me gustaría enamorar de alguien como en los libros o las películas, no se pasar las fases de una relación, no llegar directamente a ello.
—Seguro hay alguna salida—comento Liana y la mire.
—¿Cual?—le pregunte molesta y ella me miro—Yo no veo solución ni salida—me queje y las dos me miraron—Mi tío me ha llevado a un restaurante pijo para ahí hacerme una encerrona y decirme que estoy prometida sin ni siquiera conocerle o ni siquiera se si me gusta—me queje.
—Calma—me grito Liana y la mire.
—Vamos a ir poco a poco—dijo Amanda y las dos la miramos—¿Que?—nos pregunto molesta.
—Me sorprende que te pongas así—comento Liana y Amanda la miro mal.
—Vamos a buscar alguna solución—dijo Amanda ignorando a Liana.
De un momento a otro, la música paro, las tres nos miramos sorprendidas, nos acercamos a la barandilla de la zona para ver que al escenario donde se había subido un chico.
—¿Que hace?—pregunto Liana y las dos le miramos.
El chico, toco el panel de control de la música y lo empezó a mover haciendo que este creara música con mucho ritmo.
—¿Un dj?—pregunto Amanda.
Mi querida amiga, odiaba las fiestas, aunque estuviera en una, y a la música moderna que en estás se ponía, ella era de oír música clásica y un libro.
—Es lo normal en una discoteca como esta—comento Liana, Amanda miro a Liana.
Miramos al chico que parecía ser parte de la música, movía a todo el mundo a su alrededor a su antojo, parecía un artista.</
—Es bueno—comente.
No dijimos nada más y miramos al chico hacer magia. Sabía que las dos me querían ayudar, pero algo estaba pasando en sus vidas, algo que las estaba alterando.
—¿Ves a tu chico?—le pregunté a Amanda y ella negó.
—¿Que chico?—preguntó Liana sorprendida.
—Uno que he conocido—comentó Amanda.
—¿Como se llama?—preguntó Liana y mire a Amanda.
—No se—comento tranquila.
—Amanda enamorada de un extraño, Bianca prometida y yo en un curso con el enemigo de mi familia—dijo Liana y las dos le miramos.
—¿Que?—pregunté sorprendida.
—Ya os contaré —se limitó a decir.