Pasaron varios días y extrañaba a Anna. Había estado poniendo excusas cada vez que quería verla, y sabía que probablemente era por Elisa. Extrañaba estar con Anna, su aroma, su risa, todo. Quería ir a su cabaña y verla, pero sabía que debía darle más tiempo para superar lo que había pasado.
Llevaba más de una hora dando vueltas en la cama sin poder dormir, necesitaba algo que me distrajera de tanto pensar. Decidí ir a la piscina, donde sabía que tenía más probabilidades de encontrarme con Anna. Sabía que ya había terminado su turno y probablemente estaría dormida, pero igual me arriesgué.
Aparqué en el estacionamiento y empecé a caminar. Había algunas personas paseando y otras sentadas con familiares y amigos, conversando bajo la noche. A lo lejos, vi a Anna lanzarse al agua. ¿Cuáles era
