6. Primer dia en la empresa

1326 Words
POV Álvaro  Me levanté muy temprano por la mañana, hoy sería el primer día de trabajo en la empresa familiar. Para empezar, tendría una reunión con mi padre donde me explicaría cuales serían las funciones que desempeñaría, claro esperaba que fueran directivas ya que un día la empresa pasaría a ser mía.  Mientras abrochaba los botones de mi camisa, no pude evitar sonreír frente al espejo al recordar la reacción que tuvo Emily cuando le insinué si repetiría conmigo aquella noche en que estuvimos juntos. Emily era mi hermanastra, no tenía intención de tener algún tipo de relación sentimental con ella, aunque no estuviera bien visto ante la sociedad, quien decía que tal vez en algún momento podríamos volver a tener sexo, algo casual que nadie se enterará, que fuera nuestro secreto, me mordí el labio al dibujar su figura esbelta en mi mente, de lo que se estaba perdiendo Esteban Cazares.  (….)  Recordaba el edificio de la empresa exactamente igual al de hace diez años,  Lo primero que hice al llegar fue ir a buscar a mi padre a su oficina.  - ¿Se puede? - pregunté abriendo un poco la puerta.  - Claro, pasa hijo - respondió.  Entre con las manos en mis bolsillos observando lo que había a mi alrededor, algún día esta oficina sería mía y yo ocuparía el asiento en el que mi padre estaba sentado ahora.  - ¡Bonita oficina! - exclamé irónico mientras tomaba asiento frente al escritorio de mi padre.  - Ten, léelo - ordenó mi padre al momento en que me pasaba una carpeta amarilla con hojas, no tenía idea de lo que se trataba, sin preguntar que era, abrí la carpeta y comencé a leer... era un contrato con una propuesta de compra por diez años donde la persona en cuestión se comprometía a ser cliente exclusivo de nuestra empresa. Entrecerré los ojos para alzar la vista a mi padre.  - ¿Esto es lo que quieres que firme Ernesto Cazares? - pregunté con la ceja arqueada, se necesitaría ser muy ingenuo para que un empresario de la talla de Cazares se animara a firmar un contrato así.  Mi padre asintió con una sonrisa macabra.  - ¿Qué te parece?   - La verdad no creo que firme algo así, al analizar todas las cláusulas los únicos que salimos ganando somos nosotros, ¿crees que no se dará cuenta?  Mi padre río.  - Claro que se va a dar cuenta, pero Ernesto es un hombre muy familiar, ama a su hijo y haría cualquier cosa para tenerlo contento, y lo que su hijo quiere es a nuestra Emily – al momento de decir eso mi mandíbula se contrajo – este año planeo comprometerla con Esteban, es el negocio perfecto y si Emily llega a casarse con él, nuestro futuro estará asegurado.  - ¿Crees que Emily hará lo que quieres? - pregunté incrédulo, ya que ella me había comentado que Esteban le había sido infiel en varias ocasiones y se veía muy molesta, tanto que hasta me entregó su virginidad con tal de no dársela a él.  - No lo creo, estoy seguro de que lo hará - dijo él, poniéndose de pie hasta llegar a una mesita en la que había varias botellas con alcohol, sirvió dos whiskies y me ofreció uno guiñándome un ojo con complicidad – Emily sabe que si se niega tengo el poder para impedir que vea a su padre, además de eso tengo de mi lado a Margaret, si algo se complica ella sabe cómo obligar a Emily para que haga lo que queremos.  Dejé caer la carpeta amarilla sobre el escritorio.  - Prometí a Emily que hablaría contigo para que dejarás que viera más seguido a su padre, ella hará lo que le pidas, de esa manera todos ganamos – dije endureciendo la voz.  Mi padre me observó con asombro.  - ¿Desde cuándo tú y ella se llevan tan bien? - preguntó inquisitivo.  - Hemos hablado un par de veces, creo que le agrado, nos conviene que este de mi lado para así poderla disuadir - jacté.  - Muy bien Álvaro, puedes decirle que pensaré el asunto de su padre siempre y cuando haga lo que le pidamos.  El resto de la mañana paso lentamente, la dediqué a instalarme en mi nueva oficina y revisando documentos. Había algo que me mantenía intranquilo, desde que conocí a Emily sentía una especia de empatía por ella ante lo que estaba sucediendo en su vida, que fuera novia de Esteban Cazares nos beneficiaba por mucho, pero a la vez me hacía sentir incómodo el hecho de que tendría que verla algún día besando al mocoso heredero de los Cazares.  Cuando vi en el reloj que ya era la una de la tarde recordé que Emily salía de clases en treinta minutos más, decidí ir por ella a la universidad aprovechando que por ahora estaba tomando el autobús. Cuál fue mi sorpresa que, al llegar a la universidad, justo en el mismo árbol de ayer donde estaba con su amiga, Emily estaba sentada platicando muy amenamente con Esteban, algo dentro de mí se retorció, toqué el claxon un par de veces para llamar su atención, en cuánto me vio se despidió con un beso en la mejilla de él y camino a paso rápido hasta donde estaba mi auto, salí de él rápidamente rodeándolo para abrir la puerta del copiloto mientras fulminaba con la mirada a Esteban Cazares, noté como él me miraba de la misma manera.  - ¿Cómo fue hoy tu día? - le pregunte una vez que estuvimos dentro del auto con rumbo a casa.  Emily abrazaba su mochila apoyándola en sus piernas.  - Bien, me reconcilié con Esteban, ¿el tuyo qué tal? - dijo con inocencia.  Sonreí con sarcasmo.   - Todo de acuerdo al plan – dije con sequedad sin despegar la vista del frente.  Emily jugó con sus dedos unos momentos para después voltear a verme.  - Yo siento algo por Esteban – dijo tímidamente. Su confesión provocó que apretara con mayor fuerza el volante del auto.  - Que bien, eso te facilita las cosas - espeté esbozando una media sonrisa con falsedad mientras que por dentro sentía que me carcomía, ¿de celos? No creía que fuera posible.  El resto del trayecto evite hablar con ella, necesitaba aclarar mis pensamientos y emociones, necesitaba ser inteligente no dejarme llevar por mis instintos carnales, mujeres había demasiadas en este mundo como para enfrascarme en una y además que fuera mi hermanastra.  - Gracias por traerme Álvaro - dijo cuando entramos a casa para después subir las escaleras directo a su habitación.  Noté como Mara me veía de una manera extraña desde la sala de estar. Caminé hasta donde se encontraba para sentarme a su lado.  - ¿Pasa algo Mara? - le pregunté escudriñándola con la mirada.  Se encogió de hombros.  - Desde que llegaste pasas mucho tiempo con Emily, he notado como la miras - soltó.  Suspiré.  - Busco lo mejor para nuestra familia y Emily es la llave para que lo consigamos – dije en tono de voz falso.  - Eso espero Álvaro, no querrás salir quemado.  - ¿Qué estas insinuando Mara? - pregunté un tanto enfadado.  - Nada – se apresuró a decir mientras se puso de pie y salió a paso rápido de la habitación.  Por un momento me quedé pensando en lo que dijo, si era cierto, necesitaba ser mucho más cuidadoso con mi comportamiento hacia Emily no quería echar a perder los planes que teníamos.  Los siguientes días mantuve mi distancia, no había cruzado palabra con ella, pero la veía casi todos los días durante el desayuno, era inevitable no percatarse del brillo que apareció en la mirada de Emily y el buen humor que ahora la caracterizaba, al parecer el noviazgo con Cazares le estaba sentando bien sin embargo por mi parte, era yo quien se estaba amargando.
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