Pov Eliza.
Entre al gran estacionamiento colocando mi auto en cualquier estacionamiento cerca de la entrada, para entrar rápido, era cierto eso de que era exigente en el trabajo, toda la mañana me la pase caminando por los amplios la pasillos de la empresa conociendo el lugar donde iba a trabajar por micho tiempo, tanteando el terreno en el que iba a estar horas, días y noches de mi vida, llegue temprano mucho más antes que mi hora de entrada, quería acabar rápido mi trabajo y poder explorar un poco más
Me habían comentado que la señorita que trabajaba aquí anteriormente dejó asuntos pendientes que el jefe no podía atender por que eran más importantes otras cosas, pero estos para mi no eran menos importantes que esos así que lo dejaron pendiente hasta que la nueva asistente viniera y lo hiciera ella misma, me tarde toda la mañana para hacer todos esos pendientes que la anterior no quiso hacer ella misma o que el jefe no se digno a revisar, solo era entregar contactos por mail o rechaza una que otras reuniones.
Eran las dos de la tarde y apenas me avia leído toda una carpeta de una cajas llenas repletas de lo mismo según esto era por que tenía que saber todo de la empresa o más específicamente lo que el jefe asia por la empresa para poder se eficiente para el jefe pero antes de poder siquiera tocar uno me obligaron a firmar un contrato de confidencialidad y no decir nada de lo que vería a partir de ahí como siempre en cada empresa de prestigio, no sentí que fuera era necesario eso ya que no me gustaba convivir ni conversar con personas desconocidas pero eso ellos no lo sabian era normal por que esta no era la empresa de mi padre, me habían dado mi propia oficina y eso hasta ahora era lo mejor ya que me gustaba tener mi espacio para consentrame mejor y estar sola sin que nadie jodiera mi tranquilidad.
La dichosa tranquilidad se esfumó en el momento en cuanto mi jefe el gran señor Thompson o eso decían mis nuevos compañeros, entró a la oficina sin tocar, era normal que hiciera eso ya que era su empresa pero por educación tenías que tocar como toda la gente decente a menos que el señor no tuviera nada de decencia, caminaba con ese porte tan.. masculino directo a los sofás que se encontraban en el medio de la oficina de tonos blancos, recargo sus codos en sus rodillas y con la mano en la barbilla, se quedó minutos mirandomehasta que me empecé a poner ansiosa de su mirada tan intensa.
-¿Cómo te sientes con tu trabajo y tu oficinanuevoa? Eliza - como avia dicho antes no me gustaba hablar mucho pero con él era necesario ya que era mi jefe pero lo un que no me gustaba era que me hablara como si me conociera de tiempo pero supongo que eso hacía con todo su personal de trabajo.
-bien señor... gracias por preguntar-
Comente en voz baja esperando encontrar las palabras adecuadas para hablar con el
-hasta ahora no e tenido ningún problema con el trabajo.
Dije mirando las carpetas que estaban frente ami, tratando de hacer contacto visual lo menos posible con aquel hombre.
- claro seguro el estacionamiento también - me le quedé mirando con el entrecejo fruncido por unos segundos analizando su preguntas y creo que se desespero y habló otra vez - por que el lugar en el que puso su auto es el mío
abrí mucho los ojos pero justo cuando iba a hablar el me detuvo poniendo su mano al frente y prosiguió.
>> descuida lo pasare por alto solo por hoy pero si vuelve a pasar mañana le hablaré a la grúa para que se lleve tu auto, ahora vamos a comer a un restaurante cercano.
No me dio tiempo a siquiera decir que si, era una orden no una invitación y eso estaba más que claro, por un monto me molestó su actitud que había cambiado drásticamente cuando entramos a su coche donde el muy caballeroso me había abierto la puerta pero después de eso se quedó callado hablando con no se quien por mensaje después de eso ya no me miro más, habíamos llegado a un restaurante demaciado lujoso como los que frecuentaba mi hermana, bajamos del coche justo cuando una hermosa mujer rubia bajaba de un auto rojo con una sonrisa en la cara caminando hacia acá y después abrazó al jefe, pero él no le recibió el cariño de la misma manera simplemente alejó a la chica lentamente si si quiera darle una mirada, me miró intensamente y en ese momento me di cuenta que yo no encajaba en este almuerzo o por lo menos eso era lo que daban a entender.
- los planes cambiaron señorita - pretendía dejarme sola, tal vez pensando que no podía pagar un restaurante tan famoso así que lo seguí con paso lentos muy pero muy separada y lejos de él, me enojaba que hicieran este tipo de escenas se quedó parado al frente y me miró como si yo fuera un extraterrestre.
- al parecer solo yo comeré con la señorita - me dijo mirándome seriamente - no entendiste la indirecta - yo me quedé perpleja de su actitud así que solo asentí y seguí mi camino pasando de él.
este restaurante lo conocía a la perfección, tantas cenas aquí con mi familia hacía que recordara aquello momento tan lindos pero que se fueron al excusado gracias a las abladurias, y cuando llegue al mesero lo mire y le sonreí como siempre hacía con la gente amable.
- una mesa para mi por favor - dije dedicándole una sonrisa amable, sentía una mirada muy pesada atrás mío pero no me importo.
- esta vez sola señorita - dijo el hombre de mayor edad con una desconcierto, susurrando para mi pero yo no fui ahí me llevaron y por ende tuve que comer aquí.
- solo esta vez Matías - dije con cierta tristesa.
- seguro señorita - dijo mirándome con entendimiento - le daré otra mesa si no le importa señorita
parecía entender la situación y agradeció que fuera discreto.
- claro que si
Dije sonriendo y lo seguí a una mesa en la terraza lejos de las personas adentro y con una linda vista a la ciudad, me admirando la ciudad pensando en todos aquellos recuerdos y en lugar donde siempre cenaba con mi familia que me ponía sentimental pedí lo mismo de siempre"le gratin dauphinois" siempre era el mismo platillo y nunca me cansaba de él y aunque ahora ya no era tan grandioso comerlo ahora solo era un platillo.
La primera vez que vine a este restauran mi papá me trajo para que conviviéramos juntos eso fue cuando tenía unos diez años simplemente porque prefería ir con mi padre a su oficina y no con mi hermana y madre de compras hasta que él decidió que lo visitaramos en familia y no nosotros dos solos como era siempre, estar aqui era como regresar al pasado donde era medianamente feliz, por que en el fondo sabía que yo no era feliz, nunca lo avia sido con los míos.
Cuando al fin me trajeron mi platillo, lo empecé a comer como si no hubiera comido en días claro decentemente, esto era lo más delicioso que abia probado en mi vida, siempre que lo comía pensaba eso y en mi familia eran de las pocas ocasiones en las que eramos felices, me quede pensando en el jefe de por que su cambio de actitud y me hiciera venir pensaba que lo esperaría afuera que iluso, lo bueno es que conocía estos rumbos como la palma de mi mano o bueno solo los restaurantes.
Conocía a la chica, era del grupo de amigas de mi hermana el el club ella no me conocía por que lo bueno de ser la pequeña de la familia, es que no me habían presentado a la sociedad, así que prácticamente no sabía que yo era un m*****o de una de las familias más ricas, y por eso esa chica no me conocía de nada eso era lo mejor me abia pasado de la hora ya que mi jefe me avia llamado para decirme o mejor dicho gritarme que saliera del restaurante lo más rápido posible para que no me perdiera en aquel lugar iluso.
- Sal de ahí de inmediato Eliza no estoy para perder tiempo.- y con eso colgó la llamada pedí para llevar y después salí del restaurante para encontrarme con mi jefe con cara de mala leche y cuando quedó su vista dirigida hacia Ami me miró intensamente hasta que llegue hasta el
- Entraste a tomar agua a ese restaurante tan fino Eliza?. - dijo burlón el maldito no quería hablarle mal así que solo asentí y respondí
- señor entre a comer como todos los que van a ahí - dije de mala gana nunca me comportaba así con nadie pero me estaba haciendo enojar y ni enojada contestaba pero parecía que el empezaba a sacar lo peor de mi, después miró mi mano donde estaba mi cena llegando a casa y la arrebató de mis manos, no me gustaba desperdiciar por eso siempre le decía a Matías que lo pusiera para llevar.
- y pediste la sobras de algún cliente ...claro lo más barato en ese restaurante tan fino - me dijo riendo y mirando al interior de mi bolsita de cartón con mi cena.
- No tiene que ser tan grosero conmigo no hay necesidad- le dije quitándole de las manos mi bolsa - así que evítese las confianzas conmigo, esta es una relación formal de trabajo - dije en casi un susurro.
Me avía dado cuenta que el era un hipócrita mostrando una cara en su trabajo y otra fuera del trabajo, me miró con esa seriedad que me provocaba escalofríos y se dirigió a su auto esperando a que yo entrara, después arrancar con dirección a la empresa se sentía la tensión, solo quería bajarme de el auto y ir a mi oficina a seguir con mi trabajo para poder por fin llegar a mi casa con mi fiel compañero.
No iba ser tan fácil el trabajo de eso me daba cuenta pero tenía que resistir un tiempo, no me molestaba el trabajo pero por lo menos dos meses tenía que estar aquí si no me verían con una desordenada y mi expediente no se vería bien con ese error, cuando llegamos a la empresa me baje apenas estaciono el coche, fui directo al elevador de trabajadores para no ver su cara más, que hasta parecía que corría de el pero era así yo estaba corriendo de el por que no soportaba su mala vibra en mi presencia, cuando llegue a mi oficina él iba bajando de el ascensor y literal salí corriendo como cobarde por fin estaba en mi lugar, cuando me llego un correo con un montón de trabajo más de que ya tenía en el escritorio, no perdí tiempo y empecé a trabajar, parecía que me tendría que llevar trabajo a la casa, deje de pensar en mi pesares y puse manos a la obra con todo esto que necesitaba más mi atención.
>