Briggitte y Valet, permanecían una al lado de la otra, se miraron apenas fracciones de segundos, pero yo me percaté y furiosa las increpé a decirme la verdad. —Dime Briggitte ¿Acaso fue Camillo el hombre quien tanto daño te hizo? —la interrogué ansiosa, mi corazón iba a escaparse de mi pecho por el temor a escuchar una respuesta afirmativa. —¡Estás loca mujer! —respondió mi amiga inmediatamente —. ¿Piensas si hubiese sido Camillo te habría dejado involucrarte con él? Con él uno sabe a qué atenerse, porque no es un lobo disfrazado de oveja, uno sabe cuánto esperar de él y por eso te aconsejo, no involucres a tu corazón. » En cuanto a la identidad de ese hombre, quien me hizo tanto daño, no vale la pena ni siquiera recordarlo, ha quedado en el pasado, si estoy melancólica el día

